El sitio Los Metates es un yacimiento arqueológico localizado en el departamento de santa Barbabara, Honduras perteneciente a la Cultura lenca. El sitio fue un centro ceremonial y urbano regional, con 42 montículos, tres plazas y un posible mercado. [1]
Ubicado en el Valle de Sula, Quimistán, Santa Bárbara, Honduras. Una área fuertemente fértil donde diversos pueblos prehispánicos se encontraban debido a que está situado en una de las rutas comerciales que conectaban el Mundo maya (Principalmente con los Mayas yucatecos), el área cultura lenca, y había cierta presciencia de pueblos del área intermedia como Los Pech y Tolupanes. El sitio se encuentra cerca de los ríos Chamelecón y Cañas, cosa que ayudó a desarrollar fuertemente la agricultura en la zona. su Clima es tipo tropical húmedo, con abundante vegetación y bosques secos intercalados. Esto Permitió cultivos de maíz, frijol, calabaza y cacao, base de la economía lenca antigua.[2]
Los Metates se estableció hace más de 1,500 años durante el predio preclásico, aproximadamente entre 500 a.C. y 900 d.C., en el Valle de Sula, región fértil que hoy corresponde a Quimistán, Santa Bárbara, Honduras. Los primeros pobladores fueron pueblos proto lencas, quienes encontraron en la zona un entorno ideal para la agricultura, con tierras fértiles y acceso a ríos como el Chamelecón y Cañas.
Durante su apogeo, entre los siglos VI y IX d.C., Los Metates se convirtió en un centro urbano y ceremonial de gran importancia. Su ubicación estratégica lo situaba en la frontera cultural entre el mundo lenca, las áreas de influencia maya, y el área intermedia, lo que permitió el intercambio de bienes y conocimientos convirtiendo el sitio en un centro comercial importante y cosmopolita. Para esta época se construyeron montículos y plataformas de tierra y piedra, organizando el sitio en plazas ceremoniales, áreas residenciales y posiblemente mercados. La vida cotidiana combinaba la agricultura, la alfarería y la producción de instrumentos musicales y objetos rituales.
Con el tiempo, los cambios ambientales, posibles conflictos internos y la expansión de otros grupos llevaron al abandono parcial del sitio. Para el momento de la llegada de los españoles en el siglo XVI, Los Metates ya no estaba habitado, por lo que los cronistas coloniales no lo registraron, a diferencia de poblaciones lencas aún activas como las del valle de Comayagua.
Los Metates permaneció semioculto por siglos, cubierto por vegetación y actividades agrícolas. Solo a finales del siglo XX y principios del XXI arqueólogos y autoridades culturales comenzaron a documentar sus montículos, plazas y objetos hallados, reconociendo su valor como uno de los centros lencas más importantes de Honduras.
El sitio cuenta con al menos 42 montículos y tres plazas, lo que indica una organización urbana compleja y posiblemente un centro ceremonial o de intercambio cultural. Restos de cerámica con patrones característicos de la cultura lenca, conocidos como "polícromo del Ulúa", han sido identificados en el sitio, sugiriendo una fuerte influencia lenca en la región. También se han encontrado pequeñas piezas talladas en piedra, como pitos y ocarinas, que indican prácticas rituales y musicales en la región.
Actualmente, el sitio enfrenta amenazas de inundación debido a la construcción de la represa El Tablón-Los Limones, lo que ha motivado proyectos de rescate y conservación por parte del IHAH y el interés internacional, incluyendo de Japón, para preservar su legado.[3] El dr Seiichi Nakamura de la universidad de Kanazawa reafirmó la importancia de este sitio para entender la cronología de la historia de Honduras y Centroamérica viéndose interesado en poder salvarlo.[4] [3]Actualmente continúan los esfuerzos en marcha para preservar parcialmente sus estructuras y artefactos más significativos antes de que queden sumergidos por la represa El Tablón.