El Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo, que se encuentra en la ciudad española del mismo nombre, es obra del arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Es uno de los edificios más singulares de Oviedo y se erige en la conocida como parcela de Buenavista, en lo que fueron los terrenos del antiguo estadio de fútbol Carlos Tartiere hasta el año 2003.
Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo | ||
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![]() Vista del Palacio | ||
Localización | ||
País | España | |
Ubicación |
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Coordenadas | 43°21′29″N 5°51′39″O / 43.358055555556, -5.8608333333333 | |
Información general | ||
Usos | Exposiciones, auditorio, centro comercial, restauración y oficinas. | |
Inicio | 2003 | |
Finalización | 2011 | |
Construcción | 2011 | |
Coste | Presupuesto: 79 millones de €,[1] Coste Final: 360 millones de €[2] | |
Propietario | Ayuntamiento de Oviedo | |
Altura | 46 m[3] | |
Dimensiones | ||
Otras dimensiones | Capacidad para 2100 personas | |
Detalles técnicos | ||
Plantas | 3 | |
Superficie | 15.640 m²[4] | |
Diseño y construcción | ||
Arquitecto | Santiago Calatrava | |
El centro comercial entró en servicio en 2007 (cerrando en 2019) mientras que la sala de congresos sufrió un parón, no exento de polémica, debido a la crisis económica, inaugurándose en 2011.
Según la ficha técnica de contenidos del complejo, el Palacio de Exposiciones y Congresos Ciudad de Oviedo se distribuye en tres plantas; la planta baja donde se encuentran el hall principal o área expositiva, con una superficie de 2300 m², una sala de reuniones con capacidad para 217 personas y una sala multiusos de 410 m²; una planta de acceso al Auditorio que dispone de 2.144 butacas y está cubierto por una gran cúpula de acero blanco de 45 m de altura (diseñada originalmente como un elemento móvil aunque a día de hoy no puede accionarse), y una tercera planta que da acceso a las 12 salas de reuniones.
Las edificaciones anexas a la construcción principal son el área de Servicios Administrativos del Gobierno del Principado de Asturias, con una superficie de 11.196 metros cuadrados, un hotel de 150 habitaciones y 17.387 metros cuadrados y un aparcamiento para 1.777 plazas y 75.037 metros cuadrados.
El edificio en "U" que rodeará el Palacio de Congresos, donde estarán el hotel y las oficinas de las consejerías, se sostienen sobre un complejo diseño de pórticos de acero que se construyen pieza a pieza. Cada pórtico, con un "tronco" de más de diez metros de altura y con los ascensores en su núcleo, sostendrá una de las tres alas y está formado por seis construcciones de acero en forma de árbol.
Pese a que, según el propio arquitecto valenciano, la "visera" o cubierta móvil de la parte central del edificio era "el alma del palacio"[5] ésta quedó finalmente fija tras diversos problemas en el sistema hidráulico que debería mover la cubierta y un informe de la empresa austríaca Waagner-Biro alertando de problemas de diseño.[6]
El 9 de agosto de 2006, se produjo el derrumbe de una pieza de forjado y hormigón desde una altura de quince metros que provocó heridas leves a 3 operarios. Este suceso dio lugar a una demanda por la que el arquitecto y su equipo técnico fueron condenados a pagar tres millones y medio de euros. [7]
En febrero de 2014, tras dos denuncias cruzadas -del arquitecto a la promotora de la obra en reclamación de honorarios y de ésta a Calatrava por defectos en la construcción-, la Audiencia Provincial de Oviedo condenó a Santiago Calatrava a pagar a la promotora Jovellanos XXI, S.L. cerca de tres millones de euros por defectos en la construcción, sobrecostes y ausencia de una dirección real de la obra.[8]
Según los arquitectos independientes que declararon en uno de los juicios derivados del proyecto, el coste inicial presupuestado para la construcción del popularmente conocido como "el centollu",[9] que era de setenta y seis millones de euros, se disparó hasta más de trescientos sesenta millones de euros, casi cinco veces más.[2]
La revista Arquitectura y Diseño posicionó al palacio de Congresos de Oviedo en el puesto número 10 de su lista de "monstruosidades arquitectónicas a la española". En palabras de la propia revista, "no porque nos parezca feo, sino porque los que lo tienen que ver a diario así lo consideran".[10]