SCX (Conocida en España, México y Rusia como Scalextric[1]) es una marca de coches de juguete eléctricos fundada en el año 1962 por la empresa juguetera española EXIN, al hacerse con los derechos de fabricación de Scalextric. Su fábrica se ubicaba originalmente en Barcelona.[2]
El slot fue un juguete creado hacia 1957, en el que su creador, Fred Francis, acopló un pequeño motor eléctrico a los coches a escala que ya producía, añadiendo la novedad de un control remoto mediante interruptor. El nuevo producto se convirtió en un éxito inmediato, hasta el punto de que su creador se vio obligado a vender la patente al no poder hacer frente a todos sus pedidos a Lines Bros.[2] Hacia 1960 se abandonan los coches metálicos y se comienza con el plástico moldeado.[3] Paralelamente, la empresa juguetera española EXIN registra en su país la misma marca, Scalextric, de la mano de su socio Josep María Arnau, pese al desconocimiento de los propietarios de los derechos en Reino Unido.[4] En el contexto de la España franquista, el gobierno aplicaba fuertes medidas proteccionistas, por lo que las importaciones se encontraban seriamente limitadas.[5] Durante los primeros años de la existencia del juguete, EXIN obtuvo una licencia para la importación del producto en pequeñas cantidades.
Ya en 1962, Lines Bros y EXIN llegan a un acuerdo para comercializar Scalextric en España. De principio, se fabricarían en Barcelona el sistema de alimentación y las pistas, mientras que las maquetas habrían de ser importadas desde Reino Unido.[3] La fabricación de las pistas hubo de ser subcontratada a la filial española de Pirelli, ya que los primeros modelos fueron fabricados en caucho,[6] las de plástico llegarían tres años más tarde. Cabe destacar que el precio de venta por entonces de un circuito completo rondaba las 1 200 pesetas, en una época en el que el sueldo mínimo se situaba solamente en 1 800 pesetas.[7] El primer registro de una competición de slot en España data de 1965, una carrera de 12 horas en un circuito de seis carriles y 30 metros de longitud en Sabadell, dando fe de la creciente popularidad del juego a pesar del prohibitivo coste que suponía para una amplia mayoría.
No sería sino en 1966 cuando EXIN comienza con la fabricación propia también de los coches. El primer modelo de producción local fue un SEAT 600. La detallada reproducción que aplicaba EXIN a estos juguetes le granjeó una muy buena reputación en el mundo del slot, siendo considerados entre los mejores a nivel global. Tanto fue así, que otras empresas subcontrataban a EXIN para la fabricación de coches que nunca fueron puestos a la venta bajo su nombre.[8] Las cajas de Scalextric estaban decoradas con ilustraciones de Lluís Bargalló.[7]
Hacia 1982, en el vigésimo aniversario de la Scalextric española, sale a la venta un modelo conmemorativo basado en el BMW M1 de color negro con decoración dorada.[9] Además, también se presenta una nueva gama de producto denominada SRS (Siglas de Super Racing System), cubriendo la demanda de un sector de la clientela que solicitaba una variante más orientada a la competición, con unos bólidos que, si bien perdían muchos enteros en cuanto a la calidad de reproducción al ser fabricados en acetato, contaban con un motor mucho más potente y neumáticos de mejor agarre, además de relaciones intercambiables y llantas de aluminio.[10]
El buen hacer de la empresa quedaba patente en el ritmo con el que presentaban novedades, ajustándose a los protagonistas de variadas categorías del automovilismo a escala real. También fue pionera en la aplicación de mejoras, tales como la introducción de la tracción total[11] o los coches equipados con alumbrado.
