El Salmo 107 es el salmo 107 del Libro de los Salmos, que comienza en inglés en la versión de la Biblia del rey Jacobo: «Dad gracias al Señor, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna». El Libro de los Salmos forma parte de la tercera sección del Tanaj, la Biblia hebrea, y es un libro del Antiguo Testamento cristiano. En el sistema de numeración ligeramente diferente utilizado en las traducciones griega Septuaginta y latina Vulgata de la Biblia, este salmo es el «Salmo 106». En latín, se conoce por el íncipit, «Confitemini Domino quoniam bonus».[1] Es el primer salmo del Libro 5 del salterio hebreo.[2] Alexander Kirkpatrick señala que este salmo y el anterior, el salmo 106, «están estrechamente relacionados», argumentando que «la división de los libros cuarto y quinto no se corresponde con ninguna diferencia de fuente o carácter, como es el caso en los otros libros».[3] El Salmo 107 es un canto de acción de gracias a Dios, que ha sido misericordioso con su pueblo y ha reunido a todos los que estaban perdidos. Es muy apreciado por los marineros debido a su referencia a los barcos y al mar (v. 23)[4][5]
El salmo 107 se utiliza tanto en la liturgia judía como en la cristiana. Ha sido parafraseado en himnos y puesto en música, como la Sinfonía coral de George Dyson y el Lobgesang de Mendelssohn.
La siguiente tabla muestra el texto hebreo[6][7] del Salmo con vocales junto con una traducción al inglés basada en la traducción de la JPS 1917 (ahora en el dominio público).
Versículo | Hebreo | Español |
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1 | הֹד֣וּ לַיהֹוָ֣ה כִּי־ט֑וֹב כִּ֖י לְעוֹלָ֣ם חַסְדּֽוֹ׃ | «Dad gracias al Señor, porque él es bueno, porque su misericordia es eterna». |
2 | יֹ֭אמְרוּ גְּאוּלֵ֣י יְהֹוָ֑ה אֲשֶׁ֥ר גְּ֝אָלָ֗ם מִיַּד־צָֽר׃ | Así que digan los redimidos del Señor, a quienes ha redimido de la mano del adversario; |
3 | וּֽמֵאֲרָצ֗וֹת קִ֫בְּצָ֥ם מִמִּזְרָ֥ח וּמִֽמַּעֲרָ֑ב מִצָּפ֥וֹן וּמִיָּֽם׃ | Y los reunió de las tierras, del oriente y del occidente, del norte y del mar. |
4 | תָּע֣וּ בַ֭מִּדְבָּר בִּישִׁימ֣וֹן דָּ֑רֶךְ עִ֥יר מ֝וֹשָׁ֗ב לֹ֣א מָצָֽאוּ׃ | Vagaron por el desierto, por un camino desolado; no encontraron ciudad habitada. |
5 | רְעֵבִ֥ים גַּם־צְמֵאִ֑ים נַ֝פְשָׁ֗ם בָּהֶ֥ם תִּתְעַטָּֽף׃ | Hambrientos y sedientos, su alma desfallecía en ellos. |
6 | וַיִּצְעֲק֣וּ אֶל־יְ֭הֹוָה בַּצַּ֣ר לָהֶ֑ם מִ֝מְּצ֥וּקוֹתֵיהֶ֗ם יַצִּילֵֽם׃ | Entonces clamaron al Señor en su angustia, y Él los libró de sus aflicciones. |
7 | וַֽ֭יַּדְרִיכֵם בְּדֶ֣רֶךְ יְשָׁרָ֑ה לָ֝לֶ֗כֶת אֶל־עִ֥יר מוֹשָֽׁב׃ | Y los guió por un camino recto, para que pudieran ir a una ciudad habitada. |
8 | יוֹד֣וּ לַיהֹוָ֣ה חַסְדּ֑וֹ וְ֝נִפְלְאוֹתָ֗יו לִבְנֵ֥י אָדָֽם׃ | ¡Que den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillosas obras a los hijos de los hombres! |
9 | כִּֽי־הִ֭שְׂבִּיעַ נֶ֣פֶשׁ שֹׁקֵקָ֑ה וְנֶ֥פֶשׁ רְ֝עֵבָ֗ה מִלֵּא־טֽוֹב׃ | Porque Él ha saciado el alma anhelante, y el alma hambrienta ha llenado de bien. |
10 | יֹ֭שְׁבֵי חֹ֣שֶׁךְ וְצַלְמָ֑וֶת אֲסִירֵ֖י עֳנִ֣י וּבַרְזֶֽל׃ | Como sentado en la oscuridad y en la sombra de la muerte, Atado en la aflicción y el hierro. |
11 | כִּֽי־הִמְר֥וּ אִמְרֵי־אֵ֑ל וַעֲצַ֖ת עֶלְי֣וֹן נָאָֽצוּ׃ | Porque se rebelaron contra las palabras de Dios, Y despreciaron el consejo del Altísimo. |
12 | וַיַּכְנַ֣ע בֶּעָמָ֣ל לִבָּ֑ם כָּ֝שְׁל֗וּ וְאֵ֣ין עֹזֵֽר׃ | Por eso humilló su corazón con sufrimiento, tropezaron y no hubo quien los ayudara. |
13 | וַיִּזְעֲק֣וּ אֶל־יְ֭הֹוָה בַּצַּ֣ר לָהֶ֑ם מִ֝מְּצֻ֥קוֹתֵיהֶ֗ם יוֹשִׁיעֵֽם׃ | Clamaron al Señor en su angustia, y Él los salvó de sus aflicciones. |
14 | י֭וֹצִיאֵם מֵחֹ֣שֶׁךְ וְצַלְמָ֑וֶת וּמוֹסְר֖וֹתֵיהֶ֣ם יְנַתֵּֽק׃ | Los sacó de las tinieblas y de la sombra de la muerte, y rompió sus cadenas. . |
15 | יוֹד֣וּ לַיהֹוָ֣ה חַסְדּ֑וֹ וְ֝נִפְלְאוֹתָ֗יו לִבְנֵ֥י אָדָֽם׃ | ¡Que den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillosas obras a los hijos de los hombres! |
16 | כִּֽי־שִׁ֭בַּר דַּלְת֣וֹת נְחֹ֑שֶׁת וּבְרִיחֵ֖י בַרְזֶ֣ל גִּדֵּֽעַ׃ | Porque Él ha roto las puertas de bronce, y ha cortado las barras de hierro en pedazos. |
17 | אֱ֭וִלִים מִדֶּ֣רֶךְ פִּשְׁעָ֑ם וּֽ֝מֵעֲוֺ֥נֹתֵיהֶ֗ם יִתְעַנּֽוּ׃ | Enloquecidos por su transgresión, y afligidos por sus iniquidades. |
18 | כׇּל־אֹ֭כֶל תְּתַעֵ֣ב נַפְשָׁ֑ם וַ֝יַּגִּ֗יעוּ עַד־שַׁ֥עֲרֵי־מָֽוֶת׃ | Su alma aborrecía toda clase de comida, y se acercaron a las puertas de la muerte. |
19 | וַיִּזְעֲק֣וּ אֶל־יְ֭הֹוָה בַּצַּ֣ר לָהֶ֑ם מִ֝מְּצֻ֥קוֹתֵיהֶ֗ם יוֹשִׁיעֵֽם׃ | Clamaron al SEÑOR en su angustia, y Él los salvó de sus aflicciones; |
20 | יִשְׁלַ֣ח דְּ֭בָרוֹ וְיִרְפָּאֵ֑ם וִ֝ימַלֵּ֗ט מִשְּׁחִֽיתוֹתָֽם׃ | Envió su palabra y los sanó, y los libró de sus tumbas. |
21 | יוֹד֣וּ לַיהֹוָ֣ה חַסְדּ֑וֹ וְ֝נִפְלְאוֹתָ֗יו לִבְנֵ֥י אָדָֽם׃ | ¡Que den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillosas obras a los hijos de los hombres! |
22 | וְ֭יִזְבְּחוּ זִבְחֵ֣י תוֹדָ֑ה וִיסַפְּר֖וּ מַעֲשָׂ֣יו בְּרִנָּֽה׃ | Y ofrezcan sacrificios de acción de gracias, Y proclamen sus obras con cánticos. |
23 | ׆ יוֹרְדֵ֣י הַ֭יָּם בׇּאֳנִיּ֑וֹת עֹשֵׂ֥י מְ֝לָאכָ֗ה בְּמַ֣יִם רַבִּֽים׃ | Los que bajan al mar en barcos, los que hacen negocios en grandes aguas. |
24 | ׆ הֵ֣מָּה רָ֭אוּ מַעֲשֵׂ֣י יְהֹוָ֑ה וְ֝נִפְלְאוֹתָ֗יו בִּמְצוּלָֽה׃ | Estos vieron las obras del Señor, y sus maravillas en las profundidades; |
25 | ׆ וַיֹּ֗אמֶר וַֽ֭יַּעֲמֵד ר֣וּחַ סְעָרָ֑ה וַתְּרוֹמֵ֥ם גַּלָּֽיו׃ | Porque Él ordenó, y levantó el viento tormentoso, que alzó sus olas; |
26 | ׆ יַעֲל֣וּ שָׁ֭מַיִם יֵרְד֣וּ תְהוֹמ֑וֹת נַ֝פְשָׁ֗ם בְּרָעָ֥ה תִתְמוֹגָֽג׃ | Subieron al cielo, descendieron a las profundidades; su alma se derritió por la angustia; |
27 | ׆ יָח֣וֹגּוּ וְ֭יָנוּעוּ כַּשִּׁכּ֑וֹר וְכׇל־חׇ֝כְמָתָ֗ם תִּתְבַּלָּֽע׃ | Se tambaleaban de un lado a otro y vacilaban como un hombre borracho, y toda su sabiduría fue tragada. |
28 | ׆ וַיִּצְעֲק֣וּ אֶל־יְ֭הֹוָה בַּצַּ֣ר לָהֶ֑ם וּֽ֝מִמְּצ֥וּקֹתֵיהֶ֗ם יוֹצִיאֵֽם | Clamaron al Señor en su angustia, y Él los sacó de sus aflicciones. |
29 | יָקֵ֣ם סְ֭עָרָה לִדְמָמָ֑ה וַ֝יֶּחֱשׁ֗וּ גַּלֵּיהֶֽם׃ | Él convirtió la tormenta en calma, de modo que sus olas se aquietaron. |
30 | וַיִּשְׂמְח֥וּ כִֽי־יִשְׁתֹּ֑קוּ וַ֝יַּנְחֵ֗ם אֶל־מְח֥וֹז חֶפְצָֽם׃ | Entonces se alegraron porque estaban tranquilos, y Él los condujo a su deseado refugio. |
31 | יוֹד֣וּ לַיהֹוָ֣ה חַסְדּ֑וֹ וְ֝נִפְלְאוֹתָ֗יו לִבְנֵ֥י אָדָֽם׃ | ¡Que den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillosas obras a los hijos de los hombres! |
32 | וִֽ֭ירוֹמְמוּהוּ בִּקְהַל־עָ֑ם וּבְמוֹשַׁ֖ב זְקֵנִ֣ים יְהַלְלֽוּהוּ׃ | Que lo ensalcen también en la asamblea del pueblo, Y lo alaben en la sede de los ancianos. |
33 | יָשֵׂ֣ם נְהָר֣וֹת לְמִדְבָּ֑ר וּמֹצָ֥אֵי מַ֝֗יִם לְצִמָּאֽוֹן׃ | Él convierte los ríos en desierto, y los manantiales en tierra sedienta; |
34 | אֶ֣רֶץ פְּ֭רִי לִמְלֵחָ֑ה מֵ֝רָעַ֗ת י֣וֹשְׁבֵי בָֽהּ׃ | Una tierra fértil en un desierto de sal, por la maldad de los que la habitan. |
35 | יָשֵׂ֣ם מִ֭דְבָּר לַאֲגַם־מַ֑יִם וְאֶ֥רֶץ צִ֝יָּ֗ה לְמֹצָ֥אֵי מָֽיִם׃ | Él convierte un desierto en estanque de agua, y una tierra seca en manantiales. |
36 | וַיּ֣וֹשֶׁב שָׁ֣ם רְעֵבִ֑ים וַ֝יְכוֹנְנ֗וּ עִ֣יר מוֹשָֽׁב׃ | Y allí hace habitar a los hambrientos, y establecen una ciudad de habitación; |
37 | וַיִּזְרְע֣וּ שָׂ֭דוֹת וַיִּטְּע֣וּ כְרָמִ֑ים וַ֝יַּעֲשׂ֗וּ פְּרִ֣י תְבוּאָֽה׃ | Y sembrad campos, y plantad viñas, Que den frutos de aumento. |
38 | וַיְבָרְכֵ֣ם וַיִּרְבּ֣וּ מְאֹ֑ד וּ֝בְהֶמְתָּ֗ם לֹ֣א יַמְעִֽיט׃ | También los bendice, de modo que se multiplican en gran manera, y no permite que disminuya su ganado. |
39 | וַיִּמְעֲט֥וּ וַיָּשֹׁ֑חוּ מֵעֹ֖צֶר רָעָ֣ה וְיָגֽוֹן׃ | Una vez más, se ven disminuidos y se desvanecen por la opresión del mal y la tristeza. |
