El repostero mayor del rey era un oficial de la Casa real encargado, durante la Baja Edad Media, del «repuesto o depósito» donde, en arcones o cofres, se guardaban los objetos personales del rey junto con todos aquellos que este le entregara para que los vigilara.[1]
En la Primera Crónica General, como señaló Jaime de Salazar y Acha, se menciona que un individuo llamado Venito Pérez era el repostero mayor del rey Alfonso VI de León, aunque fue en el reinado de Alfonso X de Castilla, y concretamente en 1262, cuando un ricohombre castellano, Enrique Pérez de Arana, que llegó a ser adelantado mayor del reino de Murcia y contaba, según dicho historiador, con la «máxima confianza» del monarca, aparece ocupando el cargo de repostero mayor del rey.[2]
Hay constancia de que el salario de los reposteros mayores del rey ascendía a 12.000 maravedís anuales, siendo dicha suma, según Salazar y Acha, equivalente a la que percibían el ballestero mayor del rey y su maestresala, y si alguien asesinaba al repostero mayor, sufría la misma pena que si hubiera dado muerte a uno de los alcaldes del rey.[3]
En la segunda mitad del siglo XIV había cuatro clases de reposteros menores que actuaban a las órdenes del repostero mayor del rey:[4]