Madoc o Madog ab Owain Gwynedd fue, según una leyenda medieval reelaborada en el siglo XVI, un príncipe galés que habría navegado hasta América en 1170, tres siglos antes que Cristóbal Colón. La leyenda fue utilizada por los imperialistas británicos hasta finales del siglo XVIII para defender la legitimidad de la colonización británica de América frente a España.[1]
Los historiadores consideran totalmente ficticio el supuesto viaje transatlántico de Madoc.
Según la leyenda medieval, Madoc era hijo de Owain Gwynedd, un importante rey del País de Gales que tuvo al menos 13 hijos con sus dos esposas y varios hijos ilegítimos más. Tras la muerte del rey Owain Gwynedd en 1170, hubo importantes enfrentamientos entre los herederos al trono. Desalentado, el príncipe Madoc habría partido junto a su hermano Riryd con una pequeña flota para explorar el océano Atlántico. Finalmente, ambos hermanos descubrieron "una tierra lejana y abundante", donde formaron una colonia con un centenar de individuos. Posteriormente Madoc regresó a Gales para reclutar nuevos colonos, llegando a reunir una docena de barcos, con los que partió cargado de hombres, mujeres y niños para nunca volver.
Owain Gwynedd, el presunto padre de Madoc, existió realmente. Era gobernante de Gwynedd, unos de los reinos más poderosos de Gales en aquella época. La disputa por el poder tras su muerte entre sus herederos, Dafydd, Maelgwyn y Rhodri, también parece haber ocurrido realmente.
La leyenda fue continuada en el siglo XVI afirmando que el grupo del príncipe Madoc llegó a América del Norte, subió por grandes ríos como el Misisipi y el Misuri y se reunió con tribus de indios estadounidenses, antes de asentarse en la región de las Grandes Llanuras. Otras leyendas afirman que tales "colonos galeses" llegaron a Florida, el Golfo de México o la región de Nueva Inglaterra.
Según la leyenda, los colonos se incorporaron a las tribus indígenas, y sus descendientes permanecieron entre ellos. El reverendo Morgan Jones, que fue capturado en 1669 por la tribu india Doeg de Tuscarora, fue el primero en afirmar haber encontrado indios de habla galesa, tras haber permanecido algunos meses entre ellos predicando. Al regresar a las colonias inglesas en 1686 relató su experiencia, aunque tal testimonio resultó dudoso al no haber pruebas de la presencia de los Doeg entre los tuscarora, y menos que hablaran el idioma galés.
Otros aventureros afirmaron haber descubierto a los "indios de Gales", e incluso llegaron a afirmar que una tribu adoraba una copia del Evangelio escrita en galés. Los rumores sobre la llegada de colonos galeses transformados en una tribu india hacía siglos fueron tales que incluso llegaron a oídos del presidente estadounidense Thomas Jefferson, quien al saber del viaje de Lewis y Clark por el oeste de Norteamérica les remitió la orden de buscar a "los indios galeses" durante su expedición, pero Lewis y Clark no hallaron pueblos indios que entendieran el galés, ni individuo alguno que confirmara la leyenda de los "indios galeses".
Según el folklore local, la ciudad de Louisville en Kentucky habría acogido una colonia de indios de habla galesa. El inglés John Evans de Waunfawr exploró la cuenca del río Misuri en el siglo XVIII en busca de los descendientes galeses entre las tribus Padoucas y Madogwys, pero tampoco halló prueba alguna de su existencia.
De acuerdo a las primeras versiones de la leyenda, el idioma que habrían hablado los indios sería el irlandés y el galés, si bien el nombre de la tribu variaba de narrador a narrador. Finalmente se llegó a la conclusión de que la tribu de presunta ascendencia galesa serían los indios Mandan, que tenían una cultura, idioma y una forma de vida en asentamientos radicalmente diferente a la de sus tribus vecinas. Fue el pintor estadounidense George Catlin quien sugirió a mediados del siglo XIX que los Mandan podrían ser los descendientes de Madoc y sus compañeros, cuando se percató de que sus botes se parecían a los coracles galeses. Catlin también observó que la arquitectura empleada por los Mandan era similar a la de los europeos.
El primer escritor que mencionó a Madoc fue George Peckhan, en A True Report of the late Discoveries of the Newfound Landes (1583), que fue continuada en la edición de 1589 de Richard Hakluyt y en la Historia de Cambria de David Powell (1584). Antes de esa fecha existe un cywydd (un poema) galés de mediados del siglo XV que menciona un personaje llamado Madoc, miembro "del linaje de Owain Gwynedd" que "sólo deseaba el mar", pero que no menciona en absoluto que hubiese navegado hacia el oeste. Otra mención, posterior a 1492, menciona un "manuscrito hallado en Poitiers" y del siglo XVII según el cual el personaje de Madoc halló una "isla paradisíaca" en los mares del oeste, aunque el manuscrito no menciona a Madoc como hijo de un rey, ni da detalles topográficos que asocien la "isla paradisíaca" con el continente americano.
Todas las menciones de Madoc "llegando a suelo americano" son posteriores a 1492 y figuran en historias que buscaban legitimar la colonización de Norteamérica por el Reino de Inglaterra antes que por el Reino de Castilla. El imperialista inglés John Dee llegó a afirmar en 1580 que además de Madoc, tanto Brutus de Britania como el rey Arturo habían llegado a América antes que los españoles. Así, la corte de Isabel I de Inglaterra podría reivindicar su prioridad de "descubrimiento" sobre ese continente y justificar el envío de colonos ingleses a América.
La historiografía considera ficticias las fuentes quee mencionan el "Viaje de Madoc" a partir del siglo XVI, más todavía ante los elementos que se agregan al relato sin sustento documental o testimonial (como que los "colonos galeses" construyeron monumentos, que fundaron grandes culturas o que conservaban su lengua primigenia). Nunca se pudo probar la existencia de los "indios de habla galesa", ni se ha probado la utilización de alguna lengua céltica entre los indios de América del Norte, y menos aún se ha hallado semejanzas genéticas entre tribus indias de Norteamérica y el pueblo galés actual. De hecho, las fuentes medievales de Gales nunca mencionan algún "viaje al oeste" del príncipe Madoc. En definitiva, los historiadores consideran ficticia la llegada de colonos galeses en el siglo XII, y rechazan la leyenda sobre su "conversión" en una tribu india.
La historia de Madoc ha sido un tema muy popular en el campo de la ficción.