Pavada, también conocido como pimpín (en Chile)[1] juego de pavada[2]o gallina la pavada,[3] era un juego infantil o tradicional consistente en que varios muchachos se sentaban en rueda con las piernas extendidas.[2][4] El que guiaba el juego se situaba en medio y exclamaba: La pavada pone huevos a manadas, pone uno, pone dos,...[2] e iba subiendo hasta ocho, contando desde las piernas de uno de los participantes. Al llegar al número de ocho decía: zámpate ese bizcocho,[5] y el jugador al que le tocaba escondía la pierna. De esta manera iba corriendo por los pies de todos y al quedar solo uno, aquel pagaba.[6]