Marciano Villanueva Salas (Barbadillo de Herreros (Burgos), 26 de marzo de 1927- 13 de febrero de 2013, Madrid[1]), fue un prolífico traductor al castellano tanto de lenguas de la Antigüedad (entre ellas el arameo, hebreo, latín y griego clásico), como de lenguas modernas, así el francés, aunque destaquen sus traducciones del italiano y del alemán.[2]
Marciano Villanueva Salas | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
26 de marzo de 1927 provincia de Burgos (España) | |
Fallecimiento | 13 de febrero de 2013 | (85 años)|
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Germanista | |
Marciano Villanueva nació cerca de Salas de los Infantes (Burgos). Tras la Segunda Guerra Mundial estuvo diez años en Viena y en Suiza. Buen conocedor del latín, se doctoró en Teología y Sagrada Escritura. Casi otros tantos años vivió en Roma donde trabajó en esos temas y sobre lenguas semíticas. Así que adquirió, además, un buen conocimiento del alemán y del italiano.[cita requerida]
De regreso a España dio clases de semíticas y exégesis bíblica en la Universidad de Salamanca. Se casó en Barcelona, en julio de 1967, y tuvo dos hijas. Estuvo estrechamente vinculado al mundo editorial de Barcelona: en la prestigiosa Compañía Internacional Editora (CIESA), y colaboró hasta el final de su vida con la editorial Herder,[3] para la cual hizo múltiples traducciones, religiosas, filosóficas, psicológicas y psicoanalíticas.
En 1979 fue nombrado director de publicaciones del recién fundado Instituto de Estudios Económicos,[4] y se trasladó a Madrid. Se mantuvo en ese puesto hasta 1992, en una etapa dedicada a trabajos y traducciones de política económica. Así, tradujo los clásicos Principios de economía política,[5] La economía en una lección,[6] o La ética de la libertad.[7]
Desde 1975, y sobre todo en las tres últimas décadas de su vida, hizo traducciones de grandes figuras, y recibió dos veces el Premio Inter Nationes[8] de Bonn (desde 2001 fusionado con el Instituto Goethe), por sus dos versiones de Ernst Jünger; e Instantes griegos y otros sueños, que él tradujo, obtuvo el Premio fray Luis de León a la mejor edición, en 1999.[9]
Destaca especialmente la Biblia de Jerusalén editada en España por Desclée de Brouwer en 1967 (reed: 1975, 1998 y 2009), que tiene su origen en la Escuela bíblica y arqueológica francesa en Jerusalén, y que es excepcional por ser una traducción de las lenguas originales —hebreo, arameo y griego— al español, y por su aparato crítico, comentarios, introducciones, anotaciones (filológicas, históricas) así como revisiones. Villanueva formó parte del equipo de traductores, ocupándose de la traducción de Libros del Antiguo Testamento (1 y 2 de Samuel; 1 y 2 de Reyes; 1 y 2 Crónicas, Esdras y Nehemías; Rut, Tobías, Judit, Ester), y del Evangelio de Lucas del Nuevo Testamento, y de la revisión de los textos del Antiguo Testamento.[10] Más tarde fue adaptador y redactor de la nueva edición para Herder de la La Biblia.
Entre 1997 y 2004 colaboró en la edición bilingüe y comentada El Corán de la editorial Didaco, en 5 vols., vertiendo las notas alemanas y, junto a Alberto Castro, comparando y revisando las traducciones con el original árabe.[11]
Para la editorial Herder adaptó e introdujo decenas de libros, entre los que se cuentan los dos volúmenes del teólogo austríaco Anton Grabner-Haider[12] y el Diccionario enciclopédico de exégesis y teología bíblica, en dos tomos, que sintetizan en 1.500 entradas los conocimientos bíblicos aportados por el fundamental Lexikon für Theologie und Kirche.[13][14]
Además tradujo la Dogmática de G. Müller; o Contempló Dios toda su obra y estaba muy bien, de M. Kehl; así como Teoría de los principios teológicos de J. Ratzinger.[15]
Por otra parte, Villanueva tradujo numerosos textos literarios y ensayísticos, del siglo XX o renacentistas. Destacan sus versiones de las novelas Eumeswil y Heliópolis de Ernst Jünger, la Novela de caza de Horst Stern (las tres para Seix Barral), así como dos obras de Hugo von Hofmannsthal (Instantes griegos y otros sueños, y Asomado al abismo), Los mensajeros del renacentista Torquato Tasso, Ordo amoris del filósofo Remo Bodei, sobre Agustín de Hipona, y póstumamente Cardano en Pelar con el ingenio (todas para cuatro.ediciones).[16] Puso en castellano dos monografías, para Herder, sobre Juliano[17] y sobre Teodosio, del historiador Hartmut Leppin,[18] y una más sobre Jaspers del filósofo Kurt Salamun,[19] así como Ante el vacío existencial, del importante pensador y psiquiatra Viktor Emil Frankl.
Por añadidura vertió el Intercambio epistolar de Hofmannsthal con Bebenburg,[20] y la novela Hombre ángel, de Geltinger, ambos para Pre-Textos.[21]
Además tradujo textos de destacados hispanistas franceses: Los letrados juristas castellanos bajo Felipe III, de Jean Marc Pelorson (2008), y Los jesuitas en la España del siglo XVI (2010), de Marcel Bataillon, un curso recién recuperado en Francia, con una traducción señalada como espléndida.[22]
Desde 1999 trabajó ampliamente para los libros culturales de la Asociación Española de Neuropsiquiatría.[23] Vertió El libro de los sueños del sabio del siglo XVI Girolamo Cardano; hizo una elogiada versión de las Conversaciones en Túsculo de Cicerón, su libro sobre la tristeza, y otra del libro inaugural del impulsor de los estudios sobre melancolía renacentista, Marsilio Ficino (Tres libros sobre la vida); también tradujo dos obras del pionero de las clasificaciones psiquiátricas, el italiano de ese siglo Tomaso Garzoni (El teatro de los cerebros y El hospital de los locos incurables),[24] y del moralista coetáneo de este, Luigi Cornaro (De la vida sobria). Por añadidura logró dar voz a las detalladas memorias del enfermo y jurista alemán Schreber (Sucesos memorables de un enfermo de los nervios), que tanto usó Sigmund Freud, y por vez primera aparecidas en España.[25]
Su versión de las Tusculanas, el clásico de Cicerón, en 2005,[26] se cuenta entre las más notables traducciones al castellano recientes. Villanueva, por lo demás, es reconocible por su estilo poético y al tiempo sencillo y preciso.
Entre sus traducciones más significativas se encuentran libros fundamentales de grandes prosistas o pensadores, como Ficino, Cardano, Tasso, Garzoni, Hofmannsthal, Menger, Schreber, Jünger, Bataillon, Frankl y Bodei, además de la propia Biblia. Destacó, en suma, como un prolífico traductor de diversas materias ensayísticas —teológicas, económicas, psicológicas, filosóficas y literarias—, destacando sobre todo por sus traducciones del alemán, por lo que recibió premios en Alemania y España.