Rebeca Eunice Vargas Tamayac conocida como Rebeca Lane o Miss Penny Lane (Ciudad de Guatemala, 6 de diciembre de 1984) es una artivista, socióloga, poeta y cantante de rap feminista y anarquista guatemalteca.[1] Es fundadora de Somos Guerreras una propuesta para visibilizar el trabajo de las mujeres de Centroamérica en el Hip Hop generando espacios de formación, convivencia y producción de eventos. Ha publicado su poesía en revistas literarias de Guatemala, Puerto Rico y México. En 2019 se publica su primer libro de poesía "Hierbamala" con la editorial Arscesis. Como socióloga ha realizado diversas investigaciones sobre culturas juveniles y tribus urbanas en Guatemala (2012).[2] Su música, reivindicativa feminista y de denuncia de las violencias sociales y contra las mujeres, le ha valido reconocimiento internacional.
Rebeca Lane | ||
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Rebeca Eunice Vargas Tamayac | |
Nacimiento |
6 de diciembre de 1984 (40 años) Ciudad de Guatemala, Guatemala Ciudad de Guatemala (Guatemala) | |
Nacionalidad | Guatemalteca | |
Información profesional | ||
Ocupación | Cantante y poetisa | |
Años activa | 2000 - actualidad | |
Género | Rap | |
Instrumento | Voz | |
Discográfica | Lácteo Cósmico | |
Artistas relacionados | Ana Tijoux, Gata Cattana, Nakury, Audry Funk, Zaki, Kontra | |
Sitio web | ||
Rebeca Lane nació en 1984, en uno de los momentos más crudos de la guerra civil que se prolongó en Guatemala de 1960 a 1996 y que marca su vida. Creció en una familia relacionada con la música y la poesía como medio de expresión.[3] Su tía fue la guerrillera y poeta Rebeca Eunice Vargas Braghiroli, detenida y desaparecida por el ejército guatemalteco a finales de la Guerra Civil en Guatemala en 1981.[4] Su desaparición, ha explicado la artista en diversas entrevistas, dejó una profunda herida en la cantante quien se introdujo en el activismo político a los doce años, y busca rescatar la memoria histórica de su país a través del rap: “no como víctima -dice- sino como portavoz de la marginalidad y de la lucha de clases”.[4] Su música está atravesada por referencias a feminicidio, mestizaje, violencia y diferentes luchas sociales.
Su nombre artístico como rapera tiene conexión con esa desaparición: “Mi nombre es mi identidad, arraigada a una identidad ancestral y dolorosa por su ausencia. El Lane sale de un sobrenombre que me pusieron mis amigos (Miss Penny Lane)"[1] Miss Penny Lane es el nombre que utilizó para firmar su blog, “Mujeres de bolsa grande y zapatos bajos” que recoge su producción poética[5] Como poeta ha publicado en la Revista de la USAC, Revista Literaria Voces Convergentes, Revista Imagina, El Vestíbulo (Puerto Rico), la revista electrónica Te prometo Anarquía, y Analistas Independientes de Guatemala. Así como en poemarios colectivos de Cascada de Palabras, Cartonera (México).[6]
Rebeca Lane ha participado también como actriz de teatro en : Histéricas y no tanto (2013), Danzas saicas alucinantes (2012), El Juego (2009), Las Profanas (2009).
Estudió sociología en la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos de Guatemala y comenzó a profundizar en los esquemas de liberación femenina. Como socióloga participa en diversos foros académicos y en 2012 realiza diversas investigaciones y ponencias sobre culturas urbanas e identidades juveniles, particularmente la cultura Hip Hop.[7]
Su inquietud por el rap surge a raíz de su militancia en una organización civil en la que, familiares de asesinados, desaparecidos y presos políticos de la última dictadura militar en Guatemala, luchan contra la represión y la impunidad en favor de los derechos humanos.[4] Empezó escuchando al grupo argentino Actitud María Marta. En la poesía que escribe desde pequeña encuentra los elementos primordiales del rap: palabra, rima y música. Como locutora del programa “Políticamente incorrecta” en Da-radio.com en ciudad de Guatemala, donde conversaba sobre temas considerados socialmente tabú,[8] tuvo la posibilidad de conocer grupos de rap y grabar,[4] combinando poesía y hip hop para llevar más lejos su mensaje.
A raíz de su militancia por la recuperación de la memoria histórica se involucra en la lucha por las tierras de pueblos indígenas y en movimientos políticos de obreros y pobladores en contra del neoliberalismo. Darse cuenta de las dinámicas sociales por las que se limitaba a las mujeres la voz y liderazgo le lleva a implicarse en el feminismo; primero desde grupos teatrales y de arte urbano y poético, para centrarse desde 2012 en el rap y en el hip-hop.
En su obra poética y sus canciones de rap destaca la denuncia de la situación de las mujeres y la reivindicación de autonomía y libertad rompiendo con la tradición. En este marco, la guatemalteca forma Somos Guerreras, una propuesta para visibilizar el trabajo de las mujeres en el Hip Hop de Centroamérica[9]en la que se le unen las también raperas Nakury, de Costa Rica, y Audry Funk, de México. Según Lane, el objetivo es “crear espacios para las mujeres dentro de la cultura Hip Hop para el empoderamiento colectivo”, para lo que generan talleres, convivencia y eventos, realizando diversos tours e incluso, en 2016, un documental sobre la participación de las mujeres del Hip Hop en la región.
