Un pergaminero era el menestral que hacía o vendía pergaminos. Según las épocas y las comarcas el proceso de transformar las pieles en pergaminos podía ser hecho por un mismo operario o por diferentes menestrales, cada uno en una fase del proceso.
El oficio de pergaminer está asociado con los pergaminos. El origen del nombre de los pergaminos es la ciudad de Pérgamo, donde había una gran producción de calidad de este material.[1] La tradición recogida por Plini a la Historia Natural (xiii.21), según un relato atribuido a Varró dice que el pergamino fue introducido a Pérgamo bajo patronazgo de Èumenes II, puesto que Ptolemeu V había limitado las exportaciones de papiro hacia aquel país por temença que la biblioteca de esta ciudad rivalitzés con la Biblioteca de Alejandría.[2]
La materia primera de los pergaminers eran las pieles de vaca, oveja y cabra.
A partir de la piel de los mamíferos es posible obtener dos tipos de piel adobada: los cueros y los pergaminos. A diferencia de los cueros, las pieles destinadas a pergaminos solo se procesan con cal (sin emprar tanins ni otros compuestos químicos modernos).
El proceso de convertir una piel en pergamino es laborioso y difícil de resumir. A rasgos generales consta de las etapas siguientes:
Algunas de las herramientas típicas de los pergaminers son las siguientes: