Montante

Summary

El montante es una espada larga utilizada en España y Portugal durante el Renacimiento. Era similar al zweihänder alemán, aunque su esgrima era sustancialmente diferente, más similar a la escuela italiana.

Montante suiza de los siglos XV y XVI.

Características

editar

Como las demás espadas largas, el montante es una espada de gran envergadura, con una hoja de doble filo concebida mayoritariamente para el corte y una empuñadora habilitada para ser tomada con ambas manos. La longitud de la hoja comúnmente supera el metro y medio, ocasionalmente incluso alcanzando los 185 centímetros, y la de la empuñadura orbita alrededor de un tercio de la longitud de la hoja.

Los gavilanes totalmente rectos y perpendiculares a la hoja serían los más comunes de ver en sus primeros diseños, pasando a curvarse hacia el filo a medida que ganaban longitud total llegado el Renacimiento. El pomo, grande y pesado, servía junto a la empuñadura para contrapesar y dar mejor equilibrio al arma.

El peso total solía rondar el kilo en las versiones más pequeñas y los dos kilos en las más pesadas, un peso comparativamente pequeño para un arma de su alcance y tamaño, lo que al emplearse a dos manos producía una espada sorprendentemente ágil y rápida. Por su tamaño, sin embargo, no solían llevarse colgadas fuera del combate, y era habitual portarlas sostenidas en una mano y apoyadas en el mismo hombro.

Manejo

editar

A diferencia de otros espadones europeos, el montante no está concebido para duelos, sino para situaciones de amenaza asimétrica, en la que el usuario se enfrenta a múltiples enemigos dotados de distintas armas, a los que mantiene a raya mediante el alcance y la potencia de la hoja. Por este motivo, su esgrima hace uso de golpes amplios y circulares dirigidos no alcanzar a partes del cuerpo o a individuos determinados, sino a negar el área alrededor del usuario. Cada golpe se encadena fluidamente hacia el siguiente sin interrupción, similar al concepto de la escuela alemana llamado zufechten y descrito por Johannes Liechtenauer. A diferencia de la escuela alemana, sin embargo, el montante evita por completo las ataduras, que dejarían al usuario trabado con un oponente y vulnerable a los demás, y sólo utiliza las estocadas en situaciones muy específicas.

Los manuales de lucha con montante incluyen reglas para situaciones muy diversas, como enfrentarse a oponentes con armas de asta o en la estrechez de la pasarela de una galera. También existen reglas para combatir contra otro montante o espadón, aunque siempre se enfatiza que esta es una situación de relativa rareza y alejada del propósito original de su esgrima.

Historia

editar

El montante era esencialmente la variante ibérica de la espada larga en boga desde fines del siglo XV, una espada de dos manos de grandes dimensiones usada tanto militar como civilmente, de la cual es a la vez evolución y variante. Era distinta en su uso y manipulación y requería sus propias reglas y técnicas distintas a las de estas últimas, aunque guardando ciertos principios esgrimísticos similares.

Además de su uso en combate, era usada ceremonialmente por los maestros de armas españoles para separar a los contendientes en los duelos de entrenamiento, acción que dio origen al antiguo proverbio meter el montante como expresión de poner paz. Los maestros llevaban además un parche rojo con forma de montante en un lado de la chaqueta.[1]

Herramienta omnipresente en la infantería ibérica, el montante era utilizado por soldados distinguidos para abatir enemigos en formaciones prietas o incluso jinetes con sus propias monturas. Sin emmbargo, su uso en campo abierto se redujo hasta quedar obsoleto hacia finales del siglo XVI, igual que los propios rodeleros, que fueron reabsorbidos en los tercios españoles. Desde entonces quedó reducida a un arma de protección civil, utilizada por guardaespaldas y por ciertas clases de guardias para la contención de disturbios.

Algunos tratadistas de la Verdadera Destreza recogían su uso, como Luis Díaz de Viedma, Miguel Pérez de Mendoza y Domingo Luis Godinho. Diogo Gomes de Figueyredo dedicó también un volumen entero sólo al montante. También lo trató Pablo de Paredes, recogidas sus técnicas por Jehan Lhermite, y algunos maestros anónimos.[2]​ Maestros italianos como Achille Marozzo, Giacomo di Grassi y Francesco Fernando Alfieri enseñaban técnicas de spadone italiano compatibles con el montante, que solía ser sólo un poco más largo que este.

Conforme al Viaje del Parnaso de Miguel de Cervantes, los montantes eran espadas largas que se usaban con las dos manos.[3]Alonso de Ercilla también lo citó en La Araucana, diciendo que "suele jugar por gran destreza / el liviano montante un buen maestro" / hiriendo con extraña ligereza / delante, atrás, a diestro y a siniestro / con más desenvoltura y más presteza".

Diferencias entre montante, mandoble y espadón

editar

Una de las dudas no salvadas por los especialistas de forma categórica es la diferenciación de las voces que se refieren a las grandes espadas de dos manos en España. Baste por ello que en la importante obra de Gregorio Mayans, en el siglo XVIII, cite lo siguiente:[4]

Porque una vez que distingamos las principales especies de espada, como espadín, alfange, estoque, cimitarra, montante y pocas más, ¿de qué sirve mayor número, pudiéndose explicar las otras diferencias por adjetivos, cuyo significado sabe qualquiera? Yo comparo esta abundancia a la de los sinónimos que, dado que los haya rigurosamente tales, sólo sirven para la variedad y armonía del decir, y aumentan el número de las voces, pero no de los vocablos. Y concediendo que la lengua arábiga sea la más copiosa de quantas hay, la española, que tanto ha tomado de ella, por fuerza ha de ser muy abundante.

Por ello, los términos modernos como mandoble –que etimológicamente no aparece hasta 1569, y para referirse a un tipo de ataque, hecho de revés y dos manos– no siempre se refieren a un tipo o clasificación concreta y/o correcta. Por lo tanto, montante, mandoble y espadón pueden y eran empleados para cualquier espada a dos manos, pero estos últimos se comenzaron a usar en el siglo XIX y siglo XX. Pero, además de que montante fue el primer vocablo directo para referirse a esas armas de doble filo, largas y a dos manos de esa época, la propia definición de «espadón» del primer Diccionario de Autoridades decía: «Espada muy grande que corresponde al montante».

Dentro de la comunidad de estudiosos y practicantes de la esgrima histórica, especialmente de la comunidad angloparlante (donde la disciplina se conoce como H.E.M.A. : Historical European Martial Arts, es decir Artes Marciales Europeas Históricas), el término montante es usado a la par de Greatsword o Two-handed Sword en inglés (el primer término esta cayendo en desuso por referirse a otro tipo de espada históricamente anterior al montante), Zweihander/ Schlachtschwerter en alemán ( [espada] de a dos manos/ espada de batalla, curiosamente el uso del primer término está siendo muy favorecido por los angloparlantes encima de los de su propia lengua), y Spadone en italiano (de similar raíz lingüística al término espadón, términos probablemente relacionados) para referirse a este tipo de espada de a dos manos de grandes dimensiones, superiores a las que se conoce como espadas largas o de mano y media.

Cronología etimológica de las armas a dos manos en España

editar

Cronológicamente, los términos a los que nos referimos vendrían de la siguiente guisa: (Fuente: Corpus del Español)

  • Montante - Término de uso generalizado en los siglos XVI, XVII y XIX. Aparece en textos escritos a partir del siglo XIV. Aparece cinco veces más que mandoble y seis que espadón en el corpus del español.
  • Mandoble - Término de uso generalizado en el siglo XIX. Aparece en el siglo XVI, pero como tipo de ataque de cualquier arma de tajo. Hasta 1860 no es nada fácil encontrar referencias a mandoble como espada. A partir del siglo XX (1956) se reconoce en el diccionario como familia de la voz "espada" para referirse "coloquialmente" a una espada grande.
  • Espadón - Término de uso generalizado en el siglo XIX. Aparece en el siglo XVII, pero como sinónimo de castrado u hombre de alta jerarquía. Al ser aumentativo de espada, también era una forma coloquial de llamar a los montantes de una forma más hiperbólica, además de que el uso de "montante" requería mayor conocimiento de la lengua.

Véase también

editar

Referencias

editar
  1. Leguina, 2000, p.35-36
  2. manuscritos "Sobre el arte de la esgrima (MS II/1579(2))" y "Las reglas del montante (CCPB000152417-8)"
  3. Parnaso de Cervantes (1614); '1452' montantes; V. Donaires I, 35.
  4. Gregorio Mayans; Orígenes de la lengua española 1737.
  •   Datos: Q10752438