40 | ׆ שֹׁפֵ֣ךְ בּ֭וּז עַל־נְדִיבִ֑ים וַ֝יַּתְעֵ֗ם בְּתֹ֣הוּ לֹא־דָֽרֶךְ׃ | Él derrama desprecio sobre los príncipes, y los hace vagar por el desierto, donde no hay camino. |
41 | וַיְשַׂגֵּ֣ב אֶבְי֣וֹן מֵע֑וֹנִי וַיָּ֥שֶׂם כַּ֝צֹּ֗אן מִשְׁפָּחֽוֹת׃ | Pero Él pone en alto a los necesitados de la aflicción, y hace que sus familias sean como un rebaño. |
42 | יִרְא֣וּ יְשָׁרִ֣ים וְיִשְׂמָ֑חוּ וְכׇל־עַ֝וְלָ֗ה קָ֣פְצָה פִּֽיהָ׃ | Los rectos lo ven y se alegran; y toda iniquidad se les cierra la boca. |
43 | מִי־חָכָ֥ם וְיִשְׁמׇר־אֵ֑לֶּה וְ֝יִתְבּוֹנְנ֗וּ חַֽסְדֵ֥י יְהֹוָֽה׃ | El que es sabio, observe estas cosas, Y consideren las misericordias del SEÑOR. |
El Salmo 107 está dividido en 43 versículos y es uno de los salmos más largos de la Biblia. En la Versión Reina-Valera (RV), está dividido en siete secciones, cada una de las cuales tiene un tema relacionado pero distinto. La primera sección, la más corta, comprende los versículos 1-3, una «introducción general»;[8] el segundo, versículos 4-9; el tercero, versículos 10-16; el cuarto, versículos 17-22; el quinto, versículos 23-32; el sexto, versículos 33-38; y el séptimo y último, versículos 39-43. Una característica interesante del Salmo 107 que se encuentra comúnmente en los libros poéticos de la Biblia es su regularidad general. La longitud de las líneas es diferente, pero el tamaño de las divisiones seccionales originales es agradablemente uniforme. El tema del salmo avanza de una sección a otra. En el texto hebreo masorético, hay siete nun invertida (׆).
Las palabras «¡Oh, que los hombres den gracias al Señor por su bondad y por sus maravillosas obras a los hijos de los hombres!» aparecen como un estribillo en los versículos 8, 15, 21 y 31.
Los Salmos datan de entre los siglos XV y XIII a. C. y 400 a. C.[9] Aunque no se sabe con exactitud cuándo se escribió el Salmo 107, lo más probable es que se escribiera durante una época de mayor unión entre el pueblo judío durante el reinado del rey David (1010-970 a. C.).[10][11]
En general, el Salmo 107 se considera uno de los salmos históricos de Israel, junto con el Salmo 106 y muchos de los salmos reales, entre otros.[12] El esquema general de los salmos históricos es contar la historia de un Dios que realiza «obras maravillosas» (versículo 8), aunque los israelitas, su pueblo elegido, han demostrado ser infieles. En la evaluación del salmista, los actos de infidelidad a menudo parecen corresponder a una eventual obra de misericordia impresionante del Señor. El salmo también incluye varios temas más específicos que enfatizan el tono general de alabanza y acción de gracias al Dios de Israel.