Para 1985 se presentó otra novedad llamada STS (Por Super Traction System), que reproducía en este caso modelos todoterreno, si bien esta gama sería fabricada en escala 1/43, en lugar de la tradicional 1/32. Tendría su propio surtido de pistas, orientadas a ofrecer dificultad a la hora de sortear los distintos obstáculos que presentaba, emulando una carrera de rally raid.[10]
La marca comercial SCX fue creada en 1990, destinada a los modelos que serían para exportación, evitando disputas con la Lines Bros.[12] Sin embargo, la matriz británica empieza a tener problemas financieros, que terminaron afectando gravemente a sus filiales extranjeras; no solamente a EXIN, sino también Meccano en Francia o MRRC en Estados Unidos.[8]
En 1992, EXIN, a pesar de la calidad de sus productos, también atravesaba dificultades al verse lastrada por otros departamentos. La llegada de juguetes de fabricación asiática y la irrupción de los videojuegos hicieron mermar sus ventas. Ante esta situación, se vio forzada a vender parte de su negocio a Tyco Toys, en la que se encontraba Scalextric.[13] En este acuerdo de venta se incluían los derechos de la marca comercial en España y México, forzando a Hornby, nueva propietaria de Tri-ang a cambiar la denominación de sus productos, que habrían de ser comercializados en estos mercados como Superslot. Asimismo, los productos de Tyco que fueron exportados, lo harían bajo la marca Slotfast. Una de las primeras medidas de la nueva propietaria fue la de cerrar la fábrica barcelonesa y empezar a fabricar en China. Una parte de los antiguos empleados fundaron una nueva empresa dedicada al slot, Ninco.[8]
La afición no guarda un buen recuerdo de esta época, al entenderse que el producto bajó enormemente su calidad tras llevarse la fabricación a China, y haciendo caso omiso a las demandas de los clientes.[5] La decreciente calidad era palpable al ver que las carrocerías dejaban de estar inyectadas en butirato de acetato de celulosa (Cuyo único fabricante a nivel mundial a la sazón era Kodak) para hacerse en acrilonitrilo butadieno estireno, más barato pero también frágil; fallos a la hora de aplicar la escala, o en el cuidado aplicado a los diseños, dejando de representar pequeños detalles como rejillas, espejos...[14] Sin embargo, hasta nuestros días ha llegado el Club Scalextric, que fue fundado en 1995.[12]
El fin de la etapa Tyco llega tras su adquisición por Mattel, que quiso deshacerse de esta línea de producto al no ver una gran rentabilidad en ella.
En 1997, la empresa fue adquirida por TecniToys.[15] Tecnitoys aplicó una fuerte inversión en I+D, lo que impulsó las ventas y la popularidad del juguete, además de facilitar la llegada de un mayor capital de manos de Grupo Planeta. También se recuperó la marca SCX para la venta en el extranjero.
La propia marca considera su maqueta del Ferrari F2004, pilotado por Michael Schumacher como su producto más vendido, alcanzando los ocho millares de unidades,[16] aunque esta cifra quedaba lejos de las ventas de la era EXIN.
La mayor innovación de este periodo sería la adaptación del juguete a los nuevos tiempos. Se desarrolló en 2003 un sistema digital llamado SDS (Scalextric Digital System) que permitía cambiar de carril a voluntad del jugador, además de añadir la posibilidad de correr con más miniaturas que carriles tuviera la pista como hasta entonces. Esto suponía la aplicación de nuevas tecnologías para la comunicación inalámbrica entre el mando y el vehículo y que, para el piloto se pudieran realizar adelantamientos con mayor realismo y simular situaciones como bajos niveles de combustible.[17]
Pero la andadura de esta nueva gestora terminó en 2009, gravemente herida por las circunstancias que atravesaba el país.[1] Tras un concurso de acreedores, Winkler International adquiere los derechos de fabricación, cediendo a Educa Borrás la licencia para su explotación.
La nueva propietaria traslada la sede de la marca a Ibi.[18]
Tras diferentes desacuerdos con Winkler International, Educa Borrás pierde la licencia, por lo que los derechos se subastaron en 2016. Hot Wheels pujó 25 000 € y Carrera Toys duplicó la oferta, pero la hasta entonces licenciataria no se presentó,[19] presuntamente por falta de liquidez en el momento.
Actualmente la propietaria de los derechos es la empresa Scale Competition Xtreme, propiedad de Lluís Arnau, un descendiente de uno de los socios originales de EXIN,