Quesintuu y Umantuu

Summary

Quesintuu y Umantuu son los nombres de dos seres con características de sirenas, parte pez y parte humana, presentes de las culturas de Los Andes. Su origen se sitúa en la Cuenca del Desaguadero y sus alrededores, representaciones de éstos seres se han encontrado en numerosas piezas prehispánicas de las culturas Urus, Chipayas y otras cercanas al área mencionada.[1]

Motivo de sirena con charango esculpida en la portada de la Iglesia de Salinas de Yocalla.

Bertonio menciona el mito detrás de su existencia, ligado a Tunupa:

“Quesintuu, Umantuu: son dos hermanas con quien pecó Tunuupa, según se cuenta en las fábulas de los indios”. “Quesintuu: otra especie de bogas” (Bertonio, 1984:II, 291) [2]

“pece, chaulla: cuyos nombres particulares más ordinarios son estos: quesintuu, umantuu, que son bogas” (Bertonio, 1984: I, 354)[3]

Con base a éstos textos la historiadora Teresa Gisbert refiere que la leyenda puede ilustrar la relación carnal con seres de origen lacustre, posiblemente seres femeninos pisciformes,[4]​ cuyos nombres se corresponden con especies del lago Titicaca: Umanto o boga del lago Titicaca.[5]

También se refiere que la unión de éstos seres puede simbolizar la unión de dos espacios diferentes, el agua, la tierra, y el rayo.

Representaciones coloniales

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En diferentes manifestaciones artísticas elaboradas durante la colonia se hallan numerosos ejemplos de figuras mitad pez y mitad humanas en obras de arte del barroco mestizo.[6]

Estos seres pueden observarse en las fachadas de iglesias construidas entre los siglos XVII y XIX en Bolivia: La Paz, Potosí y Chuquisaca, así como en los frontis de las iglesias peruanas de Cuzco, Arequipa, Quispicanchi, Asillo, Lampa, Zepita, Huamán, Tarapacá y Puno.[1]

También se encuentran representadas en expresiones pictóricas como es el caso de las Machaca, Guaqui, o Huachacalla, en Bolivia, así como en Zepita, Urcos en Perú. El tallado y escultura de retablos en Chuquisaca, Juli o Cuzco también las representan, y en el arte mueble pueden encontrarse en barqueños como en Chuquisaca, o en objetos de platería nuevamente en Cuzco y Chuquisaca.[1]

Representación en la cultura Uru

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Los primeros indicios de la existencia de estas criaturas están en la cultura Uru, en Bolivia, donde son llamadas kot’suns o seres del agua. De acuerdo a la cosmovisión Uru, los primeros habitantes de la tierra surgieron del lago Titicaca, inicialmente con torso humano y cola de pez; en la medida que pisaron tierra firme desarrollaron pies y aprendieron a caminar.[7]

El investigador Arturo Posnansky describe la existencia de la representación de kot’suns en adornos metálicos llamados lauraques, usados por las mujeres en sus trenzas, que fueron encontrados en los alrededores de la Tiahuanacu. Los adornos eran un distintivo social.[7]

Estos lauraques urus tenían cabeza humana, cola de pez y mamas bien marcadas, por lo que se les atribuye el sexo femenino; también se encontraron figuras masculinas con la cabeza adornada y falos marcados.[7]

Referencias

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  1. a b c Revilla, Paola (2012). «Quesintuu y umantuu: Sirenas y memoria andina». RUNA XXXIII. Consultado el 30 de octubre de 2023. 
  2. Claros Aripe, Edwin (2012). «Fauna y flora en el Vocabvlario de la lengva aymara de Ludovico Bertonio». Revista Ciencia y Cultura. Consultado el 30 de octubre de 2023. 
  3. Medinacelli, Ximena (2012). «Bertonio y el mito de Tunupa». Revista Ciencia y Cultura. Consultado el 30 de octubre de 2023. 
  4. Eyzaguirre, Milton (2012). «Bertonio y el modelo de la estructura ideológica: Tunupa y el allu pacha». Revista Ciencia y Cultura. Consultado el 30 de octubre de 2023. 
  5. Gisbert, Teresa (2017). Iconografía y mitos indígenas en el arte. pp. 91-99. ISBN 9789997462992. 
  6. «Sirenas andinas, de los Urus al barroco mestizo». 
  7. a b c Miranda, Mijail (4 de octubre de 2023). «Sirenas andinas, de los Urus al barroco mestizo». Https://muywaso.com/. 
  •   Datos: Q123272954