Un racor (del francés raccord) es una pieza metálica con o sin[1] roscas internas en sentido inverso, que sirve para unir tubos, por ejemplo los cuadros de bicicletas, u otros perfiles cilíndricos.
Racor de incendios: Es una pieza indispensable en las conexiones de las mangueras utilizadas para apagar incendios por los bomberos. Hay tres tipos exclusivas para la lucha contra incendios:
y otros tanto de otros tantos países.
Es un racor simétrico, es decir cualquier racor empalma con cualquier otro, dentro de la misma talla. Consiste en un cuerpo cilíndrico y hueco que tiene por un lado tres patillas que engarzan con sus homólogas con un giro de cuarto de vuelta, y por el otro la correspondiente cola de ligatura, rosca mecanizada o tapa ciega. Los tres diámetros principales son: Ø25, Ø45 y Ø70, aunque existe el racor Bcn Ø100 que se utiliza en algunos trabajos especiales o tomas de hidrantes. (Medidas en mm.) Los tipos que existen en el mercado serían:
La capacidad hidráulica de estos racores viene fijada en norma, pero por regla general son aptos únicamente para trabajos de impulsión, no de depresión, pues tienden a soltarse. Están construidos en aluminio forjado y posterior recubrimiento anodizado. También se construyen en aleación de bronce para ambientes marinos donde el aluminio no aguanta bien. Y por último, se construyen algunos modelos en aluminio fundido, preferentemente para instalaciones fijas del tipo BIE, Boca de Incendio Equipada.
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