Una mina terrestre es un artefacto explosivo diseñado para ocultarse enterrándola a poca profundidad o camuflándola sobre la tierra de tal forma que el explosivo que contiene detone al ser activada inadvertidamente por una persona o vehículo. Se componen de una carga explosiva y un detonador. El nombre se origina en la antigua técnica militar consistente en la construcción de túneles para debilitar y crear brechas en las fortificaciones enemigas.
Las minas terrestres se utilizan para asegurar fronteras en disputa y restringir el movimiento del enemigo en tiempos de guerra, de tal forma que las tropas atacantes puedan ser emboscadas o bombardeadas con mayor facilidad.
Desde el punto de vista militar, las minas permiten que una fuerza organizada pueda superar a otra más numerosa.
La mayoría de los países del mundo (actualmente, 144) han ilegalizado el uso y posesión de minas antipersona por parte de sus ejércitos. Las únicas democracias occidentales que no las han prohibido son los Estados Unidos y Finlandia. Otros países, como China, Ucrania, Rusia, Israel y Corea del Norte continúan utilizándolas.
Es la forma más antigua de mina de uso militar y de la cual otros artificios enterrados toman su nombre. Básicamente consiste en una forma de atacar mediante la excavación de un túnel hasta llegar debajo de las murallas del adversario y socavar sus cimientos, lo que habitualmente consistía en realizar una gran cavidad al final del túnel, debajo del muro, apuntalando el techo. Una vez que tenía el tamaño suficiente, se prendía fuego a los puntales, con lo que el techo caía y se abría una brecha en la muralla. Existen referencias escritas desde la época de los romanos. El historiador griego Polibio, en sus Historias, ofrece una descripción gráfica de un ataque con mina y una contra mina en la narración del asedio romano de Ambracia. Con la invención de la pólvora la etapa final se ejecutaba llenando la cavidad con ésta y haciéndola estallar. Existían varios métodos para descubrir y destruir las minas antes de que consiguieran su objetivo, dando lugar a lo que se llamaba la guerra de minas.
El minado se empleó con frecuencia en la antigüedad clásica y después en la Edad Media. Volvió a resurgir durante la Primera Guerra Mundial y después se utilizó esporádicamente, como en el Asedio al Alcázar de Toledo en la guerra civil española.
De este método proviene mina como denominación de los artefactos explosivos ocultos, así como el uso figurado del término minado (minar la resistencia, minar la salud, etc.)
Las minas antitanque o contracarro están diseñadas para inmovilizar o destruir vehículos blindados o tanques, junto con sus ocupantes. Suelen ser más grandes y requerir más presión (al menos unos 150 kg) para ser activadas.
En un principio, las minas antipersona están destinadas a causar el mayor daño posible. Se utilizan para colapsar los servicios médicos enemigos, degradar la moral de sus tropas, y dañar vehículos no blindados. Por ello, el objetivo que busca sobre todo, es que hieran gravemente o mutilen, y no tanto que maten, ya que un muerto no causa tantos problemas como un herido. Así, sus efectos más comunes son amputaciones, mutilaciones genitales, quemaduras, lesiones musculares y en órganos internos.
Originalmente, se utilizaban para proteger las minas antitanque; pero pronto empezaron a utilizarse como armas por sí mismas.
Hay varios tipos:
Una mina puede ser activada de muchas formas: presión, movimiento, sonido, magnetismo o vibración. Las minas antipersonas suelen utilizar la presión del pie de una persona como disparador, pero también suelen usarse cables. Las minas antivehículos más modernas usan un disparador magnético, que les permite ser detonadas incluso sin ser tocadas. Las minas más avanzadas pueden llegar a notar la diferencia entre tipos de vehículos amigos y enemigos a través de su propio catálogo de características. Esto podría, en teoría, permitir a las tropas amigas usar un área minada negando a la vez el acceso a tropas enemigas.
Muchas minas combinan el disparador principal con un disparador por contacto u oscilación, para evitar que los ingenieros enemigos puedan desactivarlas. Es frecuente también reducir la cantidad de metal al mínimo, empleando por ejemplo plástico, para hacer más difícil la detección de la mina por medio de un detector de metales. Por otra parte, las minas de plástico son muy baratas.
Las minas utilizadas actualmente por el ejército estadounidense, entre otros, son las llamadas "de tipo inteligente". Están diseñadas para autodestruirse al cabo de semanas o meses, con el fin de reducir el número de víctimas civiles tras el final del conflicto. Para ello se utilizan distintos medios, como detonadores que dependen de una pila. Estos mecanismos de autodestrucción no son del todo fiables.
Un campo de minas se puede crear de varias formas:
Con frecuencia, los campos de minas antitanque están también minados con minas antipersonales para hacer más lenta su limpieza manual; también suelen sembrarse minas antitanque en campos de minas antipersonales para evitar el uso de vehículos blindados para limpiarlos rápidamente. Algunos tipos de minas antitanque pueden ser además detonados por la infantería, lo que les da un doble propósito a pesar de que su principal objetivo es actuar como armas antitanque.
