Sabariego es una pequeña aldea que pertenece al término municipal de Alcaudete (Jaén, España). En 2020 contaba con una población de 249 habitantes,[1] entre urbe y edificaciones colindantes (cortijos, haciendas, fincas rurales, etc.).
Sabariego | ||
---|---|---|
Aldea | ||
Entidad | Aldea | |
• País | España | |
• Comunidad autónoma | Andalucía | |
• Provincia | Jaén | |
• Municipio | Alcaudete | |
Población (2020) | ||
• Total | 249 hab. | |
Las principales actividades económicas están influenciadas por su pertenencia al municipio Alcaudete y la zona geográfica en que se encuentra. Por tanto, podemos hablar de una base económica sustentada con actividades agrícolas y/o pertenecientes a la industria agro-alimentaria, siendo referentes principales los olivares. Además, podemos destacar que en los últimos años está surgiendo cierto crecimiento del turismo rural.
La pedanía de Sabariego se localiza en el área sur-este de la provincia de Jaén, a escasos km del área provincial de Córdoba. Es atravesada por "la carretera de Alcaudete" (JA-4305). Encuentra su principal núcleo de población en la denominada popularmente "Paseilla" (37°31'33.7"N 4°02'41.0"W), en una altitud aproximada de 620 m s. n. m.
Esta torre, y el cerro que corona, deben su nombre actual a la proximidad de un molino de harina que existía por la zona, y del cual aún existen restos.
Fiesta del Palo: Celebrada el día 1 de mayo, esta festividad surge antes de la guerra civil, como propuesta de los aldeanos y aldeanas para compartir y festejar un día en el que poder comer y beber en aquella época difícil. De este modo, la población de la aldea, cada primero de mayo, se aproximaba a las alamedas cercanas al río San Juan en busca del tronco con mayor altura y robustez que pudiera encontrarse para talarlo. Una vez conseguido el tronco se trasladaba hasta los territorios del alcalde de la ciudad y se erguía introduciéndolo en un agujero cavado en el suelo. Dicho tronco presidiría la totalidad de la jornada. La tradición cuenta que el alcalde invitaba a las familias a una comida en el festejo, todo ello acompañado de música, hasta altas horas de la madrugada. Una vez acabada la festividad, los/as jornaleras/os troceaban la leña del álamo talado y se la ofrecían al alcalde de Sabariego.
La llegada de la Guerra Civil eclipsó este tipo de celebraciones, las cuales sufrieron un parón durante el tiempo de conflicto bélico. Una vez estabilizada la situación, el aún recordado por la población de mayor edad de Sabariego alcalde Arturo Mora retomó esta tradición.
La construcción de la ermita de San Pedro y la Purísima Concepción en el año 1947 supuso un nuevo símbolo y “ritual” para dar comienzo al inicio de la festividad. En aquel entonces, sería un largo y flexible álamo, moldeado como un arco, acompañado de pirotécnica, lo que daría comienzo al inicio de la festividad de esta tradición sabaregueña.
Es entrañable mencionar cómo se rumorea en Sabariego que en ocasiones se ha alzado un enorme tronco en la plaza del pueblo, conocida también como “Pasailla”, y cómo en el extremo mayor se colgaba un jamón que sería de aquella persona que lograra escalar hasta alcanzarlo. Hay que destacar, además, que este tronco se haya cubierto de jabón. Actualmente, el primer día de mayo se sigue celebrando el día de “El Palo”. En este caso la verbena tiene un carácter de celebración y ocio, además de cultural y matices religiosos (ya que se celebra la procesión de la matrona y patrón de la aldea: San Pedro Apóstol y la Inmaculada Concepción).
La celebración suele constar de:
Fiesta de la Candelaria Esta festividad no es exclusiva de Sabariego y podemos encontrar su origen en diferentes vertientes de la historia. Una vez incluido el matiz anterior, debemos decir que “La Candelaria” se celebra cada 2 de febrero, en el caso de Sabariego, como culto a la Virgen de la Candelaria, Para ello existe costumbre de recolectar y amontonar los ramales y troncos excedentes de los olivares para hacer una gran hoguera, alrededor de la cual se organiza una verbena a lo largo del día.