Una portadera o aportadera[1] es un recipiente de madera con dos agarraderos, tradicionalmente usado para transportar las uvas cosechadas en la vendimia desde la viña hasta el local donde serán transformados en vino.[2][3] La forma típica de las portaderas es ligeramente cónica y de sección elipsoidal. En una portadera, la base es más pequeña que la boca y las duelas que la forman se van ensanchando desde abajo hacia arriba. Además de las duelas de madera hay un par (o más) de aros de hierro que ligan y refuerzan el conjunto.[4]
Las medidas de las portaderas eran variables, según el lugar de fabricación y el artesano que las hacía. Aproximadamente tenían una estatura de un metro y un diámetro máximo en la boca de unos 80 cm.
Muchas portaderas disponían de tapas de madera, más menos ajustadas a la boca. Estas tapas permitían proteger la carga, impidiendo eventuales entradas de polvo o de materiales no deseados desde el exterior.[5][6]
En trayectos cortos los agarraderos permitían el transporte de una portadera cargada (60-70 kg) por parte de dos personas: una a cada lado sujetando un agarradero. También había la posibilidad de emplear un par de varas auxiliares. Pasando cada vara por debajo de un agarradero, a modo de parihuela, el transporte era más fácil (siempre con dos personas). Además facilitaba el paso por caminos estrechos.[7]
En ocasiones , cargadas por parte de dos personas, se utilizaban las portaderas para el transporte de excrementos para ser utilizados como abono en los campos de cultivo, por ejemplo en Uruguay -entre otros muchos sitios-: "transportan el contenido de las letrinas, lo mezclan en la proporción de una parte de excrementos y dos de agua; batiendo la mezcla con una pértiga, dejandola fermentar unos 15 días, y luego con unas portaderas, lo llevan al plantío preparado de antemano".[8]