A pesar de que sembrar minas terrestres en un campo es relativamente barato y simple, la tarea de detectarlas y retirarlas es típicamente cara, lenta y peligrosa.
Algunos métodos de detectar minas:
Algunos métodos para retirar minas:
El creador de la mina terrestre en Europa fue Pedro Navarro, oficial español del siglo XVI, que ideó un sistema para volar los muros de las fortalezas de Italia. Aunque ya se utilizaron versiones primitivas en la Guerra de Secesión, las minas antitanque empezaron a utilizarse en la Primera Guerra Mundial. Durante la Segunda Guerra Mundial se empezaron a utilizar las primeras minas antipersona en Europa y el norte de África, con el fin de proteger las minas antitanque.
Durante la guerra fría, fueron utilizándose intensivamente en conflictos locales. En Vietnam, el ejército estadounidense empezó a lanzarlas desde el aire. Con el tiempo, se hizo frecuente su uso por parte de ejércitos insurgentes en lugares de cultivo, fuentes de agua, y otras infraestructuras básicas. Así, empezaron a ser utilizadas en muchos conflictos también como arma contra la población civil, aterrorizándola y negándole el acceso a recursos básicos.
Las minas antipersona se han utilizado en conflictos en Angola, Afganistán, Argentina, Bosnia, Camboya, Chechenia, Chile, Colombia, Ecuador, Egipto, Guatemala, Kosovo, Mozambique, Malvinas, Nicaragua, El Salvador, Sudán, Sáhara Occidental, entre otros.
En el año 2005 un informe de la ONU calculaba que más de 167 millones de estos artefactos permanecían almacenados en todo el mundo, 82 países tienen minas sin localizar. Entre 15 mil y 20 mil personas en el mundo son víctimas cada año de las minas antipersona.
Sir Paul McCartney es mejor reconocido como el cantante principal de The Beatles. También es famoso por su amor a los animales y sus esfuerzos para abolir las minas terrestres. McCartney supo de los problemas por su exesposa, Heather Mills.[cita requerida] En 1993, Mills perdió parte de su pierna izquierda en un accidente de tráfico. Ella supo de otras personas que habían perdido las piernas o los brazos, y descubrió que muchos habían sido víctimas de las minas terrestres.
Mills empezó a recolectar piernas y brazos postizos para ayudar a las personas lastimadas en las explosiones de las minas terrestres. Al día, ella ha ayudado a 27 000 personas. Juntos Paul y Heather también han recaudado fondos para eliminar del planeta las minas terrestre enterradas (el costo de producir una mina terrestre es $ 3, pero el precio de desenterrar una de forma segura puede llegar a $ 1000). Para recaudar los fondos, McCartney ha sido el anfitrión de cenas, cantado en conciertos y creado, con la ayuda de su esposa, una camiseta que dice «No más minas terrestres».
La pareja hasta dedicó su día de boda a la causa. Sabiendo que los equipos de cámaras estarían presentes, hicieron un trato. Para publicar su foto, las revistas y los programas de televisión tenían que pagar una tarifa de $2000. Lo donaron a un grupo que trabaja ahora para eliminar las minas terrestres. Su plan les hizo recaudar 161.000 euros.
El uso de las minas resulta cada vez más problemático:
A pesar de todos estos problemas, algunos países como Estados Unidos o China, insisten en que son imprescindibles para proteger a sus soldados en tiempo de guerra.
El tratado de Ottawa entró en vigor el 1 de marzo de 1999, siendo el resultado de una campaña internacional para la prohibición de las minas terrestres que comenzó en 1992, y que ganó el premio Nobel de la Paz en 1997. Sus firmantes se comprometieron a no usar, desarrollar, fabricar, almacenar o comerciar con minas antipersonales. Las existencias deben ser destruidas en los cuatro años siguientes a la firma del tratado. Fue firmado originalmente por 122 países en 1997 y, para febrero de 2004, ha sido firmado por 152 y ratificado por 144.
De los restantes 42 países que no han firmado, los más grandes son China, India, Estados Unidos y Rusia. Estados Unidos se niega a firmar el tratado por no permitir una "excepción coreana", ya que las minas terrestres son un elemento vital en la estrategia militar estadounidense en la Península de Corea. Según el gobierno estadounidense, el millón de minas de la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur ayudan a mantener la delicada paz al impedir atacar a Corea del Norte. Por otro lado, Estados Unidos afirma estar investigando nuevas tecnologías capaces de reemplazar las minas en Corea para 2006.
Actualmente, sólo 15 países siguen fabricando (o no han renunciado a fabricar) minas antipersonales: China, Corea del Norte, Corea del Sur, Cuba, Egipto, Estados Unidos, India, Irán, Irak, Birmania, Nepal, Pakistán, Rusia, Singapur y Vietnam.
La mayor empresa fabricante de minas antipersonales es Claymore Inc,[1] en Estados Unidos, que produce las minas del mismo nombre.