Marie Balmary es una psicoanalista francesa, nacida en Bretaña y afincada en París,[1] dedicada tanto a la práctica profesional de la psiquiatría como a la investigación.[2]
Discípula de Jacques Lacan, se dio a conocer en la década de 1970 por su relectura del complejo de Edipo descrito por Sigmund Freud.[3] En su trabajo, Balmary intentó recuperar la historia del padre de Edipo, Layo,[4] según el relato mitológico y la etimología del lenguaje, además de relacionar el complejo y su descripción freudiana con la historia de la propia familia de Freud.[5] Sus conclusiones, publicadas en L'homme aux statues. Freud et la faute cachée du père (1979),[2] fueron rechazadas por muchos de sus colegas, lo que provocó su salida de la Universidad de La Sorbona.[6]
Prosiguió su trabajo publicando estudios interdisciplinarios en los que busca los puntos de encuentro entre el psicoanálisis, las religiones, la Biblia, la mitología (especialmente la griega)[7] y otros relatos fundamentales de la civilización occidental.[8] Defensora de la necesidad de la dimensión trascendente de la persona, ha expresado sus convicciones en libros como Freud hasta Dios (2010)[9] y en una de sus obras más conocidas, El monje y la psicoanalista (2005), fruto de sus conversaciones con Marc-François Lacan,[10] hermano pequeño de Jacques Lacan y monje benedictino.[11]