Suerte

Summary

La suerte es el fenómeno y la creencia que define la experiencia de acontecimientos improbables, especialmente los improbables positivos o negativos. La interpretación naturalista sostiene que los acontecimientos positivos y negativos pueden ocurrir en cualquier momento, tanto debido a procesos naturales y artificiales aleatorios como no aleatorios, y que incluso los acontecimientos improbables pueden ocurrir por casualidad. En esta perspectiva, el epíteto "afortunado" o "desafortunado" es una etiqueta descriptiva que se refiere a la positividad, negatividad o improbabilidad de un acontecimiento.[1][2]

Un trébol de cuatro hojas, una variante rara del shamrock, es uno de los símbolos más conocidos de la buena suerte.

Origen etimológico

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La palabra suerte[3]​ proviene del latín sortis, término que designaba originalmente tiradas de dados o huesecillos usados para repartir lotes de tierra u otros bienes. Esa idea del reparto al azar se convirtió con el tiempo en la noción de fortuna, azar, destino.

Como falacia

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Una aproximación racionalista a la suerte incluye la aplicación de las leyes de la probabilidad y la elusión de creencias acientíficas. El racionalista siente que la creencia en la suerte es el resultado de un razonamiento pobre o pensamiento ilusorio. Para un racionalista, un creyente en la suerte comete la afirmación engañosa lógica post hoc:

A ocurre (llevo mi camisa de la suerte) y entonces B ocurre (algo bueno)
Por tanto, A causó B

En la visión racionalista del mundo, la probabilidad sólo está afectada por relaciones causales confirmadas. Que un ladrillo caiga sobre una persona que camine bajo él, por tanto, no está en función de la suerte de dicha persona, sino que es el resultado de la colección de ocurrencias comprensibles (o explicables). Estadísticamente, cualquier persona que camine bajo el edificio tenía probabilidades de que le cayese el ladrillo.

Un acercamiento racionalista alternativo a la suerte es contrastarla con el control. La suerte es lo que sucede más allá del control de una persona. Este punto de vista incorpora fenómenos que son acontecimientos accidentales, por ejemplo el lugar de nacimiento de una persona, pero en los que no hay incertidumbre alguna o esta es irrelevante. Dentro de este marco pueden diferenciarse tres tipos de suerte:

  1. Suerte constitucional, es decir, con factores fuera del control de una persona porque no pueden ser cambiados. El lugar de nacimiento y la constitución genética son ejemplos típicos.
  2. Suerte circunstancial, es decir, con factores que no pueden ser controlados porque se producen aleatoriamente. Los accidentes y epidemias son ejemplos típicos.
  3. Suerte consecuente, es decir, con factores que no pueden controlarse por ser el resultado caprichoso de tus actos. Un ejemplo típico sería arrojar una piedra desde un acantilado. Como golpear a alguien que pase por debajo es consecuencia de numerosos factores fuera de tu control, entonces es cuestión de suerte.

Tanto la falacia del jugador como la falacia inversa del jugador explican algunos problemas de razonamiento de las creencias comunes en la suerte. Ambas implican negar la impredicibilidad de los sucesos aleatorios: «No he lanzado un seis en toda la semana, así que seguro que lanzaré uno esta noche.»

Como esencia

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Hay también una serie de creencias espirituales o sobrenaturales sobre la suerte, variando ampliamente de unas a otras, aunque la mayoría coinciden en que puede influirse en la suerte con medios espirituales realizando ciertos rituales o evitando ciertas situaciones.

Una de estas actividades es la oración, una práctica religiosa en la que esta creencia es especialmente fuerte. Muchas culturas y religiones de todo el mundo ponen un especial énfasis en la habilidad de las personas para influir sobre su suerte por medios rituales, a veces incluyendo sacrificios, presagios o hechizos. Otros asocian la suerte con un fuerte sentido de superstición, es decir, una creencia de que ciertos actos tabú o benditos influencian la forma en que la suerte les favorecerá en el futuro.

Carl Jung definió el principio de sincronicidad como la «ocurrencial temporalmente coincidente de sucesos acasuales». Jung describió las coincidencias como un efecto del inconsciente colectivo.

