Los mayos o yoremes son un grupo étnico indígena de la familia cahítas que habita la zona ubicada entre los ríos Mayo, (Valle del Mayo) en el sur del estado mexicano de Sonora y el Río Fuerte (Valle del Fuerte) en el norte de Sinaloa. El término mayo significa "la gente de la ribera" ó "el pueblo que respeta la tradición"; en contraposición, al hombre blanco los conceptualizan y le llaman "yori", que significa "el que no respeta", y "torocoyori" a los indígenas que niegan sus raíces y compromisos comunitarios "el que niega la tradición", "el que traiciona".[2][3]
Yoreme | ||
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Ubicación | Sonora y Sinaloa | |
Descendencia | 60 093[1] | |
Idioma | Mayo y español | |
Religión | Sincretismo | |
Etnias relacionadas | Cora, yaqui, ópata, pima | |
Sinaloa, Sonora | ||
Siendo de la familia cahita, se han relacionado con los yaquis y guarijíos en Sonora y ocoroni y guasaves en Sinaloa, estos dos últimos grupos ya desaparecidos; los mayos de Sonora se relacionan con los yaquis hacia el norte y con los al este (la sierra). Su número ronda las 60,000 personas y tienen usos, costumbres, tradiciones e idiomas propios, Huatabampo y en el estado de Sonora. Construyen sus casas con varas y lodo o con ladrillo y adobe, según sean de área desértica o lugares de clima templado.[4]
En el estado de Sonora los mayos viven preferentemente en 11 comunidades donde se localizan sus centros ceremoniales en 5 municipios como son: de Conicárit en Álamos, Quiriego, Camoa, Tesia, Navojoa y San Ignacio Cohuirimpo en Navojoa, San Pedro y Etchojoa en Etchojoa, Pueblo Viejo, Huatabampo y Júpare en Huatabampo.
En Sinaloa sus comunidades se distribuyen en 19 centros ceremoniales de 6 municipios entre ellos El Colorado, La Florida, Lázaro Cárdenas, Ohuira y San Miguel Zapotitlán en Ahome; San Luciano en Angostura; Téroque Viejo, Jahuara II, Tehueco y Charay, Capomos, Mochicahui, Rancho Teputcahui y Sibirijoa en El Fuerte; Pueblo Baca, Baimena y Huites en Choix; Juan José Ríos en Guasave y por último La Playa en Sinaloa de Leyva. El municipio con mayor densidad poblacional es Ahome y el de menos Choix.[5]
La religión que se practica tradicionalmente es el catolicismo, tomada desde los primeros evangelizadores jesuitas que llegaron a la región en el siglo XVI,con cierto sincretismo.[6] El actual uso de los centros ceremoniales y su ritual, ha caracterizado sobre todo por la celebración de la Cuaresma. La extendida esquematización de esta festividad permite a los yolem´mem su reconocimiento regional.
El idioma mayo pertenece a la rama de la lengua cahíta de la familia lingüística yutonahua. Está estrechamente relacionado con el yaqui y en 1995 era hablado por aproximadamente 40,000 personas.[4]
Tienen autoridades tradicionales propias, que se eligen por voto, y se respeta su jerarquía a la par de las leyes civiles mexicanas, en la figura del gobernador tradicional o cobanaro, cuyo antecedente se remonta quizá al sistema de cargos implantado por los jesuitas en los pueblos de misión, y tiene la obligación de servir tanto a los sectores civil y religioso de su comunidad. Antes ocurría hacia 1980´s, la unión con sus comunidades vecinas con el ahora desaparecido Consejo de Gobernadores Tradicionales Mayos,cuya sede era la ciudad de El Fuerte.
Paulatinamente desarrollaron técnicas agrícolas que les permitieron asentarse en una amplia zona en distintas comunidades. Actualmente su principal actividad económica es la agricultura, frecuentemente con técnicas mecanizadas; también practican la pesca y elaboran artesanías destinadas al uso comunitario y la venta comercial.
Los primeros pobladores de la región se dedicaban principalmente a la cacería, a la pesca y a la recolección. Los primeros vestigios de asentamientos en la región yoreme, datan del año 180 a.C., caracterizados por la cultura Huatabampo en el actual municipio de Huatabampo, Sonora. Después de la conquista del Valle de México, los españoles organizaron campañas militares por el noroeste de México, la primera encabezada por Nuño Beltrán de Guzmán en 1531. En 1563 Francisco de Ibarra funda la Villa de San Juan Bautista de Carapoa en el actual municipio de El Fuerte, Sinaloa.[7] El primer asentamiento formal español en 1584 de los españoles en su territorio, a partir de la construcción del El Fuerte del Marqués de Montesclaros el cual se fundó a orillas del río Fuerte. La influencia de los jesuitas, tras su llegada en 1591, fue decisiva para la pacificación. Correspondió a Diego Martínez de Hurdaide vencer militarmente a los mayos y firmar su sometimiento a la Corona española en 1599.
