El marquesado de Torrehoyos es un título nobiliario español creado por el rey Carlos III en favor de Gonzalo José de Hoyos y Mier, coronel de un regimiento de milicias en Cartagena de Indias, mediante real decreto del 7 de marzo de 1787 y despacho expedido el 8 de diciembre de 1788.[1]
Marquesado de Torrehoyos | ||
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![]() Corona marquesal | ||
Primer titular | Gonzalo José de Hoyos y Mier | |
Concesión |
Carlos III de España 8 de diciembre de 1788 | |
Actual titular | José María Noriega y Vázquez | |
En 1924 fue rehabilitado por el rey Alfonso XIII en favor de Celedonio Noriega y Ruiz, III marqués de Torrehoyos.
Titular | Periodo | |
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Creación por Carlos III | ||
I | Gonzalo José de Hoyos y Mier | 1788-1805 |
II | María Josefa Isabel de Hoyos y Hoyos | 1805-1848 |
Rehabilitación por Alfonso XIII | ||
III | Celedonio Noriega y Ruiz | 1924-1951 |
IV | José Ramón de Noriega y Labat | 1952-1983 |
V | José María Noriega y Vázquez | 1983-hoy |
El primer marqués, Gonzalo José de Hoyos y Mier, era heredero de José Fernando de Mier y Guerra (1710-1780), por no tener este sucesión de su matrimonio con Juana Bartola de Mier Gutiérrez.[2] El hacendado y maestre campo José Fernando, quien fuera hijo mayor de la Casa de Mier, llevó a cabo en la provincia de Santa Marta (Nueva Granada) una empresa de fundación y reducción de pueblos ordenada por el virrey Eslava y sus sucesores que buscaba, entre otras cosas, reducir definitivamente a los indios chimilas y repoblar con vecinos libres varios sitios ribereños del río Magdalena desde Mompox, villa en la que se instaló en 1740.[3] En este proceso logró hacerse con haciendas, cargos, mercedes reales y una cota de influencia importante en la región.[4]
Viudo y sin sucesores directos, José Fernando murió en Mompox el 24 de enero de 1780, quedando por heredero su sobrino y «albacea vitalicio» Gonzalo José de Hoyos.[5] Este encargó la gestión de un título nobiliario a su agente de negocios ante la Corte de Madrid, Juan Bentura de Cañas, y, a la muerte de este, a su hijo Diego de Cañas.[6] La suma propuesta para comprar el título fue de 10 000 pesos fuertes por la redención perpetua de lanzas y 99 264 reales de vellón equivalentes al pago de medias anatas por seis «sucesiones transversales». Gonzalo José dio pruebas de fidelidad y testimonios positivos como alcalde ordinario de Mompox en 1777 y, además, pagó en 1789 otros 20 000 reales de vellón de servicio voluntario al recibir el título de marqués.[6]
En agosto de 1810 inició el proceso independentista de Nueva Granada, que cambió fundamentalmente la estructura del poder local en Mompox.[12] A comienzos de 1811, Mateo de Epalza, esposo de la marquesa, se refugió en Plato, donde tenía posesiones y contactos realistas.[13] María Josefa permaneció en Mompox; allí casó en 1817 con el general Juan Antonio Imbrecht, advirtiendo que sus bienes estaban «en decadencia por efecto de la revolución de 1810 y próxima a mi absoluta ruina a causa de carecer mi casa de dirección y respeto de hombre».[14] La definitiva victoria de los independentistas en 1819 forzó a los marqueses a trasladarse a Cartagena y luego a Jamaica,[11] y el 8 de enero de 1825 el Tribunal de la Intendencia de Cartagena decretó la confiscación de sus bienes por considerar a María Josefa como enemiga del gobierno y emigrada.[15] Regresó a Cartagena poco después para gestionar la recuperación de sus bienes,[15] lo cual logró efectivamente en julio de 1828, cuando se suspendió la confiscación impartida por el Tribunal de la Intendencia y se ordenó la devolución de todas sus haciendas.[16] Esto no alcanzó, sin embargo, al título marquesal, que fue abolido conjuntamente con todos los títulos nobiliarios de la Gran Colombia en 1824.[15] Un siglo después, el 17 de julio de 1924,[17] el título fue rehabilitado en favor de: