Obelisco Tello

Summary

El obelisco Tello es una escultura monolítica en granito en forma de prisma rectangular perteneciente a la cultura chavín del Formativo Tardío, periodo ubicado entre los siglos 900 a. C. y 200 a. C.[1]​ Fue descubierto por Trinidad Alfaro en 1908 en el sitio arqueológico de Chavín de Huántar en el distrito homónimo de la provincia de Huari en Áncash, Perú.[2]​ Posteriormente el arqueólogo Julio C. Tello fue el primero en estudiarlo científicamente, resaltando su importancia, por lo que fue bautizado con su nombre. Su superficie está cubierta de diseños labrados complejos y estilizados que se piensa representan a deidades míticas o un relato mítico; su interpretación es motivo de controversia entre quienes lo estudian desde su descubrimiento y hasta el presente.[1]

Obelisco Tello

Obelisco en su actual ubicación: el Museo Nacional de Chavín
Altura 2,52 m
Ancho 0,32 m
Período Horizonte Temprano
Civilización Cultura chavín
Descubrimiento 1908
Descubridor Trinidad Alfaro
Procedencia Chavín de Huántar
Ubicación actual Museo Nacional de Chavín
(hasta 2008 en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú)

Desde 2008 se encuentra en una sala del Museo Nacional de Chavín en Áncash.[3]

Descubrimiento

editar

El obelisco Tello fue descubierto por el campesino Trinidad Alfaro en 1908,[2]​ cuando sus peones removía el campo de maíz que cultivaba por encima lo que hoy es la llamada Plaza Cuadrada del sitio arqueológico de Chavín de Huántar, frente al edificio A, llamado también Templo Nuevo o "El Castillo".[4]​ De acuerdo al testimonio de Alfaro dado a Tello en 1940, el obelisco se encontró en la esquina suroeste sobre la Plaza Cuadrada, «en el perímetro del trozo de roca que tiene varios hoyo redondos a manera de morteros» (el altar de Choque Chinchay).[4]

El obelisco hallado por Alfaro se encontraba fracturado: era el fragmento más grande de una pieza mayor. Este fragmento fue trasladado a la puerta de la iglesia del pueblo, donde en 1919 lo halló Julio C. Tello, quien lo calcó para su estudio.[5]​ Tello luego encontró el fragmento menor faltante en las inmediaciones del área donde se encontró la parte mayor.[2]

Traslado a Lima

editar

Ese mismo año fue trasladado a Lima por orden del presidente peruano José Pardo.[6]​ Según Tello: [4]

El traslado del obelisco se hizo por la vía terrestre, a cargo del ayudante de la expedición universitaria, don Ángel Torres, quien con varios hombres lo hizo trasladar en parihuela por el camino de Cahuish a Recuay y Ajía, y de aquí hasta el puerto de Huarmey, donde se embarcó destino al Callao.

El obelisco Tello se llevó al Museo de Antropología, Arqueología e Historia de Lima en donde permaneció hasta el 2008.[3]

Retorno a Chavín

editar

El 12 de julio de 2008 llegó a Chavín para formar parte del Museo Nacional de Chavín; ese día se realizó un ritual de ofrenda que se realizó en medio de la alegría de la población.[3]​ Días más tarde, el 18 de julio, se inauguró el museo con la presencia del presidente peruano Alan García Pérez.[3]

Descripción

editar

El obelisco Tello es un monolito tallado en granito de forma de prisma rectangular, con una ligera depresión en una de sus caras. Mide 2,52 metros de alto, y 0,32 de ancho en la base.[1]​ Su parte inferior y más gruesa fue tallada para colocarse en el suelo.[7]​ Pesa aproximadamente 400 kg.[8]​ Su superficie se encuentra cubierta de diseños tallados en bajorrelieve estilizados y de gran complejidad, en donde destacan las imágenes de dos enormes figuras gemelas en las caras opuestas del prisma de cuatro lados.[9]​Las dos figuras principales son muy parecidas pero también tienen varias pequeñas diferencias.[10]​ Entre las similitudes se encuentra las largas mandíbulas con dientes y las patas pequeñas.[11]​ El final de la figuras se muestra como la cola de un pez (según John Rowe)[12]​ o las plumas de un ave (según Federico Kauffmann Doig).[13][14]

Las otras representaciones que se pueden discernir están asociadas al signo de la chakana, a animales, y a elementos de plantas como flores, tallos, frutos y semillas. Dentro de los animales se pueden identificar a un felino, un mullu, un pututo, un par de aves, un pez y algunos seres humanoides con cabeza, brazos y piernas.[15][16]

