Pablo Zelaya Sierra (Ojojona, 30 de agosto de 1896 – Tegucigalpa, 6 de marzo de 1933) fue un pintor hondureño, considerado uno de los precursores de la pintura moderna en Honduras.[1][2] Su obra abarca retratos, paisajes, escenas costumbristas y naturalezas muertas, con marcada influencia académica, impresionista, cubista y post-cubista.[3]
Pablo Zelaya Sierra | ||
---|---|---|
Información personal | ||
Nacimiento |
30 de agosto de 1896 Ojojona, Honduras | |
Fallecimiento |
6 de marzo de 1933 (36 años) Tegucigalpa, Honduras | |
Nacionalidad | hondureño | |
Familia | ||
Familia | Familia Zelaya-Valladares | |
Educación | ||
Educación | Escuela de Bellas Artes, Costa Rica; Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor | |
Movimientos | Realismo académico, Impresionismo, Cubismo, Post-cubismo | |
Obras notables | Hermanos contra Hermanos, Las campesinas, Las monjas | |
Nacido en el departamento de Francisco Morazán, hijo de Felipe Zelaya e Isabel Sierra. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de la república de Costa Rica, entre 1918 a 1919, al mismo tiempo que ofrecía la clase de Dibujo en la Escuela Normal de aquel país.
En 1920 partió a Madrid, donde estudiaría -gracias a una beca de la cooperación española en Honduras- en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siendo allí discípulo de Manuel Benedito y Daniel Vázquez Díaz. Permaneció en Europa hasta 1932, periodo en el que participó en los eventos:
Es también el autor del manifiesto "Apuntes con Lápiz" (1932), un documento básico en la cultura hondureña, de la que Zelaya Sierra puede considerarse como uno de sus principales promotores. Asumida la “condición estética como núcleo gravitacional”, Zelaya Sierra no encontró problemas en detenerse en la realidad social, tanto en la costumbre como en la historia. Su iconografía se va a cerrar en 1932 con la obra "Hermanos contra Hermanos", que refleja con profundo dolor las imágenes de espanto producidas por una de las tantas "guerras intestinas" que definieron al país en aquel momento.
Con tan solo 36 años de edad fue ingresado al Hospital San Felipe, donde falleció a causa de un derrame cerebral.
En Ojojona transcurrieron sus primeros años de vida, y actualmente su casa natal forma parte del patrimonio histórico del municipio, que conserva más de 36 edificios coloniales. Su legado ha sido conmemorado en la localidad mediante eventos artísticos como el Simposio Nacional de Escultura en Piedra Arenisca Rosada “Pablo Zelaya Sierra”, que reunió a escultores nacionales en honor a su memoria.[4]
Pertenecía a la familia Zelaya-Valladares, una de las ramas aristocráticas vascas originarias de San Sebastián, Guipúzcoa, que se estableció en Honduras a finales del siglo XIX.[5] No debe confundirse con la rama original de la Familia Zelaya, cuyos orígenes también se remontan al País Vasco, aunque posteriormente se asentaron durante varias generaciones en León, Castilla y León, desde donde emigraron a América y se establecieron en Catacamas, Olancho.
Entre sus obras más destacadas se encuentran:[6]
Su producción se caracterizó por retratar escenas de la vida cotidiana, personajes populares y figuras hondureñas, con gran atención al detalle y al carácter expresivo.[2]
En Honduras, varias instituciones culturales y académicas han rendido homenaje a su obra, y algunos de sus cuadros forman parte del acervo de la Pinacoteca Arturo H. Medrano y la Escuela Nacional de Bellas Artes de Honduras.[6]