En la introducción, la primera sección del Salmo 107, se dice que el Señor reúne «a los redimidos... del oriente y del occidente, del norte y del sur» (v. 2, 3). A continuación, las cuatro secciones siguientes se refieren a personas que «vagaron por desiertos», «se sentaron en tinieblas y sombras», «enfermaron por sus caminos pecaminosos» y «bajaron al mar en barcos» (v. 4, 10, 17, 23). Cada uno de estos descriptores de ubicación corresponde a un punto cardinal, como se menciona en el tercer versículo del salmo. Los páramos desérticos mencionados en la segunda sección del salmo parecen indicar un «gran desierto oriental» que podría estar bajo el sol, que sale por el este.[13] Asimismo, en la dirección opuesta, hacia el oeste, donde se pone el sol, se dice que los israelitas se sientan «en tinieblas y sombras» (v. 10). La correlación descrita en esta sección entre la oscuridad y la impotencia, sin la ayuda del Señor, se remonta a las descripciones del Antiguo Testamento de Abraham (Génesis 15:12).[13] A lo largo de la historia hebrea temprana, se pensaba que el norte era la dirección más asociada con el mal y la iniquidad, lo que enfatizaba la correspondencia de la dirección del norte con la cuarta estrofa, que comienza con «algunos estaban enfermos por sus caminos pecaminosos, y debido a sus iniquidades sufrieron aflicción» (v. 17).[13] Y finalmente, en la orientación de la región que Israel ocupaba en la época del Salmo 107, al sur se encontraba el mar, en paralelo directo con el comienzo de la quinta sección, «algunos descendieron al mar en barcos» (v. 23).[13]
El Salmo 107 es, sobre todo, un himno que conmemora el poder de Dios. A pesar de las transgresiones de los israelitas, el Señor los perdona. El salmo profundiza en este tema, diciendo que el Señor «convierte el desierto en estanques de agua... y allí deja habitar al hambriento» (v. 35, 36). Esta descripción de los milagros realizados por el Señor refuerza la imagen de las «obras maravillosas» mencionadas anteriormente en el salmo (v. 8). Sin embargo, las obras del Señor se mencionan en muchos salmos; lo que hace que el Salmo 107 sea algo inusual es su descripción de las obras del Señor como explicación para el pueblo. El salmo es un himno de acción de gracias al Señor «con el fin de dar a conocer [las obras del Señor] a la humanidad, para que ellos también puedan unirse a la alabanza de [el Señor]».[14] Este concepto parece indicar que David ha escrito una especie de himno circulatorio agradeciendo al Señor por permitir a los israelitas agradecer al Señor. Estos temas concordantes de iluminación y gratitud se refuerzan mutuamente a lo largo del salmo y, de hecho, a lo largo del resto del quinto libro de salmos, del que el Salmo 107 es el himno de apertura.
Kirkpatrick sostiene que «los hombres» llamados a regocijarse en los versículos 8, 15, 21 y 31 no son personas en general, sino específicamente aquellos cuya liberación se ha descrito anteriormente (aquellos que «vagaban por el desierto por un camino desolado», versículo 4, etc.)[8]
Como ocurre con gran parte del Antiguo Testamento, muchos cristianos entienden que el Salmo 107 presagia un acontecimiento registrado en el Nuevo Testamento. Un famoso relato de la vida de Cristo del capítulo cuatro del Evangelio de Marcos sigue a la quinta sección del Salmo 107, que describe la difícil situación y el eventual rescate de los que están en el mar. En la biografía de Jesús de Marcos, mientras él y sus discípulos están en una barca en el lago de Galilea, se levanta una tormenta. Jesús calma la tormenta diciendo: «¡Paz! ¡Callaos! (KJV). De la misma manera, el Salmo 107 describe a los israelitas en el mar cuando se levanta una tormenta. Las olas «subían hasta el cielo, bajaban hasta el abismo» (v. 26) y el Señor entonces «aplacó» (v. 29) la tormenta. El lenguaje de ambos pasajes es similar, lo que respalda las imágenes y la situación reflejadas que comparten las historias.[15] El ser divino que calma la tormenta es también el mismo según la tradición cristiana: el Señor, ya sea Padre, Hijo o Espíritu Santo, es un solo ser. El versículo 10 se cita en Lucas KJV[16]
El Salmo 107 forma la pieza de apertura de la liturgia moderna para el Día de la Independencia de Israel que se encuentra en los libros de oraciones judíos sionista religioso libros de oración judíos.[17] También se utiliza en la fe católica como parte de la Misa. En la misa católica romana, se leen selecciones del Salmo 107 en varias ocasiones a lo largo del año, siendo la más común durante el himno entre la primera y la segunda lectura. A menudo se cita en eventos relacionados con la armada y los marinos, como la botadura de barcos.[18]
El versículo 1 del Salmo 107 es el texto de una ronda en alemán, «Danket, danket dem Herrn», con música tradicional del siglo XVIII. El salmo inspiró el himno de William Whiting «Eternal Father, Strong to Save».
Heinrich Schütz compuso una adaptación a cuatro voces de un texto métrico alemán, «Danket dem Herren, unserm Gott», SVW 205, para el Salterio Becker de 1628. George Dyson eligió versículos del salmo como texto para su Sinfonía coral, «Salmo CVII». Los versículos se utilizaron como texto del movimiento 3 de Lobgesang de Mendelssohn.