Nicanor Albarellos (Buenos Aires, 1810 - Buenos Aires, febrero de 1891) fue un médico, músico y docente argentino del siglo XIX.
Nicanor Albarellos | ||
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Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación Argentina | ||
29 de septiembre de 1862-25 de abril de 1863 | ||
Predecesor | Pastor Obligado | |
Sucesor | José Evaristo Uriburu | |
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Información personal | ||
Nacimiento |
1810 Ciudad de Buenos Aires, Provincias Unidas del Río de la Plata | |
Fallecimiento |
febrero de 1891 Ciudad de Buenos Aires, Argentina | |
Nacionalidad | Argentina | |
Educación | ||
Educado en | Facultad de Ciencias Médicas (UBA) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Médico, músico y docente | |
Empleador | Universidad de Buenos Aires | |
Estudiantes doctorales | Manuel Augusto Montes de Oca | |
Nació en Buenos Aires en 1810, hijo de Ruperto Albarellos y Isabel María de los Ángeles Pueyrredon Dogan, hermana de Juan Martín de Pueyrredón. Estudió medicina en París, donde se vinculó a Esteban Echeverría. Junto a él estudió guitarra con el maestro Ezequiel Blanes, y regresó a su país en 1826.
Se instaló en Olivos, cerca de Buenos Aires, donde se convirtió en centro de la vida social local, organizando y animando grandes fiestas y bailes. Aprendió a tocar la guitarra con maestría, aunque en principio desdeñó los ritmos populares del país. Emigró a Montevideo hacia 1840, y allí se casó con una hija del general Juan Antonio Lavalleja.
Regresó a Buenos Aires en 1849, bajo la protección del doctor Lorenzo Torres, y se doctoró en medicina con una tesis sobre partos que le dio prestigio médico. Desde 1852 fue profesor en la Universidad de Buenos Aires y llegó a ser decano de la Facultad de Medicina.[1]
Fue diputado nacional desde 1863 a 1870, indentificándose con el presidente Bartolomé Mitre, llegando a ser presidente de la Cámara.
Durante la guerra del Paraguay prestó servicios como cirujano militar en el frente de combate y en Corrientes. También fue uno de los primeros historiadores de la medicina en Buenos Aires.[2]
Era un gran guitarrista, pero no ejercía profesionalmente.[3] No obstante, hizo varias actuaciones en espectáculos a beneficio, siendo muy recordado.[4] Fue uno de los primeros músicos de la alta sociedad en rescatar la música popular y campestre.[5]
Una calle de la ciudad de Buenos Aires lleva el nombre Albarellos en homenaje a su labor.