"Ya no somos las fans, las novias de, las invitadas a abrir eventos. Hemos logrado que los chicos tengan respeto por lo que hacemos, y organizado nuestros propios eventos”, dice Lane. En fin, “hemos perdido el miedo de que no nos quieran ir a ver actuar”.[10] "El hip hop nos llegó a nosotros en cierto momento histórico donde los jóvenes en Guatemala necesitábamos una vía de expresión, libre, política y accesible. Porque yo nunca me planteé tener un grupo de rock o algo así porque para nosotros no es accesible tener una guitarra, tener un lugar donde ensayar, ponerte de acuerdo con cinco personas que tengan cada una un instrumento y que sepan tocarlo y que hayan ido a clase o que sean autodidactas. (...) este (ritmo) es el que me parece que es muy popular, muy necesario, y que es el que a mi generación le ha permitido expresarse, en ese contexto de guerra que todavía estamos viviendo, diferente al que se vivió hace más de 20 años." [11] Rebeca Lane
El rap feminista en el que se sitúa Rebeca Lane contribuye a crear redes de apoyo entre mujeres y a visibilizar y confrontar distintos tipos de violencia sistémica, y en espacial contra las mujeres. Su música conecta con grupos y movimientos que defienden los derechos humanos en Latinoamérica, a las comunidades indígenas en su lucha para proteger la tierra de sus ancestros y a varios movimientos sociales vinculados al feminismo comunitario, el cuestionamiento de la memoria histórica o subvertir los códigos tradicionales de género.
"Sus canciones y videoclips traducen una reflexión social y unos planteamientos feministas contra-hegemónicos sólidos, con una sensibilidad cercana al feminismo comunitario. Rebeca Lane subvierte la tradición muy machista del rap, decolonizando y liberando el cuerpo de mujer. Veremos cómo su rap llega a ser un instrumento de empoderamiento y reconstrucción de la identidad de mujer, pero también de recuperación de la memoria colectiva y sanación del cuerpo social."[12]
Como cantante, su carrera incluye trabajos como solista y y también como miembro del colectivo de hip hop Última Dosis, integrado por raperos, productores, diseñadores y artistas urbanos. En 2012 en el colectivo Última Dosis graba Rap(H)² - 502 mg[13] y participa en el Festival Internacional Revolución Hip Hop 2012 de Guatemala.
Como solista, en octubre de 2013 lanzó el EP "Canto", con 8 temas, entre los que tiene especial resonancia "Mujer Lunar". Ese año participa en diversos festivales internacionales en México.
En 2015 presenta su segundo trabajo en solitario, el álbum Poesía Venenosa,[14] con ritmos de hip hop, reggae y soul, y temas centrados en el empoderamiento de la mujer frente al machismo. Realiza el Tour Vulvástico por 8 ciudades de México, junto a la rapera costarricense Nakury.
En 2016 lanzó su tercer álbum "Alma Mestiza",[15] con el que realizó giras internationales en Centroamérica, España, Alemania y otros países europeos. El álbum tiene 14 temas, entre ellos: “Reina del Caos”, una de sus canciones de más éxito, “Este cuerpo es mío”, y la “Cumbia de la Memoria”. Además tiene colaboraciones en: “Somos Todo” junto al rapero guatemalteco Tr3s Palabras, y “Libre, Atrevida y Loca” con Miss Bolivia de Argentina y Ali Gua Gua de México.
En 2018 publica el álbum "Obsidiana",[16] donde su propuesta rítmica combina géneros como el hip hop, cumbia y música wayra, un estilo originario de Los Andes. El álbum ahonda en los ancestros y la re-construcción del lenguaje propio. Rebeca Lane lo define como "buscar un hip hop que suene a nosotras, buscar lo que suena en estas tierras, buscar los sonidos propios y los nuestros para crear una propuesta estética desde nosotras, no copiando lo que pasa en el norte que es usualmente lo que siempre hacemos."[17] Con un título que hace referencia a la piedra volcánica, negra y cristalizada que los mayas consideraban la "piedra de la verdad" o "de la justicia". Con esta nueva entrega, Lane visita por tercer año consecutivo España y da conciertos en 8 ciudades, como una de las escalas de su gira europea.
En 2020 lanza “Para qué llorar”, un single creado durante la cuarentena de la pandemia COVID-19, y a principios de 2021, "La Tatuana", como adelantos de un nuevo EP, “Llorando diamantes”, de próxima aparición.[18]
Además, ha colaborado con varios artistas de distintas nacionalidades, como la rapera feminista La Furia, con quien grabó el tema "Soy lo que soy" y su video oficial;[19] las mexicanas Audry Funk y Masta Quba con quienes grabó "Chismecito", el salvadoreño Zaki[20] o la rockstar de la cumbia argentina Tita Print.[21]