Malestream es un neologismo en inglés que describe la situación en la que la investigación en ciencias sociales se centra en una perspectiva masculina y asume que sus conclusiones pueden generalizarse a toda la población, independientemente de su sexo.[1] Desarrollado originalmente como una crítica al sesgo masculino de la sociología, el término se ha aplicado desde entonces a la geografía humana,[2] la antropología[3] y la psicología.[4]
El término fue utilizado por primera vez por Mary O'Brien, en su libro de 1981 The Politics of Reproduction (Política de la reproducción).[5] El título implica un juego de palabras con el término en inglés mainstream (corriente principal) y consiste en un detournement del concepto, aplicado a la producción de conocimiento en ciencias sociales. Se trata de una aplicación concreta de la «epistemología de la ignorancia» propuesta por Karl Popper.