La literatura montuvia es un subgénero de la literatura de Ecuador que trata acerca de los montuvios, es decir campesinos, y su cultura. Históricamente se ha vinculado al realismo social en la narrativa y a los amorfinos y chigualos en el verso.
Si la prosa está ligada a la narrativa que gira alrededor de las novelas y cuentos en los géneros de realismo social y realismo mágico, por su parte el verso está ligado al amorfino y el chigualo. Este inició como una serie de coplas que eran interpretadas por trovadores en la época colonial para después ser musicalizadas y bailadas. Con la migración del campo a la ciudad, especialmente en el siglo XIX a partir del auge cacaotero, los montuvios que ahora vivían en Guayaquil empezaron a desarrollar la poesía de acuerdo a las corrientes de la época. De vital importancia es la poesía de Medardo Ángel Silva quien siguiendo los cánones de la literatura modernista destacó como miembro de la generación decapitada. Después del modernismo en las vanguardias, sería importante el rol que tuvo Hugo Mayo, al que le consideraban "poeta montuvio".[1]Esta migración hacia la poesía hizo que el amorfino entre en peligro por lo que una generación de folcloristas se dedicaron a rescatarlos, entre ellos destacan Modesto Chávez Franco, Rodrigo Chávez González (también conocido como Rodrigo de Triana) y Guido Garay. Esto permitió que el género no muera y continue su desarrollo a lo largo del siglo XX. Fue importante la publicación del autor Alfredo Pareja titulado El Entenao, cantar montuvio. Dentro de las publicaciones relevantes encontramos
A esto le seguirían una serie de poemas y fragmentos narrativos que serían recogidos en la "Antología de la Literatura Montuvia" donde se encuentran varios autores que han topado el tema a lo largo del siglo pasado como fueron algunos de ellos:[4]
El corpus literario con esta temática es amplio y describe en todas las dimensiones posibles la vida de los montuvios. Como ejemplo se reproduce la poesía titulado Exaltación del montuvio por Hugo Mayo:[4][5]
Hombre montuno, campesino,a tu paso las distancias se desinflan,
mientras otro horizonte
se te imprime en los ojos.
12 de OctubreLa mañana despierta en los guayabos
con una canción de plataneros.
Hoi, hombre fruta, hombre bosque, hombre
(grano,
¡enarbola en la más alta palpera rascacielo
tu grieto libertario!Exaltación del montuvio - Hugo Mayo
El Realismo en la narrativa ecuatoriana empieza con el autor Luis A. Martínez y su novela A la costa. Anteriormente las novelas habían sido en general de corte costumbrista, en especial Cumandá de Juan León Mera. En A la costa se retrata las peripecias de una persona nacida en los Andes en una familia conservadora y que viaja al litoral ecuatoriano para trabajar en una hacienda. Ahí entra en contacto con los montuvios que se habían radicalizado durante la revolución liberal y la novela desarrolla la tensión y contraste entre ambas regiones.[6]
Posteriormente este subgénero continuará su desarrollo a partir del Grupo de Guayaquil. En este movimiento literario se econtrarían Demetrio Aguilera Malta, Joaquín Gallegos Lara, Enrique Gil Gilbert, José de la Cuadra y Alfredo Pareja Diezcanseco. Los libros que retratan a los montuvios son:[7]