Se llama lustro o quinquenio (del latín lustrum) a un periodo de cinco años.
Etimológicamente proviene del latín lustrum, que quiere decir limpio, puro.
Lustrum era un sacrificio expiatorio que se hacía cada cinco años.[1]
Se refiere a la ceremonia de la lustratio (purificación), que se celebraba cada cinco años y era la más importante de la Antigua Roma. En el transcurso de esta celebración se efectuaban una serie de ritos y un banquete. Todos los pater familiae (patricios) estaban obligados a asistir. Quienes no lo hicieran perdían sus derechos de ciudadanos, hasta la próxima lustración. Era un castigo muy importante, puesto que se perdía incluso el derecho a montar pleito.[1]
La palabra española «lustre» proviene del vocablo latino lustro.