Maestro de la Virgo inter Virgines es el nombre convencional por el que se conoce a un pintor anónimo a quien se supone activo en Delft en las dos últimas décadas del siglo XV.
Debe su nombre a Max J. Friedländer, quien agrupó un pequeño número de obras en torno al retablo de La Virgen y el Niño entre cuatro santas vírgenes o La Virgen y el Niño con santas Catalina, Cecilia, Úrsula y Bárbara del Rijksmuseum de Ámsterdam. Aunque influido por los maestros de Amberes y Gante, en especial por Cornelis Engebrechtsz y Geertgen tot Sint Jans, en la personalidad intensamente piadosa del Maestro de la Virgo inter Virgines se han advertido los primeros pasos distintivos de la pintura neerlandesa.[1]
Su pintura puede distinguirse por el peculiar tratamiento de sus expresivas cabezas, de contornos angulosos, cuello largo, frente amplia y nariz larga y recta, y por el empleo de una rica gama de color. Con esas características se han reunido en torno a su figura unas veinte tablas,[2] todas de asunto religioso y en su mayor parte de carácter narrativo, en las que la corrección del dibujo se sacrifica a la profundización en los contenidos dramáticos del relato, entre ellas la Crucifixión del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y la tabla del mismo asunto del Bowes Museum de Barnard Castle, o la Lamentación sobre el cuerpo de Cristo muerto del Museo del Prado, originalmente tabla central de un tríptico en cuyas puertas, conservadas en Aquisgrán (Suermondt-Ludwig Museum), con el tríptico abierto estaban pintados a la izquierda José de Arimatea y Nicodemo y a la derecha la Magdalena con otra de las santas mujeres, y con las puertas cerradas la Anunciación.[2]
Con este maestro se ha relacionado también un grupo de entalladuras sin firma publicadas a partir de 1483 en Delft, por lo que se le presume ese origen,[2] aunque esas estampas se han atribuido también a los llamados Maestro de Delft y Maestro de la Pasión Delbecq-Schreiber.[3]