El Lockheed AQM-60 Kingfisher, originalmente designado XQ-5, fue una versión de blanco aéreo no tripulado del avión de pruebas X-7 de la USAF, construido por la Lockheed Corporation. El avión fue diseñado por Kelly Johnson, el diseñador que más tarde pasó a crear el Lockheed A-12 y sus derivados, como el Lockheed SR-71 Blackbird y el Lockheed YF-12.[1]
Lockheed AQM-60 Kingfisher | ||
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![]() AQM-60 Kingfisher esperando ser cargado en su nodriza B-50 antes de una prueba de las defensas estadounidenses.
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Tipo | Blanco aéreo no tripulado | |
Fabricante |
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Primer vuelo | Abril de 1951 | |
Usuario principal |
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Desarrollo del | Lockheed X-7 | |
El desarrollo del X-7 comenzó en 1946, tras una solicitud de la USAF por un vehículo aéreo no tripulado de Mach 3 con la finalidad de realizar pruebas. Este vehículo de pruebas no tripulado evolucionó en el Kingfisher, que fue más tarde utilizado para probar sistemas antimisiles como los MIM-3 Nike Ajax, SAM-A-25/MIM-14 Nike Hercules, e IM-99/CIM-10.[2]
El Kingfisher era capaz de evadirse de la inmensa mayoría de sistemas de armas en los que se usó para ser probados, a pesar de que los sistemas estaban diseñados para destruir misiles hipersónicos en vuelo. Esto creaba una cantidad significativa de vergüenza a la USAF, dando como resultado considerables consecuencias políticas, que provocaron la paralización final de la producción en 1959 y la cancelación del proyecto enteramente a finales de los años 60.[3]
El motor desarrollado para el AQM-60 fue más tarde modificado para ser usado en un estatorreactor nuclear de largo alcance llamado CIM-10 Bomarc, que fue usado como defensa nacional contra bombarderos nucleares durante los años 60 y principios de los 70. Una resistente variante del mismo motor fue producida con la intención de ser usada en el Lockheed D-21, que fue diseñado para ser lanzado desde la espalda de un Lockheed SR-71 Blackbird nodriza o desde debajo del ala de un bombardero nuclear Boeing B-52 Stratofortress.[4]