Monaguillo (del sustantivo en desuso mónago, del latín eclesiástico: monăchus, monje, con el diminutivo -illo), también monacillo,[1] con el sentido de pequeños clérigos. Es el nombre dado a quienes ayudan en la liturgia católica, especialmente durante el servicio de la misa. Generalmente se aplica a niños,[1] pero puede referirse a adultos[2] o a mujeres.[3][4]
Desde la mitad del siglo XX, se prefiere referirse a los mismos como acólitos, reservando el uso de monaguillo para los ministros extraordinarios, es decir quienes no han sido nombrados solemnemente.[4]