La familia de Manuel, de origen armenio, incluía a su hermano Marino, padre de la futura emperatriz bizantina Teodora.^[1]​^[2]​ Manuel apareció documentado por primera vez durante el reinado de Miguel I Rangabé (r. 811-813) como protostrator (jefe de los establos imperiales), probablemente a sus veintitantos años. A pesar de instar a Miguel a oponerse a León V el Armenio (r. 813-820), tras el derrocamiento de aquel, Manuel recibió el título de patricio y promovido a Strategos del Tema armeníaco, un cargo de máximo prestigio entre los comandantes y gobernadores de los temas bizantinos, ocupado previamente por el propio León antes de su ascenso al trono.^[3]​^[4]​^[5]​^[6]​

Según los historiadores John B. Bury y Warren Treadgold, a principios de 819, Manuel habría sido designado monostrategos (es decir, «general único») un cargo excepcional que le otorgaba el mando sobre cinco temas de Asia Menor durante cerca de un año. Este nombramiento, sin embargo, parece haber tenido como objetivo principal sofocar la resistencia iconófila contra el restablecimiento de la iconoclasia, más que con fines estrictamente militares. Por otro lado, los editores de la «Prosopografía del mundo bizantino» cuestionan este nombramiento, sugiriendo que podría derivar de una interpretación errónea de la fuente principal. Posiblemente Manuel continuó sirviendo como strategos del Tema anatólico bajo el emperador Miguel II (r. 820-829), aunque las fuentes no lo mencionan explícitamente.^[6]​

Poco después de la ascensión al trono del hijo y sucesor de Miguel II, Teófilo (r. 829-842), Manuel se unió a los abasíes como resultado de las maquinaciones en la corte: el logoteta del dromo (ministro de asuntos exteriores), Mirón, lo acusó de conspirar contra el nuevo emperador para apoderarse del trono. Teófilo dudó en creer las acusaciones, pero finalmente fue convencido por el protovestiario (chambelán) León Chamaidracon y el sincelo Juan el Gramático, de la inocencia del general.^[6]​ Manuel, sin embargo, no esperó el juicio del emperador; usando los carruajes a los cuales su cargo imperial le daba acceso, cruzó apresuradamente Asia Menor y ofreció sus servicios al califa al-Mamum (r. 813-833), con la condición de que no se le obligara a convertirse al islam.^[7]​ Según el historiador del siglo XIII Bardanes de Arevel, la alegría de Al-Mamun ante esta deserción fue tan grande que el califa le dio un salario diario de 1306 dírhams de plata y le ofreció regalos continuamente.^[8]​ Teófilo, a su vez, decidió intentar persuadirlo para que regresara y envió a Juan el Gramático a Bagdad en misión diplomática con el pretexto de anunciar su ascenso al califato. Juan logró reunirse con Manuel en privado y le ofreció el indulto del emperador, que Manuel parece haber aceptado, aunque públicamente permaneció leal a los abasíes.^[9]​

En el verano de 830, Manuel participó en una expedición abasí contra los rebeldes kurramitas de Babak Khorramdin, en Azerbaiyán, junto con un contingente de cautivos bizantinos. La campaña fue dirigida personalmente por el propio hijo de Ma'mun, Al-Abbas, pero según Warren Treadgold, es probable que Manuel por ser el más experimentado, fuese el comandante real. Tras obtener algunas victorias modestas, el ejército regresó al sur. Manuel, quien probablemente para entonces se había ganado la confianza de sus compatriotas árabes, sugirió que él y Al-Abbas comandaran una parte del ejército e invadieran la Capadocia bizantina a través del paso de Hadatha. Una vez al otro lado de las montañas, él y otros cautivos bizantinos neutralizaron a Al-Abbas y su escolta, tomaron sus armas y huyeron. Al-Babas y sus compañeros se quedaron atrás sin ser molestados y se les permitió regresar a territorio abasí.^[8]​^[10]​

El emperador Teófilo recibió a Manuel con gran entusiasmo, nombrándolo magister officiorum y doméstico de las escolas, así como comandante de los tagmata, los regimentos de élite del Imperio bizantino. Manuel se consolidó como el principal general de Teófilo durante el resto de su vida. Además, como tío de la emperatriz Teodora, esposa de Teófilo, su posición en la corte se volvió sumamente sólida, un hecho reforzado por el papel del emperador como padrino de los hijos de Manuel.^[6]​^[11]​

