Salun (conocido también como Luban Oco) es el nombre de un héroe mitológico de la cultura Tsáchila. Existen varias versiones del mito, pero principalmente quedaron dos, la primera explica la existencia del sol en su forma actual, la segunda narra la historia de Salun como un espíritu del río, cumpliendo un rol similar al del chu-huajinu, el espíritu de los volcanes.[1][2]
En una de las variantes se cree que un sáchila fue invitado por un curandero o mincha rucú[3] a pasar la noche colgado de un árbol. El curandero para ello se había convertido en un perezoso. El sáchila aceptó y en la mañana siguiente cuando abrió los ojos vio que un tigre lo quería comer. Mientras tanto logró ver que Salun, el héroe de la historia, estaba pasando por ahí por lo que pidió su ayuda con gritos. Salun mató al tigre con una lanza y echó una soga para que el sáchila pueda bajar del árbol. Sin embargo al bajar no vería a Salun sino a Luban oco quien sacaría su falo que lo tenía enrollado en una funda. El sachila huyó y se encontró con un río que debía atravesar. Pidió a una lagartija o pacdumbela que lo lleve y logró llegar a la otra orilla. Salun también lo perseguiría y pediría el mismo favor a la lagartija, sin embargo a mitad de camino, ella se sumergío hundiendo a Salun, con su espíritu malo en el río. Consecuencia de esto al morir luban oco se produjeron olores terribles por un mes, llevando a la muerte a muchos peces.[4]
Personajes:
La base de la interpretación del mito de salun está alrededor de la palabra Chi, que en lenguas barbacoanas hace referencia a un árbol. Este es el fundamento filosófico del mito. Chi es el árbol de los matutas o ancestros, que cobija a la buluguaya, o gran familia. Se cree que sus raíces atan al hombre y lo elevan a la línea del cosmos, a dimensiones infinitas. Además este árbol ancestral cobija los hechos culturales. Dentro de los árboles que son considerados sagrados encontramos:[4]
El mito de Salun se basa en la relación entre el sáchila y el mincha rucú y como fueron cobijados por un árbol durante la noche. En este árbol se encuentra la armonía, los ancestros, el caucho y el achiote. Este último considerado sagrado por los tsáchilas. Sin embargo existen peligros que se los debe enfrentar, es decir el espíritu malingo o luban oco que no solo traen distorsión a la sociedad sino también a la naturaleza. [2]