Las religiones judeocristiana e islámica creen en la voluntad de un ser supremo más que en la suerte como principal influencia en los sucesos futuros. Los grados de esta divina providencia varían ampliamente de una religión a otra, pero la mayoría la reconocen como una influencia parcial, si no completa, sobre la suerte. Estas religiones, en sus primeras etapas de desarrollo, contuvieron muchas prácticas tradicionales por sus razones. Todas ellas, en diferentes épocas, aceptaron los presagios y formas prácticas de sacrificios rituales para adivinar la voluntad de su ser supremo o para influir sobre su favoritismo.

Las religiones mesoamericana, como las de aztecas, mayas e incas, tenían creencias especialmente fuertes sobre la relación entre rituales y la suerte. En estas culturas, el sacrificio humano (tanto de voluntarios como de enemigos presos) era considerado una forma de complacer a los dioses y ganar sus favores para la ciudad que ofrecía el sacrificio. Entre los mayas, que también creían en las ofrendas de sangre, los hombres o mujeres que querían ganarse el favor de los dioses para atraer la buena suerte se hacían cortes y vertían su sangre sobre el altar de los dioses.

Muchas religiones africanas como el vudú y el hudú tienen fuertes creencias en la superstición. Algunas de ellas incluyen la creencia de que terceros pueden influir en la suerte individual. Las chamanes y brujas son amados y temidos por su habilidad para proporcionar buena o mala suerte a los que viven en pueblos cercanos a ellos.

Como placebo

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Algunos fomentan la creencia en la suerte como una falsa idea pero que pueden derivar en pensamiento positivo y alterar las respuestas de uno a mejor. Otros, como Jean Paul Sartre y Sigmund Freud, creen que la creencia en la suerte tiene más relación con un locus de control para los sucesos de la propia vida y la subsiguiente huida de responsabilidad personal. Según esta teoría, quien atribuye sus penalidades a la «mala suerte» hallarán tras un examen más atento que llevan un estilo de vida arriesgado. Por otra parte, la gente que se considera «afortunada» al tener buena salud pueden estar en realidad cosechando los beneficios de una actitud positiva y unas relaciones sociales satisfactorias, lo que estadísticamente se sabe que protege contra las enfermedades relacionadas con el estrés. Si ocurren sucesos «buenos» y «malos» aleatoriamente a todo el mundo, los creyentes en la buena suerte experimentarán una ganancia neta de su fortuna, y viceversa para los creyentes en la mala suerte.[cita requerida]

Manifestaciones

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Numerología

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En ciertas culturas, muchas personas consideran que algunos números como afortunados o desafortunados. En algunas cultura asiáticas, conseguir números de teléfono, matrículas de automóviles y direcciones postales «afortunadas» se buscan activamente, a veces a cambio de elevadas sumas de dinero.

Religión, folclore y mitología

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En la Biblia, la relación de Isaías 65:11 con las creencias sobre la suerte es objeto de controversia.

Dentro de la mitología y el folclore, en el folclore japonés, destacan los Siete Dioses de la Fortuna.

En la religiones Hinduista y Budista, "la suerte" se considera que está "relacionado" con el karma y el dharma de las personas.

Superstición

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En la mayoría de las culturasd onde tiene acogida y creencia la superstición y la magia, existen determinados objetos, conductas e incluso individuos que provocan o atraen tanto la mala suerte (personas gafes, cenizos, jettatores, aojadores o aguafiestas; tirar la sal, romper un espejo...) como la buena (amuletos que proporcionan protección gracias al efecto apotropaico, como la higa, tocar madera o los ensalmos salutíferos, o que atraen la fortuna, como el maneki-neko chino o el Feng Shui japonés).[4]

La superstición relacionada con la suerte varía según las culturas, pero suele girar en torno a objetos, rituales y conductas que se cree pueden influir en el destino. Además de los ejemplos clásicos como romper un espejo (siete años de mala suerte) o tocar madera para evitar un mal augurio, existen múltiples manifestaciones a nivel global:

