Un pleonasmo (del griego πλεονασμός pleonasmós; de πλέον, pléon ‘más, demasiado’) es una expresión en la que aparecen uno o más términos redundantes, es decir, en que por lo menos alguno de los términos usados podría omitirse sin variar el significado denotativo de la expresión. El uso de estas expresiones puede deberse a una intención de claridad o énfasis, o a un uso ya extendido en una lengua o variedad lingüística por acción de un proceso de lexicalización. En un registro formal, sobre todo en la lengua escrita, a menudo los pleonasmos son rechazados socialmente.
La palabra pleonasmo se utiliza en la lengua española para nombrar a una clase de figura retórica. Esta consiste en el uso de términos que refuercen lo dicho en una oración o expresión, pero que no añaden información valiosa, ya que sin ellos la frase se entendería de la misma forma.[cita requerida] El Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, también recoge los términos endíadis y datismo, que deriva de Datis, sátrapa medo que luchó en Maratón y que caía frecuentemente en esta construcción gramatical.[1]
Algunos ejemplos típicos de pleonasmo son:
El sustantivo contiene
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El verbo contiene
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El primer adjetivo contiene
toda la información: |
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En algunos casos, el pleonasmo tiene valor expresivo y se utiliza como recurso estilístico, como sucede en estos ejemplos, tomados de sendos romances tradicionales:
(Romance de la huida a Egipto)[2]
* naranjal
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* yo me la vi
Lo contrario del pleonasmo es la elipsis, figura retórica que consiste en quitar elementos que se sobreentienden en una oración. Sin embargo, ha tenerse en cuenta que el pleonasmo, en algunas ocasiones, es necesario, por ejemplo «es útil cuando ciertos vocablos, al parecer superfluos, se emplean para dar más fuerza y colorido a la expresión, y para que a las personas que nos oyen no les quede duda alguna de lo que les queremos referir o asegurar», según señalaba la Gramática de 1917, en el apartado titulado «Del pleonasmo» (p. 442).[4]