La Muela de Cortes es una gran plataforma natural de entre 800 y 900 m s. n. m. situada en el norte del Macizo del Caroche. Se encuentra en la mitad meridional del municipio de Cortes de Pallás (Valencia) España.[1]
Al este y al norte está limitada por los desfiladeros del río Júcar y el pequeño valle de Cortes.[1] Al oeste lo limita el Valle de Sácaras.[2] Por el sur un entramado de cintos y valles fluviales profundos la separa del Caroche.[3]
La Muela es propiedad del Estado,[1] que en 1973 creó una reserva nacional de caza con una extensión de 36 009 hectáreas.[2][3]
En la parte superior de La Muela se encuentra un embalse de 23 hm³ de capacidad, construido en 1988 para la generación de energía hidroeléctrica.[2][4]
Se trata de un macizo de origen cretácico compuesto principalmente por calizas alternadas con yesos y arcillas. Pertenece a las últimas estribaciones de la Cordillera Ibérica.[3]
El punto más elevado, a 1015 metros de altitud, es El Pisar,[1] en el Cinto Cabra.[3]
Solo un 6 % del terreno es de uso agrícola, principalmente dedicados al cultivo de olivos.[3]
Como indica su nombre, la Reserva Nacional de Caza tiene un uso cinegético. Destacan la cabra montés y el muflón.[1][3]
Hay un importante uso hidroeléctrico en la parte norte. Allí se encuentra el embalse de Cortes-La Muela y el depósito artificial de la Muela, 500 metros más elevado. El complejo tiene una potencia de turbinación de 1772 MW y utiliza la energía no demandada para elevar agua al depósito superior, de forma que se acumula como energía potencial.[5]
Es una zona de uso cinegético, en donde se destacan la cabra montés, muflón, jabalí, ciervo, gamo, y la perdiz roja.
En 1609 se reunieron en Teresa de Cofrentes numerosos moriscos que decidieron hacerse fuertes en la Muela para hacer frente a su expulsión. Se les unieron otros correligionarios procedentes de Jalance, Jarafuel, Bicorp, Cofrentes, Dos Aguas y otros lugares. Atacados por el tercio de Lombardía, las fuerzas del gobernador de Játiva y otras fuerzas locales, el principal grupo de los moriscos de la Muela se rindieron el 21 de noviembre y fueron conducidos al Grao de Valencia para su expulsión. Su jefe, Turixí, fue ejecutado en Valencia. Durante los dos años posteriores a la rendición siguieron existiendo en la Muela grupos reducidos de moriscos rebeldes.[1]