Los ripios, también conocidos en Latinoamérica como cortes, son fragmentos de roca[1] que son cortados por la mecha o barrena de un taladro de perforación de pozos,[2] bien sea pozos de agua o pozos de exploración y producción de hidrocarburos. Los ripios suelen estar constituidos por rocas sedimentarias como arenisca, arcillita o rocas carbonáticas como la caliza.
Los ripios se consideran un desecho que puede ser peligroso cuando están impregnados con fluidos de perforación de base aceitosa[3] o con los propios hidrocarburos líquidos contenidos en las rocas atravesadas del yacimiento.[4] Para resolver el problema de los ripios como desecho, existen varias opciones tecnológicas de tratamiento y disposición final[5] como el biotratamiento,[6] la incineración, la estabilización o solidificación y la inyección subterránea.[7]
Anteriormente, los ripios junto con otros desechos de perforación se disponían en fosas[8] que se cavaban al lado de los pozos, especialmente pozos petroleros, lo cual pone en riesgo a las aguas subterráneas por infiltración de contaminantes, además de afectar el propio suelo.[9]