Se dice que dos sucesos presentan simultaneidad cuando se producen al mismo tiempo.[1][2] El concepto se aplica con distintos matices e implicaciones en diferentes áreas del conocimiento humano.[3] Desde el punto de vista de la física clásica, se habla de simultaneidad cuando dos eventos se producen en un mismo instante dado de un determinado sistema de referencia temporal.[4] Sin embargo, en la física relativista la idea común de simultaneidad queda desvirtuada por las implicaciones de la consideración del espacio-tiempo vinculado a la relación entre los sistemas de referencia del observador y de los propios sucesos objeto de observación.[5]
La palabra deriva del latín simul,[6] al mismo tiempo[2][7] (ver sem-1 en raíces indoeuropeas),[8][9] más el sufijo -eous,[10] abstraído de espontáneo (que a su vez viene directamente del latín).[11][12]
En la física newtoniana, el concepto es objetivo y sencillo; podría, por ejemplo, sincronizarse dos relojes y transportarlos a cada punto, y los eventos simultáneos coincidirían en el tiempo indicado por los relojes.[4] En dicho modelo, se asumen que la sincronización permanece.[4] Sin embargo, esto ha sido refutado en la actualidad, al comprobarse la dilatación del tiempo predicha por la Teoría de la relatividad.
Según la teoría de la relatividad de Einstein, la simultaneidad no es una relación absoluta entre los acontecimientos; lo que es simultáneo en un marco de referencia no será necesariamente simultáneo en otro. Para los marcos inerciales que se mueven uno con respecto al otro a velocidades pequeñas comparado con la velocidad de la luz, este efecto es pequeño y puede ser ignorado por cuestiones prácticas, de modo que la simultaneidad puede ser tratada como una relación absoluta.