El trastorno obsesivo-compulsivo primariamente obsesivo (también conocido como TOC obsesivo puro) es una forma menos conocida del TOC. Las personas con TOC obsesivo puro tienden a sufrir a diario mucho estrés, e incluso pánico en algunos casos, debido a la angustia que genera la falta de control de sus pensamientos intrusivos, que consisten sobre todo en repeticiones y rumiaciones excesivas (repetir mentalmente frases o palabras que han dicho, revisar de manera compulsiva listas mentales, hacer recuentos de manera compulsiva, contar objetos, reflexionar de manera excesiva y desproporcionada sobre inquietudes, etc.). A diferencia de aquellos con la forma típica del TOC (comprobadores, lavadores, etc.), su naturaleza es mayoritariamente cognitiva y por tanto apenas visible. Estos pensamientos pueden ser desencadenados o bien de manera espontánea o bien por factores externos como cosas que escuchan, ven, etc., creando un gran malestar en los afectados. Muchas veces recurren a la evitación mental, pero a largo plazo es en vano, pues los pensamientos intrusivos siempre pueden volver en cualquier momento.
El TOC obsesivo puro ha sido llamado «una de las formas más angustiantes y desafiantes de TOC».[1] Las personas con este tipo de TOC suelen tener pensamientos indeseados frecuentemente y los pensamientos típicamente se centran en un miedo a que hagas algo totalmente impropio de ti o algo potencialmente fatal para ti u otros. Los pensamientos suelen tratar sobre agresividad, moralidad, religión o sexualidad. Los síntomas más frecuentes en los sujetos obsesivos son: obsesiones de perfeccionismo, dudas obsesivas, rituales de comprobación, repetición y repetición mental. Es decir, predominan síntomas que ocurren a un nivel encubierto, lo cual dificulta la detección, evaluación y tratamiento del problema.
Los tipos de obsesiones varían mucho, pero el tema central para todos los que sufren es la aparición de un pensamiento perturbador intrusivo, una pregunta, una imagen mental no deseada o inadecuada, o un impulso aterrador que provoca en la persona una ansiedad extrema, ya que es egodistónico, es decir, contrario a la personalidad o a los valores personales o morales. Los temores asociados con el TOC principalmente obsesivo tienden a ser mucho más personales y aterradores de lo que son los temores de una persona con TOC tradicional. Los temores de TOC obsesivo puro por lo general se centran en escenarios devastadores en los que el paciente siente que arruinaría su vida o la vida de los que le rodean. Un ejemplo de esta diferencia podría ser que alguien con TOC tradicional está demasiado preocupado o preocupada por la seguridad o la limpieza. Si bien esto sigue siendo preocupante, no está en el mismo nivel que una persona con TOC obsesivo puro, que puede estar aterrorizada por haber sufrido un cambio radical en su sexualidad (es decir: que podría ser o podría haberse convertido en un pedófilo), que podría ser un asesino o que pueda causar cualquier tipo de daño a una persona o algún ser querido, o a sí mismos, o también pueden pensar que están volviéndose locos.
Ellos entienden que estos temores son improbables o incluso imposibles, pero la ansiedad que sienten hará que las obsesiones parezcan reales y significativas. Mientras que los que no tienen TOC principalmente obsesivo podrían responder instintivamente a los pensamientos o impulsos tratándolos como insignificantes y parte de una variación normal en la conducta humana, alguien con TOC obsesivo puro responderá alarmándose excesivamente e intentará neutralizar el pensamiento o evitar tenerlo de nuevo. La persona comienza a preguntarse constantemente "¿Soy realmente capaz de hacer algo así?" o "¿Podría esto realmente suceder?" o "¿Soy así realmente?" (en general se dan cuenta de que su miedo es irracional, lo que les provoca aún más angustia) y pone gran esfuerzo en resolver dejar de tener un pensamiento no deseado. Entonces, acaban en un círculo vicioso mental tratando de obtener tranquilidad u obtener una respuesta definitiva.