  • Números y calendarios: en países occidentales el número 13 se asocia con la mala suerte, hasta el punto de generar fobias (triscaidecafobia) o influir en la arquitectura (muchos hoteles y edificios omiten el piso 13) . En China, por el contrario, el número 8 es símbolo de prosperidad, mientras que el 4 se evita porque su pronunciación se asemeja a la palabra “muerte”.[5]
  • Animales: el gato negro en Europa es considerado un mal augurio desde la Edad Media, asociado a la brujería, aunque en el Reino Unido y Japón se interpreta como símbolo de fortuna.[6]
  • Rituales y objetos protectores: amuletos como la pata de conejo, el trébol de cuatro hojas, la herradura colgada en las puertas o la higa asturiana son ejemplos de objetos con función apotropaica, es decir, que alejan el mal o atraen la buena suerte.
  • Prácticas modernas: aún hoy persisten rituales vinculados a la suerte, como usar ropa interior roja en Nochevieja en países como España o Italia para atraer la fortuna en el nuevo año.[7]

Explicación racional

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Existen explicaciones científicas, basadas en las interpretaciones probabilísticas, que arrojan luz sobre cómo se forman estas situaciones consideradas de buena o mala suerte, así como también el motivo por el cual pueden parecer de origen sobrenatural si no se ven desde esa perspectiva.[8]

Suerte en los juegos de azar

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Las loterías son paradigmas del juego basado en la suerte. Se compran billetes o décimos con números, se realiza un sorteo al azar de los resultados y los premios se asignan a quienes tienen los números acertados.

Hay administraciones que incluso incluyen en su denominación la palabra suerte para atraer a las personas usuarias, como podría ser la Administración de Loterías y Apuestas del Estado Trébol de la Suerte,[9]​ mostrando cómo se presentan los sorteos, probabilidades de los distintos premios, coste de participación, etc. Esto permitiría ilustrar cómo en la práctica se materializa lo que desde la teoría se considera “suerte”.

La empresa pública Selae (Loterías y Apuestas del Estado de España) registró en 2023 récords de ingresos y beneficios, lo que muestra que los españoles “buscan cada vez más la suerte”. [10]

Véase también

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Referencias

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  1. Heras, Antonio Las (11 de abril de 2024). «¿Existen la buena y la mala suerte?». LA NACION. Consultado el 29 de diciembre de 2024. 
  2. «La suerte no existe: debemos aprender a decidir». La Razón. 22 de diciembre de 2022. Consultado el 29 de diciembre de 2024. 
  3. ASALE, RAE-. «suerte | Diccionario de la lengua española». «Diccionario de la lengua española» - Edición del Tricentenario. Consultado el 13 de septiembre de 2025. 
  4. Alvar Nuño, Antón (2010). «El mal de ojo en el Occidente romano. Materiales de Italia, Norte de África, Península Ibérica y Galia. Tesis doctoral.». Universidad Complutense de Madrid. Consultado el 11 de febrero de 2023. 
  5. «Numerología: Hacer números en China es cuestión de suerte». www.uv.es. Consultado el 13 de septiembre de 2025. 
  6. «Inquisición, hogueras y gatos negros: desmontando mitos sobre las brujas». Historia National Geographic. 24 de octubre de 2024. Consultado el 13 de septiembre de 2025. 
  7. «Costumbres y supersticiones que dan buena suerte para el año nuevo». La Vanguardia. 31 de diciembre de 2019. Consultado el 13 de septiembre de 2025. 
  8. «Los gafes existen, las "energías negativas" no. - OnCriteria». www.oncriteria.com. Consultado el 29 de diciembre de 2024. 
  9. «Lotería de Navidad». www.treboldelasuerte.es. Consultado el 13 de septiembre de 2025. 
  10. «Los españoles buscan cada vez más la suerte: Loterías bate récord de ingresos y beneficios». elEconomista.es. 16 de mayo de 2024. Archivado desde el original el 23 de mayo de 2025. Consultado el 13 de septiembre de 2025. 

Enlaces externos

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  •   Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre suerte.
  •   Datos: Q1970348
  •   Multimedia: Luck / Q1970348
  •   Citas célebres: Fortuna