Cronología

editar

El obelisco fue encontrado cerca de la superficie en la esquina suroeste de la Plaza Cuadrada, una de las partes menos antiguas del sitio. Se desconoce su ubicación original y no hay evidencia arquitectónica o estratigráfica que ayude a determinar su edad. Ninguna de las cabezas clavas está ejecutada al estilo del obelisco Tello y sólo unas pocas esculturas se le parecen.[17]​ Donald Lathrap sugirió que el obelisco Tello es más antiguo que el Lanzón y que en realidad pudo haber sido traído a Chavín de Huántar desde otro sitio. De acuerdo a Richard Burger, se necesitan datos adicionales para una resolución definitiva del problema pero, cualquiera que sea su origen, el obelisco Tello probablemente fue utilizado en Chavín de Huántar mientras el Templo Viejo era el foco de actividad.[17]

Restauraciones

editar

En 2010, cuando el obelisco se encontraba ya en el Museo Nacional Chavín, se utilizó cemento Portland para fijar el Obelisco Tello en su base y reparar una fractura visible en la unión de los dos fragmentos en la parte superior del obelisco en el año 2010.[1]

En 2015, se realizaron actividades de restauración del obelisco por parte del arqueólogo Peter Fux del Museo Rietberg de Zürich y los conservadores Gregor Frehner y Horacio Fernández. Desmontaron la pieza y añadieron una barra de acero inoxidable en el centro del obelisco para unir los fragmentos separados. Además, reemplazaron la base original de concreto armado por una de granito.[5]​ Asimismo, se hizo una segunda consolidación de la unión de los dos fragmentos ya que se encontró una fisura en la primera consolidación del 2010.[1]​ El proceso de restauración de la escultura se llevó a cabo siguiendo los estándares internacionales para la recuperación de obras de arte, utilizando exclusivamente materiales biodegradables.[5]

Interpretación de las imágenes

editar
 
Algunos de los ideogramas tallados en el obelisco

Las imágenes representadas han sido interpretadas de distintas maneras para elucidar la cosmovisión, ideología o religión en Chavín por estudiosos como Julio César Tello (1923), Rebeca Carrión Cachot (1948), John Rowe (1967), Peter G. Roe (1968), Donald Lathrap (1982), Federico Kauffmann Doig, Marco Curatola (1991), Richard Burger (1992), Peter Kaulicke (1994), Cristóbal Campana (1995), Gary Urton (1996), Krzysztof Makowski (1996) y Henning Bischof (2008).[18][7]

Las figuras gemelas

editar

La mayor parte de los investigadores concuerdan en que las imágenes de las figuras gemelas principales cada una representa a un reptil monstruoso, un caimán (Melanasuchus niger) o a un cocodrilo ecuatoriano.[19][20]​ A simple vista cada figura muestra largas mandíbulas con dientes grandes en la parte superior, las patas pequeñas de 2 x 2 debajo de los cuerpos y las grandes colas en la parte inferior.[21]​ A diferencia del denominado lanzón monolítico y la estela Raimondi que muestran seres antropomorfos con cabeza, brazos y pies, además de manos y pies con garras, los seres retratados son seres zoomorfos.[22]

Gary Urton propone que las figuras son más que reptiles, que son la representación una amaru: un animal mítico que incorpora elementos de los caimanes de Rowe y Lathrap con el “gato-dragón” de Tello.[23]​ Kauffman Doig afirmó que por la presencia de rasgos felinomorfos y ornitomorfos, junto a la ausencia de rasgos antropomorfos y figuras de caimanes en el legado iconográfico de otras culturas y de Chavín mismo, lo que se representa sería el felino volador, presente en culturas posteriores como Paracas, Nazca, Moche y Lambayeque.[24]

Ya en 1923 Tello se percató que los dos seres eran de sexo opuesto:[11]

  • El ser masculino muestra un órgano sexual compuesto por un apéndice fálico cuyo glande tiene la forma de una cabeza zoomorfa y desde el cual emerge un flujo que se interpreta como el semen; Lathrap interpreta que el semen también representa a la planta de la yuca (Manihot esculenta) ya que «la yuca es el semen del gran caimán»[25][26]
  • El ser femenino muestra el ícono de una semilla de una leguminosa o un maní, que se ha interpretado como un símbolo de lo femenino.[25]

