Martha Jungwirth (Viena, 15 de enero de 1940) es una pintora austriaca.
Martha Jungwirth | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
15 de enero de 1940 Viena (Alemania nazi) | (85 años)|
Nacionalidad | Austríaca | |
Educación | ||
Educada en | Universidad de Artes Aplicadas de Viena | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pintora | |
Distinciones |
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Jungwirth nació en Viena y estudió en la Universidad de Artes Aplicadas de Viena de 1956 a 1963. Unos años después fue profesora, desde 1967 a 1977. En 1968 formó el grupo Realities con Franz Ringel, Peter Pongratz, Wolfgang Herzig, Robert Zeppel-Sperl y Kurt Kocherscheidt.
Este grupo reivindicaba una pintura más realista y socialmente relevante en comparación con el estilo informal que dominaba el panorama internacional en esos años, aunque Jungwirth siempre trabajó en la frontera entre la pintura abstracta y la figurativa. Tras sus primeros éxitos en los años 60, vivió en Nueva York una temporada regresando después a Austria. Desde 1969 hasta 1990, fecha en la que él murió, estuvo casada con el historiador de arte y director de museo Alfred Schmeller.
Las obras de Jungwirth se han mostrado en numerosas exposiciones, entre ellasdocumenta 6 (1977), en Kunsthalle Krems (2014)[1] y en el Albertina (2018).
Para la temporada 2019/2020 de la Ópera Estatal de Viena, Jungwirth diseñó un cuadro de grandes dimensiones (176 m²) El caballo de Troya como parte de la serie de exposiciones “El telón de acero” diseñada por Museum in Progress.[2]
Martha Jungwirth vive y trabaja en Viena y en Neumarkt an der Raab.
Es sobre todo conocida por un lenguaje abstracto propio, influenciado por la observación del mundo físico. Sus obras están realizadas a menudo sobre soportes inesperados como cartón o papel de envolver. Destacan por su estilo inconformista, formas erráticas y colores intensos. Su enfoque intuitivo ha sido descrito como un puente entre el Expresionismo Abstracto y el Informalismo.[3]
A menudo aplica múltiples capas de pintura al óleo en tonos vibrantes, dejando una clara impronta de su toque personal mediante huellas digitales, trazos y, a veces, incluso marcas de zapatos.[4]