Las obsesiones suelen tratar sobre estos temas:
Debido a su complejidad, estos sólo son algunos ejemplos. El TOC puramente obsesivo puede tomar cualquier temática.
Los que sufren de TOC principalmente obsesivo podrían parecer normales y de alto funcionamiento, sin embargo, pasan una gran cantidad de tiempo rumiando, tratando de resolver o contestar alguna de las preguntas que les causan angustia.[6]
Por ejemplo, un pensamiento intrusivo sería: "Yo podría simplemente matar a Bill con este cuchillo para carne". A esto le sigue una interpretación catastrófica del pensamiento: "¿Cómo podría tener tal pensamiento? En el fondo, debo ser un psicópata." Esto podría llevar a una persona a navegar continuamente por la web, leer numerosos artículos sobre la definición de psicopatía. Este ritual que busca confirmación o seguridad, irónicamente, no proporciona una mayor aclaración y podría agravar la intensidad de la búsqueda de respuesta. Hay numerosos sesgos cognitivos correspondientes presentes, incluyendo la fusión pensamiento-acción, el exceso de importancia de los pensamientos y la necesidad de controlar los pensamientos.[7]
A pesar de lo reales que puedan parecer los pensamientos intrusivos para una persona, ésta seguramente nunca llevará a cabo acciones relacionadas con estos pensamientos aunque se crean capaces de hacerlo. Una de las razones es que la persona en cuestión llegará a medidas extremas para evitar circunstancias que podrían desencadenar sus pensamientos intrusivos.
Este trastorno es particularmente fácil de pasar por alto por muchos médicos bien entrenados, ya que se parece mucho a los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada (TAG) y no incluye comportamientos o compulsiones observables. El "éxito" se alcanza cuando el paciente se vuelve indiferente a la necesidad de responder a la pregunta. Aunque muchos médicos erróneamente tratarán de ofrecer tranquilidad y ayudar a su paciente a lograr una respuesta definitiva (lo cual es una consecuencia desafortunada de que los terapeutas traten el TOC principalmente obsesivo como si fuera trastorno de ansiedad generalizada), este método sólo contribuirá a aumentar la intensidad o la duración de las rumiaciones del paciente. Esto se debe a que las vías neuronales del cerebro con TOC intentarán encontrar maneras creativas de "engañar" a la persona para negar el consuelo o cualquier alivio temporal y perpetuará el ciclo de obsesiones.
Problemas asociados encontrados con relativa frecuencia son trastorno depresivo mayor, fobia social, trastorno de pánico, trastorno de ansiedad generalizada, trastornos de alimentación, perturbaciones del sueño, desrealización, despersonalización, insomnio, tricotilomanía, tics y trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva. Del 35% al 50% de las personas con Tourette presentan TOC, pero solo el 5-7% de los pacientes con TOC presentan el mencionado trastorno por tics. El 20-30% de los pacientes con TOC informan tics pasados o actuales.
El trastorno depresivo mayor es el trastorno asociado más frecuente; del 23% al 38% de los pacientes con TOC Puro presentan algún trastorno depresivo y cerca del 70% lo han padecido en algún momento. La depresión puede preceder o seguir al comienzo del TOC Puro e incluso aparecer tras la eliminación de los síntomas obsesivo-compulsivos; algunas personas desarrollan síntomas obsesivo-compulsivos o TOC cuando están deprimidos. Por otra parte, cerca de la mitad de pacientes con TOC presentan rasgos de personalidad obsesivo-compulsiva [cita requerida]. Conviene remarcar que a pesar de la semejanza en el nombre entre el TOC y el trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva, sus manifestaciones clínicas son bastante diferentes. El citado trastorno de personalidad no conlleva obsesiones o compulsiones y en cambio implica un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia, que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro o más de los siguientes ítems:[8]