El olor a anciano es el olor característico de los humanos mayores.[1] Al igual que muchas especies animales, el olor humano pasa por distintas etapas basadas en cambios químicos iniciados a través del proceso de envejecimiento. La investigación sugiere que esto permite a los humanos determinar la idoneidad de las parejas potenciales en función de la edad, además de otros factores.[2]
Un estudio sugirió que el olor a anciano puede ser el resultado del 2-nonenal, un aldehído insaturado que se asocia con las alteraciones del olor corporal humano durante el envejecimiento;[3] sin embargo, hay otras hipótesis.[4] Otro estudio falló en detectar 2-nonenal en absoluto, pero encontró concentraciones significativamente mayores de benzotiazol, dimetilsulfona y nonanal en sujetos mayores.[5]
En 2012, el Monell Chemical Senses Center publicó un comunicado de prensa en el que afirmaba que la capacidad humana para identificar información como la edad, la enfermedad y la idoneidad genética a partir del olor es responsable del distintivo "olor a anciano". El neurocientífico sensorial Johan Lundström afirmó: "Las personas mayores tienen un olor perceptible en las axilas que las personas más jóvenes consideran bastante neutral y no muy desagradable".[6]
En Japón, el olor a anciano se conoce como (加齢臭 kareishū?), donde se otorga mucho valor social al aseo personal, y los jabones exclusivos específicos para eliminar olores están dirigidos a consumidores de mayor edad.[7]