Sonia Sanoja (Caracas, Venezuela, 2 de abril de 1932-ibídem, 26 de marzo de 2017)[1] fue una bailarina, maestra, coreógrafa y poeta venezolana, pionera de la actividad dancística de su país en los años 1940, en particular en la danza contemporánea.[2]
Sonia Sanoja | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
2 de abril de 1932 Caracas (Venezuela) | |
Fallecimiento |
26 de marzo de 2017 Caracas (Venezuela) | (84 años)|
Nacionalidad | Venezolana | |
Información profesional | ||
Ocupación | Bailarina, coreógrafa, poetisa y escritora | |
En 1946 Sanoja comenzó sus estudios en la Cátedra de Ballet del Liceo Andrés Bello, fundada pocos meses antes por los bailarines argentinos Hery y Luz Thomson y los irlandeses David y Eva Grey, procedentes de la compañía de los Ballets Rusos del coronel de Basil, que se asentaron en Venezuela huyendo de la difícil posguerra europea.[3]
En 1953, Sanoja entró en el Teatro de la Danza de Grishka Holguín, con el que comenzó el movimiento dancístico contemporáneo venezolano; posteriormente, se fue a estudiar a Francia. Al regresar a Venezuela, en 1961, creó junto a Grishka Holguín la Fundación de la Danza Contemporánea, fue una plataforma para el desarrollo de la recién nacida danza contemporánea nacional, y su asociación con el Museo de Bellas Artes de Caracas sirvió como proceso de integración con otras artes.[4] Posteriormente, en 1971, fundó la Compañía de Arte Coreográfico Sonia Sanoja.[1][5] Creó el proyecto Danza Contemporánea de Venezuela que, junto al Teatro de la Danza Contemporánea, bajo la dirección de Grishka Holguín, presentó una visión diversificada de la danza contemporánea y dio pie para el surgimiento de otras alternativas experimentales.[5]
Estudió Filosofía en la Universidad Central de Venezuela. Recibió el Premio Nacional de Danza de Venezuela en 1998 por su carrera artística y sus aportes a la danza nacional.
En 2015, la Universidad Nacional Experimental de las Artes de Venezuela le rindió un homenaje.[1][6] En 2016 regresó a los escenarios con el proyecto Amor amargo, del coreógrafo venezolano Leyson Ponce, obra inspirada en La hora menguada de Rómulo Gallegos; allí compartió escenario con su gran amiga Graciela Henríquez, también bailarina y pionera de la danza venezolana.[7]
Falleció después de una larga lucha contra el cáncer.[8]