Magdalena penitente es una pintura realizado por Doménikos Theotocópuli[1]—el Greco— realizada hacia 1577, que forma parte de las colecciones del Museo de Arte de Worcester.
Magdalena penitente (El Greco, Worcester) | ||
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Autor | El Greco | |
Creación | c. 1577 | |
Ubicación | Museo de Arte de Worcester (Estados Unidos) | |
Material | Óleo y Lienzo | |
Dimensiones | 108 centímetros × 101,3 centímetros | |
En su catálogo razonado de obras del Greco, Harold Wethey distingue cinco modelos sobre el tema de Magdalena penitente. Según este autor, el presente lienzo es el primero que el pintor realizó sobre dicho tema, y conforma el tipo I del mismo.[2]
María Magdalena es una síntesis de tres personajes que el papa Gregorio Magno reconoció como sola persona:[3]
En el tipo I de este tema, el fondo rocoso aparece en el lado izquierdo del lienzo, con la calavera y el frasco de ungüentos en su parte inferior, y la hiedra —símbolo de inmortalidad y fidelidad—. en la parte superior. La firma en letras mayúsculas, y el empaste grueso de la pintura, indican los primeros años del maestro en España. La santa viste una túnica blanca, cubierta con un manto azul oscuro, y sus largos cabellos dorados se esparcen sobre su pecho. El tono general del fondo es pardo, excepto la hiedra verde y el celaje azul oscuro con nubes blancas.[13]
Esta obra está quizás basada en una versión de Tiziano sobre este tema, que el Greco pudo estudiar en Venecia,[15] de la que tomó la colocación de la santa en primer plano, en la entrada de una gruta ante una pared rocosa. La figura forma un triángulo, con un estatismo y una geometrización que le dan un aspecto elegante, algo amanerado. Pero, el Greco le confiere a la santa una mezcla de sensualidad, refinamiento y espiritualidad, que hacen que la Magdalena de Tiziano parezca vulgar y mundana en comparación.[16]
El rostro de la santa aparece algo ladeado, sus brazos y su cuello son demasiado largos, su postura es poco creíble y parece como si la luz saliera de su propio cuerpo. Aunque su mirada se dirige hacia el Cielo —de una forma más bien teatral— Magdalena no parece desdeñar la vida mundana, ya que no aparece como una humilde eremita. El pintor la representa ricamente vestida, y con una larga cabellera rubia, que forma un bonito contraste con su manto azul oscuro.[17]