En 831, Manuel acompañó a Teófilo en una campaña contra los árabes que invadían Cilicia. Los bizantinos sorprendieron a los árabes cerca del fuerte de Carsiano, infligiéndoles una contundente derrota: mataron a 1600 enemigos y capturaron a unos siete mil prisioneros.^[12]​ En 837, Manuel participó en la expedición de Teófilo contra las ciudades árabes del norte de Mesopotamia, que culminó con el saqueo de Sozópetra y Arsamosata.^[6]​^[13]​ Sin embargo, las atrocidades cometidas por los bizantinos tras la caída de Sozópetra provocaron una feroz represalia del califa Al-Mutásim. Manuel acompañó nuevamente al emperador como su principal general, junto a Teófobo, líder del contingente «persa» formado por refugiados kurramitas, en la batalla de Anzen, en 22 de julio de 838, donde el ejército bizantino fue derrotado por las fuerzas del general Haydhar ibn Kawus al-Afshin.^[14]​

Durante la batalla, el ejército imperial se dispersó y huyó, dejando a Teófilo y su séquito rodeados por los árabes en una colina, junto a unos dos mil soldados «persas». Cuando algunos de estos últimos comenzaron a conspirar para entregar al emperador, Manuel, con determinación, tomó las riendas del caballo del emperador y se lo llevó por la fuerza. Acompañado por algunos oficiales, logró atravesar las líneas árabes y puso a salvo a Teófilo en la cercana aldea de Chiliokomo.^[15]​ Durante su huida, Manuel sufrió heridas graves que, según el cronista Simón Logoteta, le causaron la muerte pocos días después, probablemente el 27 de julio de 838. Fue sepultado en su palacio en Constantinopla, cerca de la Cisterna de Aspar, un lugar que más tarde se transformó en el monasterio que lleva su nombre, tradicionalmente identificado con la mezquita de Kefeli.^[6]​^[16]​^[17]​^[18]​

Según las crónicas de José Genesio y Teófanes Continuatus, Escilitzes y Zonaras, Manuel sobrevivió a sus heridas de la batalla de Anzen, supuestamente curado milagrosamente tras renunciar a la iconoclasia a pedido de unos monjes. Después de la muerte de Teófilo, se afirma que habría sido miembro del consejo de regencia para el nuevo emperador infante Miguel III (r. 842-867) junto con Teoctisto y Bardas, y que declinó el trono cuando el pueblo lo aclamó en el hipódromo. Estas fuentes también destacan su papel clave en la restauración de los iconos y su ascenso a protomagistro antes de enemistarse con Teoctisto y retirarse. Además, relatan que, a finales de la década de 850, Manuel salvó nuevamente la vida de Miguel III en otra batalla en Anzen, falleciendo poco después.^[19]​^[20]​^[21]​ Sin embargo, varios estudiosos modernos cuestionan la veracidad de estos relatos. El bizantinista belga Henri Grégoire fue el primero en señalar su inconsistencia con la narración de Simón Logoteta, sugiriendo que podrían ser una invención posterior, posiblemente promovida por los monjes del monasterio de Manuel, quienes lo veneraban como santo y buscaban redimir su pasado iconoclasta. Warren Treadgold, considerando a Simón Logoteta más fiable, también descarta los registros sobre la vida de Manuel posteriores a 838.^[6]​^[22]​^[23]​

Varios estudiosos modernos respaldan la posibilidad de que Manuel sobreviviera más allá de 838, apoyándose en un documento de mediados del siglo IX que menciona a «Manuel, patricio, protospatario imperial, magíster y consejero^{[nota 1]}​ del emperador». Este texto sugiere su supervivencia, al menos durante los primeros años del reinado de Miguel III, y confirma su rol destacado en la regencia. No obstante, los relatos sobre su actividad posterior, especialmente su supuesta participación en la restauración de los iconos y una segunda batalla de Anzen (claramente inspirada en los eventos de 838), son considerados en gran medida ficticios. Sin embargo, la tradición de su muerte tras el fallecimiento de Teófilo (842) podría ser confiable, situándola probablemente entre los años 855 y 863.^[25]​

• Imperio bizantino
• Califato abasí
• Batalla de Anzen