Neosovietismo

Summary

El neosovietismo, a veces conocido como neobolchevismo, es el estilo de decisiones políticas de la Unión Soviética en algunos estados postsoviéticos, así como en un movimiento político para revivir la Unión Soviética en el mundo moderno o para revivir aspectos específicos de la vida soviética basados en la nostalgia por la Unión Soviética.[1][2]​ Algunos comentaristas han dicho que el actual Presidente ruso Vladímir Putin tiene muchos puntos de vista neosoviéticos, especialmente en lo que respecta a la ley y el orden y la defensa estratégica militar.[3]

Guardia de Honor de Bielorrusia llevando las banderas nacionales de Bielorrusia y la Unión Soviética, así como la Estandarte de la Victoria Soviética, en Minsk, 2019.

Neosovietismo en las políticas estatales rusas

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Desfile del Día de la Victoria de Moscú en 2021. Los desfiles militares y el simbolismo militar soviético juegan un papel importante en las celebraciones del 9 de mayo en toda Rusia.

Según Pamela Druckerman de The New York Times, un elemento del neosovietismo es que "el gobierno gestiona la sociedad civil, la vida política y los medios de comunicación".[4]

Según Matthew Kaminski de The Wall Street Journal, incluye esfuerzos de Putin para expresar la gloria de la Unión Soviética con el fin de generar apoyo para una "gran potencia rusa revivida en el futuro". al traer recuerdos de varios logros rusos que legitimaron el dominio soviético, incluida la victoria soviética contra la Alemania nazi. Kaminski continúa diciendo que el neosovietismo "ofrece patriotrismo ruso despojado de pretensiones internacionalistas marxistas" y lo utiliza para asustar a los vecinos de Rusia y generar patriotismo ruso y antiamericanismo.[5]

Andrew Meier de Los Angeles Times en 2008 enumeró tres puntos que expusieron el neosovietismo y cómo la Rusia moderna se parece a la Unión Soviética:[6]

  • Rusia era una tierra de doble lenguaje. Meier afirma que Rusia ha distorsionado deliberadamente palabras y hechos sobre diversos temas, particularmente en relación con la guerra ruso-georgiana en ese momento, afirmando que Estados Unidos instigó el conflicto y que Georgia estaba cometiendo genocidio en Osetia del Sur.
  • Rusia estaba dispuesta a aumentar su poder por cualquier medio posible, incluida la dura represión de sus propios ciudadanos, como por ejemplo Mijaíl Jodorkovsky y las Madres de Beslán.
  • Rusia sigue siendo una tierra en la que "prevalece el miedo al Estado (y su alcance asfixiante)" mediante la introducción de numerosas leyes que limitan la libre expresión y promueven propaganda.

Neosovietismo en las políticas estatales bielorrusas

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En 2021, Jim Heintz de la Associated Press describió a Bielorrusia como un estado neosoviético debido a la naturaleza autoritaria del gobierno de Aleksadr Lukashenko y a su economía, en gran medida controlada por el Estado.[7]

Según el periodista bielorruso Franak Viačorka, Bielorrusia “se aferró a las tradiciones, símbolos y narrativas de la URSS con más entusiasmo que cualquier otra antigua república soviética”.[8]​Viačorka sostiene que el gobierno bielorruso ha conservado deliberadamente muchas de “las prácticas específicas de gobierno y economía de la era comunista”.[8]​Entre los ejemplos citados por Viačorka se incluyen organizaciones políticas juveniles al estilo del Komsomol y los estudios universitarios obligatorios sobre el esfuerzo bélico soviético contra la Alemania nazi.[8]

Un estudio de la Trans European Policy Studies Association describió las políticas económicas del gobierno bielorruso como neosoviéticas, debido a la falta de derechos de propiedad privada bien definidos en el país y a la continua dominación del sector industrial por empresas estatales heredadas de la Unión Soviética.[9]

En su libro Belarus: The Last European Dictatorship, el politólogo Andrew Wilson describió la ideología estatal bielorrusa como neosoviética.[10]​Wilson señaló que muchas instituciones autoritarias heredadas de la República Socialista Soviética de Bielorrusia se conservaron en Bielorrusia tras la independencia, incluida la sucursal local del Comité de Seguridad del Estado (KGB).[10]​Al igual que su predecesor soviético, el gobierno bielorruso también mantuvo un control fuerte sobre los medios de comunicación y la prensa, e incluso produjo propaganda estatal similar.[10]

Repúblicas separatistas en el este de Ucrania

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Andrew Kramer, del New York Times, afirmó que la República Popular de Lugansk y la República Popular de Donetsk, establecidas por fuerzas separatistas rusas en Ucrania, eran estados neosoviéticos.[11]​Kramer observó que los legislativos separatistas se modelaron según el Soviet Supremo, la industria local fue nacionalizada y confiscada por los gobiernos separatistas, y se revivieron los colectivos agrícolas de la era soviética.[11]​También señaló que algunos de los líderes políticos separatistas, como Boris Litvinov, eran antiguos miembros comprometidos del Partido Comunista de la Unión Soviética y seguían siendo simpatizantes de la ideología socialista.[11]

Organizaciones neosoviéticas

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Véase también

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Referencias

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  1. Heathershaw, John (2009). Post-Conflict Tajikistan: The Politics of Peacebuilding and the Emergence of Legitimate Order. Central Asian Studies. London; New York: Routledge. pp. 63-64. ISBN 978-1-134-01418-7. 
  2. Shevtsova, Lilia (2007). Russia—Lost in Transition: The Yeltsin and Putin Legacies. Carnegie Endowment. p. 200. ISBN 978-0-87003-236-3.  Parámetro desconocido |translator-last= ignorado (ayuda); Parámetro desconocido |translator-first= ignorado (ayuda)
  3. Slade, Gavin (Spring 2005). «Deconstructing the Millennium Manifesto: The Yeltsin–Putin Transition and the Rebirth of Ideology». Vestnik: The Journal of Russian and Asian Studies 1 (4): 74-92. Archivado desde el original el 26 de septiembre de 2007. 
  4. Druckerman, Pamela (8 de mayo de 2014). «The Russians Love Their Children, Too». The New York Times. Consultado el 27 de diciembre de 2015. 
  5. Kaminski, Matthew (26 de marzo de 2014). «Putin's Neo-Soviet Men». The Wall Street Journal. Consultado el 27 de diciembre de 2015. 
  6. Meier, Andrew (29 de agosto de 2008). «Is the Soviet Union back?». Los Angeles Times. Consultado el 27 de diciembre de 2015. 
  7. «'Europe's last dictator' raises the stakes with the West». AP News (en inglés). 14 de noviembre de 2021. Archivado desde el original el 16 de noviembre de 2023. Consultado el 29 de agosto de 2025. 
  8. a b c Dickinson, Peter (27 de agosto de 2020). «Belarus is a reminder that the USSR is still collapsing». Atlantic Council (en inglés estadounidense). Archivado desde el original el 29 de mayo de 2024. Consultado el 29 de agosto de 2025. 
  9. «The Economic Reconstruction of Belarus: Next Steps after a Democratic Transition». www.europarl.europa.eu. Archivado desde el original el 2 de septiembre de 2022. Consultado el 29 de agosto de 2025. 
  10. a b c Wilson, Andrew (6 de diciembre de 2011). Belarus: The Last European Dictatorship (en inglés). Yale University Press. pp. 270-271. ISBN 978-0-300-13435-3. Consultado el 29 de agosto de 2025. 
  11. a b c «Rebels in Eastern Ukraine Dream of Reviving Soviet Heyday (Published 2014)» (en inglés). 4 de octubre de 2014. Archivado desde el original el 5 de abril de 2023. Consultado el 29 de agosto de 2025. 
  •   Datos: Q16932762