Hipótesis sobre su función

editar

La función de esta escultura en la cultura Chavín también se ha venido discutiendo desde su descubrimiento.[7][18]​ Para algunos investigadores, el obelisco cumple una función de representación de una divinidad, similar función a la que cumplen las esculturas en los templos cristianos. Para otros, el obelisco es la representación de un relato mítico.[27]​ Para Krzysztof Makowski, los dos «lagartos cósmicos» son «una pareja animadora primordial» en el momento de un coito anal, representando así «una gran metáfora espacio-temporal organizada alrededor del tema del régimen de aguas en el universo».[28]​ En ese sentido, las representaciones en el obelisco tendrían la función de transmitir una enseñanza, «una compleja doctrina religiosa» relacionada al concepto del axis mundi.[29]

Podría también ser la representación de una parte de la cadena biológica, donde los mayores depredadores son el felino, la serpiente y el halcón.[cita requerida]

El obelisco Tello como una objeto de culto

editar

Para Tello y sus seguidores, las dos enormes figuras principales gemelas se tratan de una “doble divinidad” o dios hermafrodita, es decir, masculino y femenino al mismo tiempo, con cabeza de felino. Para John Rowe, las figuras representan un caimán que «es una divinidad o a lo menos un ser mítico importante».[12]​ Para Federico Kauffmann Doig, es la figura de la deidad principal del imaginario Chavín que ha adoptado la figura del «felino volador», desdoblado lateralmente.[14]

El obelisco Tello como una narración mítica

editar

Richard Burger argumenta que la presencia en la escultura de una serie de oposiciones duales en los ideogramas como animal-planta, salvaje-doméstico, arriba-abajo, semilla-raíz y masculino-femenino, entre otras, son familiares a los mitos de origen de la agricultura en la mitología sudamericana.[30]​ No obstante, si las imágenes talladas en las cuatro caras del obelisco son mitológicas y pertenecen a un mito, el orden narrativo de los hechos narrados en el obelisco es desconocido para el investigador moderno: sin una canción, una pista musical o un relato actual similar no hay un conjunto de comparación con el que trabajar.[31]

Mito de Achkay

editar

El etnohistoriador italiano Marco Curatola sostiene que en «alguna versión moderna de un antiguo mito se pueden todavía identificar los contenidos que inspiraron y guiaron a los artistas chavín en la creación de sus imágenes sagradas». Argumenta que es posible asociar las imágenes talladas en el obelisco tello con el mito de Achkay, recopilado por el arqueólogo peruano Toribio Mejía Xesspe en 1933-1934 justo en el área de Chavín de Huántar. El mito narra la historia de:[32]

... una vieja antropófaga que rapta a dos huérfanos, un niño y una niña, para devorarlos, pero después de varias peripecias los dos infantes logran escapar transformándose en la estrella de la mañana (Achachi Ururi) y en aquella de la noche (Apachi Ururi). La vieja, en cambio, durante la persecución hacia el cielo caerá destrozándose cerca de las alturas de Chavín de Huántar dando origen, desde sus miembros, a los principales cultígenos de la zona.

En los ideogramas en el obelisco, según Curatola, se muestra «una monstruosa criatura carnívora con rasgos cocodrilescos, de cuyo cuerpo se ven surgir una serie de cultígenos», que reflejaría una versión moderna de un antiguo mito de origen de la agricultura, a pesar de las modificaciones y las transformaciones sufridas luego de los más de 2500 años transcurridos.[27]

