Un salero (también potorro)[1] es un recipiente que se coloca en la mesa para servir sal al gusto,[2] y que a su vez se emplea en la cocina para sazonar los alimentos. Habitualmente, forma pareja con el pimentero, del que sólo se diferencia en el número o diámetro de los orificios de salida.
Por lo general, cuenta con dos componentes:
Los saleros preciosos y artísticos (de oro y plata o de loza esmaltada y figuras) se mencionan en los inventarios desde el siglo XIV, estando muy de moda en dicho siglo y en los siguientes hasta el siglo XVIII. Varios de ellos tienen forma de naveta o de barquilla con pie o con ruedas y se destinaban a contener sal y especias o simplemente servían de pura ceremonia. Tal es el caso de: