El neomercantilismo (en inglés neomercantilism o neo-mercantilism) es una política comercial que fomenta las exportaciones, trata de dificultar las importaciones, controla el movimiento de capital y centraliza las decisiones monetarias.[1] El objetivo del neomercantilismo es aumentar el nivel de reservas monetarias internacionales (divisas), permitiendo supuestamente unas políticas monetaria y fiscal más eficaces.
El neomercantilismo se considera la escuela de pensamiento más antigua en la economía política internacional (EPI).[2]Tiene sus raíces en el mercantilismo, una doctrina preindustrial, y avanzó durante la Revolución Industrial.[2] También se considera la contraparte EPI del realismo en política internacional, en el sentido de que ambas doctrinas sostienen que el poder es clave en las relaciones internacionales.[2] El neomercantilismo también se asocia a la corporatocracia, particularmente durante la década de 1970, cuando ambos eran tratados como componentes de un sistema funcional y de objetivos políticos.[3]
En Estados Unidos, el neomercantilismo fue adoptado a fines del siglo XX en medio del movimiento para proteger a las industrias estadounidenses de la competencia japonesa.[4] Sin embargo, entre los primeros pensadores estadounidenses que secundaron esta doctrina se encuentra Alexander Hamilton (1757-1804), uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos y el primer secretario del Tesoro.[2]