Véase también

editar

Referencias

editar
  1. a b c d e Morillas, Héctor; Maguregui, Maite; Huallparimachi, Gladys; Marcaida, Iker; García-Florentino, Cristina; Lumbreras, Luis; Astete, Fernando; Madariaga, Juan Manuel (2018-06). «Multianalytical approach to evaluate deterioration products on cement used as consolidant on lithic material: The case of Tello Obelisk, Lima (Peru)». Microchemical Journal (en inglés) 139: 43. doi:10.1016/j.microc.2018.02.017. Consultado el 18 de enero de 2025. 
  2. a b c Hernández Asensio, 2012, p. 123.
  3. a b c d Carlín, Ernesto (23 de julio de 2008). «Obelisco Tello regresa a Chavín después de nueve décadas». Agencia Andina de Noticias. Archivado desde el original el 24 de julio de 2008. Consultado el 21 de enero de 2025. 
  4. a b c Tello, 2019, p. 183.
  5. a b c RM (26 de mayo de 2017). «Museo Nacional Chavín de Huántar presenta restaurado Obelisco Tello». www.radiomatucana.com. Consultado el 20 de enero de 2025. 
  6. Hernández Asensio, 2012, p. 128.
  7. a b c Makowski, 1996, p. 13.
  8. Dikkers, 2024, p. 4.
  9. Weismantel, 2014, p. 40.
  10. Dikkers, 2024, p. 5.
  11. a b Makowski, 1996, p. 15.
  12. a b Rowe, John H. (1 de diciembre de 1972). «El arte de Chavín. Estudio de su forma y su significación». Historia y Cultura (6): 267. ISSN 2961-2713. Consultado el 23 de enero de 2024. 
  13. Dikkers, 2024, pp. 6, 22.
  14. a b Kauffmann Doig, 2002, p. 200.
  15. Ardito Vega, Giuliano (2007). «Análisis de los elementos y de los ciclos naturales presentes en el Obelisco Tello». Boletín de Lima (Editorial Los Pinos). 
  16. Dikkers, 2024, p. 13.
  17. a b Burger, 1992, p. 149.
  18. a b Tantaleán, Henry (2009). «Chavín de Huántar y la definición arqueológica de un estado teocrático andino». Boletín de Antropología Americana (45): 139. ISSN 0252-841X. Consultado el 19 de enero de 2025. 
  19. Echenhofer, Frank (2012-03). «The Creative Cycle Processes Model of Spontaneous Imagery Narratives Applied to the Ayahuasca Shamanic Journey». Anthropology of Consciousness (en inglés) 23 (1): 77. ISSN 1053-4202. doi:10.1111/j.1556-3537.2012.01057.x. Consultado el 21 de enero de 2025. 
  20. Makowski, 1996, pp. 11, 15.
  21. Dikkers, 2024, p. 6.
  22. Dikkers, 2024, p. 10.
  23. Urton, 1996, p. 220.
  24. Kauffmann Doig, 2002, pp. 200-201.
  25. a b Makowski, 1996, p. 16.
  26. Urton, 1996, p. 223.
  27. a b Bortoluzzi y Martínez Armijo, 2019, p. 153.
  28. Makowski, 1996, pp. 13, 23, 26.
  29. Makowski, 1996, p. 27.
  30. Burger, 1992, p. 151.
  31. Ruiz Alba, 2020, p. 84.
  32. Bortoluzzi y Martínez Armijo, 2019, p. 152.

Bibliografía

editar
  • Burger, Richard L. (1992), Chavin and the origins of Andean civilization, Nueva York: Thames and Hudson (publicado el 31 de diciembre de 1992), p. 248, ISBN 978-0500278161 .
  • Bortoluzzi, M.; Martínez Armijo, I. (2019). «Hacia una mitografía chavín: apuntes sobre el estado del arte». Kaypunku. Revista de Estudios Interdisciplinarios de Arte y Cultura (Editorial Kaypunku) 4 (1): 131-181. ISSN 2410-1923. 
  • Dikkers, Maarten H. (2024). The Tello Obelisk, a very detailed research on his images. 
  • Hernández Asensio, Raúl (2012). «Las piedras suplican auxilio. Arqueólogos, huaqueros y autoridades locales en Chavín de Huántar (1870-1945)». Histórica (Lima: Instituto de Estudios Peruanos) XXXVL (2): 113-138. ISSN 0252-8894. 
  • Kauffmann Doig, Federico (2002). Historia y arte del Perú antiguo 2 (1a ed edición). PEISA : La República : Gloria. ISBN 978-9972-40-212-8. 
  • Makowski, Krzysztof (1996). «Dioses del templo de Chavín. Reflexiones sobre la iconografía religiosa». Estudios Latinoamericanos 17: 9-60. ISSN 0137-3080. doi:10.36447/Estudios1996.v17.art1. 
  • Ruiz Alba, Enrique (2020). «Semiotic System Through Modernist Narrative Analysis in the Tello Obelisk». Arnava 9 (1): 83-89. ISSN 2320-0103. 
  • Silva Sifuentes, Jorge E. T. (2000). «Origen de las civilizaciones andinas». Historia del Perú. Lima: Lexus. ISBN 9972-625-35-4. 
  • Tello, Julio César (2019). Chavín. Cultura matriz de la civilización andina (2 edición). Lima: Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y Fundación Augusto N. Wiese. p. 505. ISBN 978-9972-46-669-4. 
  • Urton, Gary (1996). «The Body of Meaning in Chavin Art». Res: Anthropology and Aesthetics. 29-30: 237-255. ISSN 0277-1322. doi:10.1086/RESvn1ms20166952. 
  • Weismantel, Mary (2014). «Encounters with dragons: The stones of Chavín». RES: Anthropology and Aesthetics (65/66): 37-54. ISSN 0277-1322. 
  •   Datos: Q6047919
  •   Multimedia: Obelisco Tello / Q6047919