A la llegada de los españoles a los actuales territorios de Sonora y Sinaloa, los yoremes mantenían relaciones con grupos como los totorames, tohono o'odham, pimas y yaquis, y participaron en la defensa conjunta de sus territorios. Después de la pacificación militar, comenzó la evangelización de la región a cargo del jesuita Pedro Méndez, sin embargo, los yoremes continuaron resistiéndose a la colonización española. En 1740 hubo un levantamiento armado yaqui liderado por Juan Calixto, de que terminó con el sofocamiento de la rebelión, y continuó un nuevo periodo de asimilación que duró casi un siglo.[3] El despojo y defensa de sus tierra, continuó tanto de yaquis como de los mayos que siempre han colaborado y guerreado juntos. En 1867, al tiempo de la reinstauración de la República liberal, encabezada por Benito Juárez y durante la Guerra del Yaqui, volvieron a tomar las armas con los yaquis, esta vez contra el gobierno de México, lográndose un acuerdo de paz solo hasta después de la Revolución Mexicana donde se repartieron tierras en forma de bienes comunales en el Valle del Mayo. Durante la revolución, muchos yoremes por la promesa de Álvaro Obregón y formaron parte su ejército del[8] oriundo del Valle del Mayo, de reintegrarles su tierra cuando ésta triunfara, cosa que nunca cumplió. En el periodo del presidente Lázaro Cárdenas, se les resolvió su demanda de tierra mediante la constitución de los ejidos del Valle del Mayo, aunque no les permitió el control sobre su territorio al integrar a los mestizos en los ejidos y permitirles el acceso a cargos como el de comisariado ejidal.
Su fiesta principal se realiza en Cuaresma y Semana Santa. A diferencia de otros grupos étnicos del país, solo yaquis y mayos celebran la cuaresma en su totalidad, durante la cual representan la aprehensión, pasión muerte y resurrección de Cristo. Otras fiestas incluyen a las figuras de San Juan Bautista, Santísima Trinidad, Espíritu Santo, San Ignacio de Loyola, San Miguel Arcángel, San Rafael, La Santa Cruz, San Cayetano, San Antonio, Virgen del Rosario, San Pedro y San Pablo, Virgen del Carmen, San Francisco de Asís y la de la Virgen de Guadalupe. Estas se llevan a cabo en una parte del año llamado Wasuktia, que corresponde al tiempo litúrgico católico. También celebran litúrgicamente, Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua, Pentecostés. Durante la cuaresma queda restringido cualquier ritual que no esté relacionado con Cristo, entre ellos el bautismo y los casamientos.[9]
El Tiopo o Santa Iglesia queda a cargo de la jerarquía eclesiástica tradicional donde el escalafón más alto lo ocupa el Maijto Yowe (maestro mayor) seguido por un número indefinido de maestros, responsables de rezar y cantar piezas litúrgicas durante las celebraciones. Su función es equiparable a la del sacerdote yori (sacerdote católico). Su acompañante es la Cantora Yowe e igual que los maestros, hay un número indefinido de ellas. Otros cargos importantes son el de temasti, una especie de sacristán que hace las veces de ministro y diaconado, su contraparte femenina es la kiriyoste y las tenanchis, encargadas de la administración y el cuidado de la iglesia. Los maestros están a cargo de velar a los difuntos y darles sepultura además deben ser diestros oradores.[10]
Aunque las dos figuras no se contraponen, los mayos emplean libros litúrgicos anteriores al Concilio Vaticano II, por lo que para el catolicismo oficial el servicio es anacrónico. Actualmente recurren a los sacerdotes para realizar sacramentos, aunque en tiempos antiguos ellos se encargaron de bautizar, e incluso casar a los miembros de la tribu, sobre todo justo después de la expulsión jesuita. Durante todo el año se observa el santoral y la jerarquía eclesiástica se encarga de celebrarla por una temporada.
La bandera yoreme la diseñó un joven sonorense de nombre desconocido. Es un campo naranja que representa la tierra, cuyo centro tiene un "masochoquim", que se traduce literalmente como "venado de las estrellas" en la cultura cahita.