Miliquio (en griego antiguo μειλίχιος, ‘que puede ser apaciguado’ o ‘el amable’) es el epíteto de varias divinidades:
El plural θεοὶ μειλίχιοι también se aplicaba a ciertas divinidades a las que los mortales solían apaciguar con sacrificios nocturnos, para que apartaran todo el mal, como por ejemplo en Mionia, en el país de los locrios ozolios.[7]