Una orangerie (palabra original francesa, que significa 'naranjal', y a veces traducida como 'invernadero') es una edificación cerrada dotada con grandes ventanales y con un sistema de calefacción en la que se abrigan, durante la temporada mala, los cítricos plantados en bandejas o macetas, así como otras plantas protegiéndolas de las heladas. En Italia, país en el que apareció la moda en los jardines renacentistas de las villas de recreo, se fueron acristalando —a medida que la tecnología de la fabricación del vidrio permitió fabricar grandes superficies de cristal transparente— las arcadas bajo las cuales se plantaban los cítricos que estaban protegidos del frío del invierno. Curiosamente se les llama limonaia.
El término «orangerie» significaba también anteriormente en Francia las plantaciones de naranjas, que ahora se llama «orangeraies».
La orangerie del Palacio del Louvre (1617) inspiró imitaciones que no fueron eclipsadas hasta el desarrollo de los invernaderos modernos en la década de 1840. Una orangerie era un signo de distinción en las residencias aristocráticas durante los siglos XVII y XVIII.