Las orelletes (del catalán orelles, «orejas»; también conocidas como orellas en gallego y orejas en castellano) son un postre tradicional de varias regiones de España. Consisten en una masa frita y azucarada con forma de oreja, consumida principalmente en Cataluña, algunas zonas de Lérida, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y Galicia. En Galicia son típicas del Entroido (Carnaval), mientras que en la Comunidad Valenciana se elaboran tradicionalmente por la festividad de San José.[1]
Orelletes | ||
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Orejas, orellas | ||
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Consumo | ||
Origen |
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Gastronomía | Gastronomía de España | |
Datos generales | ||
Tiempo | Postre | |
El nombre orelletes proviene del diminutivo valenciano y catalán orella (‘oreja’), en alusión a la forma aplanada y ondulada de la masa frita, semejante a una oreja. El uso del plural femenino orelletes responde a la tendencia popular de denominar dulces y preparaciones tradicionales con formas aumentativas o diminutivas según su aspecto.[2]
Las orelletes son un dulce tradicional de pasta frita muy extendido por diversas comarcas de Cataluña, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y Galicia. Aparece mencionado en recetarios antiguos y textos literarios de los siglos XIV y XV, lo que indica su uso desde épocas medievales.[3]
En Valencia y alrededores, las orelletes se han vinculado a celebraciones festivas como San José, días de comunión, bodas y fiestas mayores; tradicionalmente se elaboraban en ámbitos domésticos y comunidades locales. En algunos pueblos de la Provincia de Lleida, por ejemplo, existe la práctica de prepararlas en grandes cantidades y repartirlas o consumirlas en actos comunitarios[3]
En los pueblos de las Islas Pitiusas (Islas Baleares), las orelletes han mantenido una tradición casera ligada al ciclo festivo local, en la que mujeres del vecindario se reunían para cocinarlas, especialmente durante vigilia de fiestas religiosas o reuniones familiares.[3]
La masa de las orelletes se elabora con harina, huevos, azúcar, anís (en licor o en grano) y, en algunas variantes, ralladura de limón o un poco de levadura. Se trabaja hasta obtener una pasta homogénea, que se deja reposar durante un tiempo breve. Posteriormente se divide en porciones, que se estiran con un rodillo o a mano hasta conseguir una lámina muy fina, característica de este dulce.
Las piezas se fríen en abundante aceite caliente hasta que adquieren un color dorado. Una vez escurridas, se espolvorean con azúcar glas o azúcar normal. El resultado son dulces de textura crujiente y forma irregular, con bordes finos y aspecto similar a una oreja, lo que explica su denominación popular.
Existen variantes regionales que introducen ligeras diferencias en la proporción de ingredientes o en los aromas empleados, pero el procedimiento de elaboración es sustancialmente el mismo en Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares y Galicia.