Se denomina putativo a algo (cosa o situación) o alguien (una persona) que se le atribuye, por error excusable, una calidad que no tiene. Deriva del latín putatīvus, que indica ʽreputadoʼ o ʽconsideradoʼ (derivado del verbo putare, ʽpensarʼ o ʽconsiderarʼ).[1]
En este sentido, reputar a un individuo como putativo (ya sea como padre, hermano, etc., sin serlo de una forma biológica) puede considerarse como un gesto de cariño, estimación o agradecimiento hacia una o varias personas en particular.
Entre los ejemplos más conocidos está el de José, considerado en la tradición cristiana como el padre putativo de Jesús, al no ser su padre biológico sino su padre legal y terrenal. En este caso se hace referencia al padre putativo y al hijo putativo.
El término se emplea también ampliamente en derecho para calificar algo que supuestamente tiene visos de legalidad, sin llegar a consumarse. Por ejemplo:
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