Un neurotransmisor (neuromediador o segundo mensajero) es una biomolécula que permite la neurotransmisión, es decir, la transmisión de información desde una neurona (un tipo de célula del sistema nervioso) hacia otra neurona, una célula muscular o una glándula, mediante la sinapsis que las separa. El neurotransmisor se libera desde las vesículas sinápticas en la extremidad de la neurona presináptica, hacia la sinapsis, atraviesa el espacio sináptico y actúa sobre los receptores celulares específicos de la célula objetivo.[1]
Los neurotransmisores son biomoléculas que cumplen con los siguientes tres criterios básicos:[1][2]
Un neurotransmisor, al ser liberado, solo se comunica (mediante sinapsis) con una neurona inmediata; en cambio, una hormona es capaz de comunicarse con otra célula alejada de ella, sirviéndose para ello del torrente sanguíneo. Si bien algunos neurotransmisores suelen actuar como hormonas, a estos se los denomina neurohormonas.
En sentido estricto, según la definición de hormona de Roger Guillemin, un neurotransmisor sería una hormona (de secreción paracrina) liberada por las neuronas. Aunque debido a sus características específicas, el neurotransmisor a menudo es considerado una forma de comunicación celular distinto de las hormonas, la distinción entre uno y otro es difusa:
Una hormona es cualquier sustancia que liberada por una célula actúe sobre otra célula, tanto cercana como lejana, e independientemente de la singularidad o ubicuidad de su origen y sin tener en cuenta la vía utilizada para su transporte, sea circulación sanguínea, flujo axoplasmático o espacio intersticial.
En el sistema nervioso existen dos superfamilas de receptores para los neurotransmisores, según el número de regiones trasmenbranarias que posean para recibir información. Existe una selectividad de una familia de receptores para un neurotransmisor único que solo es posible mediante la conexión a la membrana adecuada.
Esta dos familias son:
Las drogas de acción cerebral actúan en alguna o algunas de estas etapa/s.
Los neurotransmisores pueden ser agrupados en: neurotransmisores propiamente dichos, y en neuromoduladores. Estos últimos son sustancias que actúan de forma similar a los neurotransmisores; la diferencia radica en que no están limitados al espacio sináptico, sino que se difunden por el fluido extra neuronal, interviniendo directamente en la fase postsináptica de la neurotransmisión.
Teniendo en cuenta su composición química se pueden clasificar en:[3]
La neurona que libera el neurotransmisor se le llama neurona presináptica. A la neurona receptora de la señal se le llama neurona postsináptica. Dependiendo del tipo de receptor, las neuronas postsinápticas son estimuladas (excitadas) o desestimuladas (inhibidas). Cada neurona se comunica con muchas otras al mismo tiempo. Puesto que una neurona puede enviar o no un estímulo, su comportamiento siempre se basa en el equilibrio de influencias que la excitan o la inhiben en un momento dado. Las neuronas son capaces de enviar estímulos varias veces por segundo. Cuando llega un impulso nervioso al extremo de los axones, se produce una descarga del neurotransmisor, en la hendidura sináptica, que es captado por los receptores específicos situados en la membrana de la célula postsináptica, lo que provoca en esta la despolarización, y en consecuencia, un impulso nervioso nuevo.