Rodrigo Guerrero (Córdoba, Argentina, 26 de noviembre de 1982) es un director y guionista de cine argentino que se graduó en la licenciatura de Cine y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba y trabajó profesionalmente obteniendo varios premios.[1]
Rodrigo Guerrero | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
26 de noviembre de 1982 Córdoba, Argentina | |
Nacionalidad | argentina | |
Información profesional | ||
Ocupación |
director de cine Guionista de cine | |
Su primera película la filmó en la provincia de Córdoba y fue exhibida en varios festivales:
Sobre este filme de temática LGBT la nota crítica de José Antonio Martín en el sitio web elantepenultimomohicano.com dijo:
”No esperen encontrar una gran historia…Pese a su apariencia sencilla y lineal, sutilmente cuela la película interesantes apuntes sobre las diferentes maneras de vivir la sexualidad en la pareja… Es…una obra muy afín a los tiempos que corren, que muestra cómo la gente se vale de las nuevas tecnologías para relacionarse...Estamos pues ante una propuesta mucho más interesante de lo que puede parecer a simple vista, bastante arriesgada tanto en su empeño de alargar demasiado los planos para dejar que sus criaturas hablen, como en sus audaces escenas de sexo. Lo que es seguro es que Rodrigo Guerrero se ha convertido desde ya en un nombre a seguir en el futuro cine argentino.”[3]
Guerrero contó cuando supo que el Festival de Venecia otorgaba un premio de producción comenzó a pensar una historia que sucediera en esa ciudad, le contaron la anécdota de una pareja de gente madura en la que el hombre muere en forma imprevista y la mujer decidió continuar el viaje. A partir de allí buscó cómo integrar esa situación con la ciudad y dice que el filmar en invierno le ayudó a construir el clima y definir el estado anímico del personaje.[1] Juliana Rodríguez en La Voz del Interior escribió sobre este filme:
”Como en otras películas del director Rodrigo Guerrero… Venezia encuentra un camino eminentemente cinematográfico para indagar en la sensibilidad de su personaje, en su búsqueda, y así crear un drama intimista. Allí donde otros ponen diálogos o monólogos, Guerrero apuesta por la calidad interpretativa de su actriz… y las elecciones estéticas de la fotografía…y…elige poner la densidad dramática en su entorno. La decisión de escapar el formato apaisado o panorámico, de usar luz natural y de trabajar en el montaje las escenas capturadas espontáneamente en la ciudad aciertan en su objetivo. Venecia también puede ser la ciudad más triste del mundo.[4]