El qati qati, kati kati o katekate es un personaje mitológico boliviano. Se trata de una cabeza voladora que durante las noches se desprende de su cuerpo. Se lo asocia con un pájaro y su nombre viene de su graznido, el cual parece sonar como "qat, qat, qat".[1] En Ayacucho, en el Perú, se lo conoce como Waqya y su nombre provendría del graznido "waq, waq, waq".[2]
Qati qati | ||
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Datos | ||
Otros nombres | katekate, kati kati, waqya | |
País | Bolivia | |
Región | Los Andes | |
Criaturas similares | Kari kari | |
Se dice que la cabeza se desprende del cuerpo por las noches para flotar o ir dando brincos. Existen varias razones por las que la cabeza se desprendería, siendo un de las más extendidas que si una persona se va a dormir con sed o hambre, su cabeza lo abandonará por la noche en busca de agua o comida, con el riesgo de que los cabellos se enreden en algún sitio y le impidan a la cabeza volver a su cuerpo, lo que supondría la muerte de la persona. Se dice que por esta razón las mujeres embarazadas o que recién dieron a luz duermen con el cabello suelto y bien cepillado en el Altiplano, de tal manera que no haya nada que impida su retorno.[2]
Según otras fuentes, la presencia del qati qati presagia la muerte de algún familiar cercano o de la misma persona que es dueña de la cabeza. En Nueva Crónica y Buen Gobierno del cronista Guamán Poma de Ayala, se dice que pedazos del cuerpo se suelen desprender en medio de bramidos de zorros u otros animales como un augurio de muerte. Por eso, en algunas regiones, escuchar el graznido del qati qati es sinónimo de desgracia.[3]
Hay quienes dicen que brujos y hechiceros pueden tomar la forma del qati qati para llevar a cabo sus actividades,[4] e incluso hay quienes creen que los kari karis (seres chupadores de grasa) adoptan la forma de qati qatis para transportarse. Otros autores sugieren que la cabeza le pertenece a un cadáver y que se levanta por las noches en busca de venganza de quien le causó mal en vida. Al encontrar a su víctima, la cabeza la inmoviliza enredando sus cabellos en sus extremidades y comienza a beber su sangre, hasta adquirir un tamaño y peso tan grandes que termina aplastando al enemigo. Una vez consumada su venganza, retorna a su tumba.[2] Finalmente, hay quienes consideran que es un ser justiciero que persigue a criminales y malas personas para atormentarlas. Según el autor Enrique Oblitas Poblete, Kate Kate significa "persecutor empedernido".[1]
A finales de los años 90 el cineasta aymara Reynaldo Yujra hizo un cortometraje denominado "Qati qati, susurros de muerte".[5] [6]
Para las culturas de los Andes, en la cabeza reside el alma de las personas, de allí la importancia social, política y espiritual de la cabeza. No es casual, en ese sentido, que los incas decapitaran a sus enemigos como muestra de poder o que durante la Colonia se usara la muerte por garrote como castigo, la cual ocasiona la rotura del cuello,[7] o directamente la decapitación. Atahualpa murió por garrote y Tupac Amaru por decapitación y descuartizamiento.[8]